El Van Turco es un gato que no le tiene miedo al agua y que, además, es un excelente nadador. Lo segundo no debería extrañarnos, pues, después de todo, casi la totalidad de los mamíferos son excelentes nadadores, felinos incluidos.
Lo que sí representa un hecho extraordinario es encontrar a un minino que, además de no tener problemas con el agua, disfrute con las zambullidas. Ese es el Van Turco.
El ‘descubrimiento’ del Van Turco como raza es relativamente reciente. En la década de 1950 se tomó el primer registro oficial de su existencia. Su nombre lo tomó de la región en la que se encontró: el lago Van, ubicado en el extremo este de Turquía.
Esta especie viajó a Europa hacia 1955, y no sería hasta finales de los 60 cuando fue reconocido como una raza. En la década de 1980 cruzó el Atlántico hacia Estados Unidos, lo que terminó de acrecentar su popularidad.
El gato con la huella de Allah
Los orígenes de estos peculiares mininos están llenos de misticismo. Para los creyentes del Islam, el Van Turco lleva sobre su lomo la huella de Allah, de ahí sus características marcas.
Pero también hay algo de fantasía. Se dice que en las profundidades del lago donde se desarrollaron habita un temible monstruo, muy al estilo del lago Ness. Otros aseguran que esta es un área visitada frecuentemente por criaturas extraterrestres.
Características
Como vemos, la gran diferencia de esta raza con casi cualquier otra es su afición a las zambullidas. Los propietarios de estos mininos saben lo que es encontrar al gato nadando en medio de la bañera o hasta dentro de la piscina.
Con toda probabilidad, la ‘debilidad’ que estos felinos sienten por el agua tiene que ver con que tuvieron que aprender a vivir en ella. Para procurarse el alimento necesario, no solo perdieron el miedo al agua, sino que aprendieron a pescar para alimentarse.
El Van Turco: el gato de la cola anillada
Se trata de una raza cuyo tamaño se ubica en un rango de mediano a grande. Su peso oscila entre cinco y siete kilos, con una altura que se ubica entre 22,8 y 28 centímetros.
El Van Turco tiene ojos ámbar o azules, aunque algunos ejemplares presentan ambos tonos. Tiene la cabeza triangular con nariz larga y recta, sin pigmentación en la punta. Además, presenta unas orejas grandes en relación con la proporción de su rostro, de color rosa en su interior y llenos de mucho pelo.
Son gatos de esta raza son blancos. La mayoría presenta el ‘Patrón Van’, el dibujo de cola, lomo y cara de color rojizo; también es posible encontrar ejemplares con marcas en negro, castaño, azul o crema. Su pelaje no es muy largo y no suelen dejarlo regado por donde caminan o donde duermen.
Personalidad y comportamiento
Como la mayoría de los gatos, estos de la raza Van Turco son curiosos e inquietos. También son sumamente inteligentes, juguetones, cariñosos y muy independientes; les gusta demostrar afecto, al mismo tiempo que no son muy amigos de estar constantemente en los brazos de sus dueños.
Estos felinos no suelen temer a los extraños y consiguen llevarse bien con los niños, siempre que respeten su independencia y no los toquen a cada momento. Congenian sin muchas dificultades con otros gatos y hasta con perros.
Se adaptan bien a cualquier hogar, aunque prefieren las casas con amplias áreas verdes, que le permitan jugar y correr con libertad. Si su hogar dispone de una piscina o está cerca de un riachuelo o una pequeña laguna, serán animales plenos en felicidad.
Salud y cuidados
Estos gatos terminan de crecer a los cinco años y su promedio de vida varía entre 13 y 17 años. En líneas generales, el Van Turco es una raza sana, que no requiere de cuidados especiales ni de una alimentación dedicada. La única anomalía que suelen desarrollar es un padecimiento común en gatos blancos que alcanzan la tercera edad: sordera.
¿Pariente del Angora Turco?
Más allá de que el origen de ambas razas se ubica en Turquía, una y otra presentan más diferencias que rasgos en común. Físicamente, el Van Turco suele ser más corpulento y, al contrario que su ‘compatriota’, prácticamente no muda pelo.
Sus diferencias también son claras en cuanto a la personalidad. El Angora puede calificarse como ‘gato faldero’ y es, por lo general, mucho más sociable. Aunque la diferencia principal entre ambos gatos está en que solo a uno de ellos le gusta nadar.