Esta raza pertenece al grupo de los perros miniatura. Por otro lado, su nombre se debe a que se originó en la capital de Bélgica. En el siguiente artículo te contamos todo sobre el Grifón de Bruselas, con su hermosa cara chata y su cabeza grande en proporción al cuerpo.
Orígenes y características del Grifón de Bruselas
Su nombre “oficial” es Griffon Bruxellois. Como hemos comentado, tiene su origen en la capital de Bélgica, al igual que otras dos razas: el Grifón Belga y el Petit Brabancon (pequeño brabantino). Los tres tienen antepasados en común. Es más, en muchos casos, se los confunde como si fuesen de la misma raza. Las únicas diferencias entre si son el color de su pelaje.
El Grifón de Bruselas se encargaba en el pasado de cazar ratas. También, a pesar de su pequeño tamaño, de cuidar las casas. Este perro de compañía siempre perteneció a la elite belga debido a su coste y su valoración.
La popularidad del Grifón de Bruselas creció rápidamente en el país y en Europa. Sucedió después de que la Reina María Enriqueta comenzara a incursionar en la cría y tenencia de varios ejemplares de la raza. Durante todo el siglo XIX, se cruzó con dos razas extranjeras: King Charles Spaniel y Carlino.
Las dos Guerras Mundiales que azotaron el continente casi llevan a la extinción del Grifón de Bruselas. La buena noticia es que muchos criadores ingleses pudieron rescatar la raza (aunque nunca más volvieron a tener la misma popularidad que antes).
En la actualidad, el Grifón de Bruselas se elige como perro de compañía en las ciudades, debido a su pequeño tamaño.
En cuanto a su aspecto, se trata de un animal pequeño, de cuerpo rechoncho, orejas pequeñas, cejas pobladas y cola corta. El pelo es de color rubio rojizo, ondulado y duro. Pueden pesar entre 3,5 y 4,5 kg. La altura oscila entre los 18 y los 20 cm.
Sus ojos grandes, su nariz ancha y con amplios orificios, y el mentón prominente, son algunas de las características físicas principales del Grifón de Bruselas. Este perro tiene movimientos elegantes, robustez al andar y un perfil casi cuadrado.
Carácter y comportamiento del Grifón de Bruselas
En general, se trata de un perro activo, valiente y alerta, que se apega mucho a una sola persona (y la acompaña todo el tiempo). Algunos ejemplares pueden ser algo nerviosos y sufrir ansiedad cuando se quedan solos. El Grifón de Bruselas es amigable, juguetón, y algo tímido cuando no conoce a las personas.
Puede ser un poco difícil que socialice con otros perros. De hecho, no se lleva bien con dueños que los quieren dominar. Sin embargo, la clave está en entrenarle desde cachorro para que no haya problemas con nadie.
Además, el Grifón de Bruselas es de personalidad fuerte. Así pues, no es recomendado para personas que no puedan dedicarle mucha atención a las mascotas (o para los que tienen por primera vez un perro), ya que requiere estar a su lado todo el tiempo. Tampoco se aconseja si se pasan muchas horas fuera de casa o si se tiene niños, porque puede reaccionar mal ante los movimientos repentinos o los ruidos. A menos que los pequeños no lo traten como “un muñeco”, no es buena idea llevar a casa un Grifón de Bruselas.
Salud del Grifón de Bruselas
Si bien es de tamaño pequeño y se adapta a la vida interior de un piso, en la ciudad es fundamental llevarlo a pasear por un parque o un sitio espacioso. Necesita jugar, correr y hacer ejercicio físico casi a diario. De lo contrario, podría tener el hábito de romper muebles u objetos en casa.
El Grifón de Bruselas no padece problemas de salud específicos a la raza. Es fundamental prestar atención cuidado y cumplir con la higiene periódica de los ojos. Al ser saltones, son más propensos a lesiones.
Por último, no olvides cepillarle el pelo dos a tres veces por semana. Retira el pelo muerto cada tres meses.