Nos encanta contar historias como la de hoy, que si bien comienza de manera triste, tiene un final feliz, pues a veces la felicidad no reside en que todo termine como uno quiere sino en aceptar lo que tienes. Eso mismo ha hecho Turbo Roo, un perrito que fue abandonado por sus dueños.
El abandono es cruel sea por la causa que sea, pero cuando alguien abandona a un animal enfermo, se transforma en algo más cruel. Te contamos la historia de Turbo Roo, un perrito muy valiente que logró salir adelante.
Turbo Roo, desde que nació era un perrito especial
Turbo Roo es un perrito de raza chihuahua que nació solo con dos patitas, las traseras, es decir, que sus dos patitas de delante no existían. Sus dueños más allá de tenerle compasión y ayudarlo a tener una buena calidad de vida, lo abandonaron a su suerte, pues creyeron que un animal así no le traería más que problemas.
Además, su negocio era criar perros y venderlos, por lo que un animal “defectuoso” no es una opción para ganar dinero, así que lo mejor era abandonarlo. Pero Turbo Roo tuvo suerte, pues un centro de acogida lo rescató y comenzó a trabajar para su rehabilitación.
Por su pequeño tamaño la cosa no fue fácil, pero el centro veterinario estaba dispuesto a ofrecer a Turbo Roo una buena calidad de vida. Por ello, pronto crearon una silla de ruedas acorde a él. Una pequeña silla tamaño “chihuahua” que permitiría que pudiera caminar sin patitas delanteras, pues era imposible para él mantenerse en pie.
Eso no fue fácil, pues el coste de un aparato de tales características es elevado. No obstante, el veterinario que lo adoptó puso en marcha una campaña para recaudar fondos y pagar su tratamiento, la cual funcionó, pues pronto el dueño de una empresa de diseño de prototipos se ofreció a hacer una silla de ruedas a medida para Turbo Roo.
Turbo Roo se hace famoso en las redes
Pronto la noticia de la silla de ruedas especial de Turbo Roo se hizo viral por las redes sociales. El simpático perrito posa sonriente en las fotos demostrando que es feliz, porque la felicidad no es un objetivo sino un camino, una actitud con la que tomas lo que viene.
Además, Turbo Roo tiene otros amiguitos que también tienen sillas como la suya y con los que se ha hecho divertidas fotos posando al estilo los ángeles de Charlie.
Sin duda, Turbo Roo es un ejemplo de superación y tenacidad, de simpatía y saber apreciar la vida. Como se dice, si la vida te da limones, ¡haz limonadas!
Otros perritos con espíritu de superación
Han habido otros perritos que como Turbo Roo han demostrado sus ganas de lucha por la vida. Te damos algunos ejemplos:
- Obie. Obie fue un perro que por descuido de sus dueños engordó hasta tal punto que podría haber muerto por una enfermedad generada por el sobrepeso. Sin embargo, con fuerza de voluntad y ayuda de un profesional, pudo perder nada más y nada menos que la friolera de 25 kilos y volver a tener una vida normal.
- Sammie y Simon. Sin duda estos dos perritos, uno maltratado y el otro víctima de un disparo, demostraron amar la vida y ser leales el uno al otro. Dicen que el amor mueve montañas, así fue en este caso, ya que gracias al amor y cariño del uno hacia el otro, pudieron recuperarse.
- Muñeca. Esta perrita perdió tres de sus patas cuando alguien que arreglaba un parque se las cortó con una máquina de podar sin darse cuenta. Un triste accidente que llevó a Muñeca a estar en un estado lamentable. Sin embargo, le pusieron una prótesis y Muñeca se adaptó muy bien a ella, demostrando sus ganas de vivir y ser feliz.
Fuente de la imagen: www.diariocristiano.org