Todos sabemos que los loros tienen la admirable capacidad de reproducir diversos sonidos y articular algunas palabras del lenguaje humano.
No obstante, hay una cuestión que aún genera muchas inquietudes: ¿los loros entienden lo que dicen o solo repiten lo que escuchan? Intentaremos responderlo a continuación.
¿Por qué los loros pueden imitar sonidos y palabras que escuchan?
Algunos pájaros, como los loros, los guacamayos y las cotorras, demuestran una natural facilidad para imitar sonidos que escuchan en su entorno. Esta increíble capacidad se debe al manejo muy especial que estas aves dan a su siringe, un órgano que compone su sistema vocal.
La siringe es una caja ósea cuya estructura está conformada por anillos fusionados y ensanchados. En su interior, encontramos las membranas vibratorias y la bifurcación de la tráquea que permite la formación de los bronquios.
La complejidad del canto de cada ave está directamente relacionada a la estructura de su siringe. El tamaño y el formato de este órgano varía notablemente de especie en especie. Lo mismo ocurre con las membranas vibratorias y los músculos que regulan sus vibraciones.
En líneas generales, cuanto más compleja es la estructura de la siringe, más sofisticado y variado será su potencial vocal. Los pájaros cantores, como los canarios, pueden manejar una gran variedad de sonidos y melodías porque su siringe está muy bien dotada.
¿Y cómo es la siringe de los loros?
Respecto a la complejidad de su siringe, los loros están en una escala intermedia. Aunque su órgano vocal sea más bien modesto, estos pájaros saben explorarlo con mucha habilidad. Su inteligencia, su expresividad y su predisposición al aprendizaje “compensa” la simplicidad de su siringe.
También cabe destacar que existen diversas especies de loros, por lo cual hablamos de diferentes complejidades de siringes. Entre todas ellas, el loro gris de cola roja se destaca como la especie más habladora e inteligente.
De hecho, será justamente un loro gris llamado Alex el que nos ayudará a comprender si los loros entienden lo que dicen. Algunos estudios realizados por la psicóloga Irene Pepperberg demostraron que este pájaro comprende los significados de las palabras.
¿Los loros entienden lo que dicen?
Para responder a esta pregunta, tomemos un tiempo para conocer un poco mejor la historia de Irene y Alex. En la década de los 70, Irene adopta a Alex en una tienda de mascotas cuando el pájaro solo tenía un año de edad.
Durante 30 años, Irene se dedicó a entrenarlo, incentivándolo a aprender con pruebas variadas y el apoyo del refuerzo positivo. El increíble resultado ha sido que Alex ha aprendido a identificar más de 50 objetos por su nombre y memorizar más de 100 palabras.
De hecho, Alex ha llegado a demostrar la inteligencia comparable con la de un niño de cinco años de edad. En una prueba muy impresionante, el pájaro ha sido capaz de comunicar la forma y el color de un objeto tras tocarlo. Además, Alex era capaz de distinguir números del 1 al 6, así como formas y colores variados.
La capacidad de comunicar con exactitud sus percepciones sensoriales debería requerir que el individuo comprenda lo que dice. Es decir, que tenga consciencia sobre los significados de las palabras y las articule para expresar algo coherente con la realidad.
De esta forma, los desafíos completados con éxito por Alex serían una prueba de que los loros entienden lo que dicen; y no solo repiten aleatoriamente lo que escuchan a cambio de un premio.
¿Cómo comprobar que los loros entienden lo que dicen?
Probablemente, ha sido esta la pregunta que Irene se ha hecho frente a la negativa de la comunidad científica. Entonces, la psicóloga ha decidido que necesitaría apelar a la estadística para demostrar que la capacidad de Alex no era un caso aislado o un ‘golpe de suerte’.
Como Irene no tenía acceso a una muestra de loros grises para llevar a cabo sus experimentos, decidió realizar las pruebas con Alex repetidas veces. El problema ha sido que, tras ejecutar la misma prueba entre 10 y 20 veces, el loro se mostraba agobiado y hasta estresado.
Desafortunadamente, poco después de ello Alex falleció muy joven, con tan solo 31 años; recordemos que los loros grises de cola roja pueden llegar a vivir hasta 50 años en cautiverio. Por ello, Irene ha perdido a su gran compañero y también el centro de sus investigaciones.
Es innegable que Alex ha sido un importante referente para la investigación de la inteligencia de los loros. Gracias a su asombrosa capacidad, estamos cada vez más cerca de poder afirmar que los loros entienden lo que dicen.