Si bien la castración de las mascotas es la mejor manera para evitar la reproducción,algunos dueños optan por otras alternativas no tan drásticas, como pueden ser las pastillas anticonceptivas. En este artículo te contaremos si pueden afectar la salud de las gatas.
Pastillas anticonceptivas para gatas: qué saber
Algunas veces los dueños no quieren que sus mascotas tengan crías, pero no se deciden por la castración o esterilización. En otras ocasiones, un problema de salud del animal –por ejemplo cardíaco– impide que se le practique una cirugía, por más simple que sea.
También puede suceder que la hembra se esté recuperando de una operación o de alguna dolencia que no permite la práctica de la castración.
Es entonces cuando los veterinarios recomiendan un tratamiento alternativo: las conocidas ‘pastillas anticonceptivas’ similares a las que toman las mujeres. Se trata de fármacos que se administran por vía oral y cuyo objetivo es impedir que las perras o gatas queden preñadas al evitar la aparición del celo y la ovulación debido a su gran aporte de progestinas.
Para que las pastillas sean efectivas es muy importante cumplir al pie de la letra con el tratamiento. Es decir, no hay que olvidarse de ninguna dosis y respetar los días de ingesta indicados por el veterinario. La mejor manera de administrarla es escondida en la comida, mejor si es blanda (quesos, paté, atún, pienso húmedo). Así nos aseguramos de que la consuma por completo.
Otra alternativa para evitar la reproducción son las inyecciones anticonceptivas, las cuales son administradas por el veterinario con la periodicidad que considere adecuada. La desventaja de este tratamiento es que debemos llevar a la gata a la consulta al menos una vez por mes durante el tiempo que no queramos que tenga crías.
¿Está en riesgo la salud de las gatas por las pastillas anticonceptivas?
Como podemos suponer, un tratamiento a base de hormonas sintéticas no puede ser del todo bueno para nuestra mascota, sobre todo si se mantiene en el tiempo.
Las pastillas anticonceptivas deben ser suministradas como última alternativa. Es decir, cuando no se las puede castrar, ya que puede tener efectos nocivos en la salud de las gatas.
Una de las principales consecuencias es que aumenta notablemente la posibilidad de que desarrolle tumores malignos o cáncer de mama o de útero, debido al desequilibrio hormonal de su aparato reproductor.
A su vez, estas pastillas también incrementan la probabilidad de que sufra diferentes infecciones, principalmente en el útero –que se conoce como piometria– y a nivel urinario. El uso abusivo de este fármaco también puede provocar hemorragias severas.
No solo la salud de las gatas se ve afectada, sino también su comportamiento; las predispone a una vida más sedentaria, a no querer jugar ni estar tan activa como antes y a experimentar mayor ansiedad con respecto a la comida (y el sobrepeso que trae como consecuencia). También hay casos de mascotas con gran pérdida de pelo fuera de la época de muda.
Es necesario saber que este método anticonceptivo no es 100 % eficaz y puede generar ciclos irregulares que igualmente terminen en embarazo. Lo más riesgoso de esto es que se pone en peligro la vida de la gata y de sus crías.
Algunos cachorros pueden nacer con malformaciones o morir a las pocas horas. Para la madre, tener bebés fallecidos en su vientre puede también ser fatal, ya que es más difícil darlos a luz.
Las pastillas anticonceptivas pueden tener muchos efectos nocivos en la salud de las gatas, por lo que se recomiendan como última instancia, cuando la castración no es viable. Además, se aconseja llevar a cabo este tratamiento por un tiempo no demasiado prolongado y acompañarlo de visitas periódicas al veterinario para que analice el estado del animal.
Bibliografía
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- Rivera, M. (2015). Control del ciclo reproductivo en la perra y en la gata | Argos Portal Veterinaria.