Mimar demasiado a los perros puede elevar su agresividad

En estos días se conoció la opinión de una psicóloga que generó algunas controversias en las personas que aman a sus mascotas. La profesional indicó que mimar demasiado a los perros y tratarlos como si fueran seres humanos, satisfasciendo más necesidades de las que en realidad requieren, puede provocar comportamientos agresivos e incluso contribuir a que pierdan su dignidad como animales.

¿Cuánto es mimar demasiado a los perros?

Partiendo de la base de que las posiciones extremas nunca conducen a nada bueno, y coincidiendo en que humanizar a las mascotas es nocivo tanto para personas como para animales, la pregunta es ¿con qué unidad de medida calculamos si mimamos demasiado a nuestro perro? Y, en todo caso, ¿qué hay de malo en hacerlo?

Se supone que cuando uno elige tener un peludo busca cuidarlo, quererlo y disfrutar de su compañía, y que para muchos las mascotas son un miembro más de la familia. Y si queda bien claro que son un miembro no humano de la familia, mucho mejor.

Sin embargo, algunas corrientes bastante extendidas insisten en señalar que los dueños le otorgan a sus perros una “posición superior” a las que le corresponde en el hogar. Y que los “mimos excesivos” contribuyen a ello.

caricia de perro

Algunos especialistas sostienen que mimar demasiado a los perros puede elevar su nivel de agresividad. Sin embargo, siempre que evitemos la humanización del peludo, las preguntas son: ¿cuánto es demasiado?, ¿con qué vara se mide?

¿Hay relación entre cariño y agresividad?

Si bien es obvio que tanto los canes como los humanos que conviven bajo un mismo techo deben cumplir ciertas normas para lograr una buena convivencia, la verdad es que esa teoría de que los peludos deben ser tratados como el último orejón del tarro parece haber sido pensada por alguien que jamás compartió su vida con un perro.

Por eso, llegar a considerar que un can puede tornarse agresivo porque, por ejemplo, le permitimos dormir en el sofá, la verdad es que es algo difícil de considerar sensato.

Por ejemplo, hace años que mi perra duerme en el sillón del salón de mi hogar mientras yo duermo en mi cama. Y ni yo la humanizo ni ella se volvió agresiva o ingobernable por ello.

Volvemos al principio, todo en su justa medida y cada uno con su vara, a la hora de “medir” el cariño.

¿Para qué queremos tener una mascota?

Distinto es el caso de aquellos que ponen toda su energía en un animal de compañía y la transforman en el centro de su vida. Deciden vestirlo, calzarlo y cubrirlo de accesorios de moda y cuestiones afines que solo pueden terminar provocándole problemas de comportamiento o inconvenientes de salud física y mental al peludo.

Pero fuera de estos temas puntuales, la pregunta del millón sigue siendo, ¿para qué elegimos tener una mascota?

Si mimar demasiado a un perro nos hace perder puntos en eso de ser un macho o una hembra alfa, quizá deberíamos replantearnos si queremos que el can nos vea como el líder de la manada o simplemente como un ser de otra especie que lo quiere, lo cuida y lo respeta.

Mima mucho a tu perro sin consentirlo ni humanizarlo

Técnica Ttouch, acariciando a un perro

Entonces, para que no se mezclen ideas, mimar a un perro no tiene por qué significar que le consientas malos comportamientos.

Y “mimar demasiado” a los perros, siempre que respetemos sus tiempos y sus ganas, no debería volverlos más agresivos. Más bien todo lo contrario.

Un animal que se siente querido seguramente se integrará con más facilidad a una familia que otro que está constantemente recibiendo indicaciones poco cariñosas de cómo debe comportarse.

Y si bien algunos consideran que otros miman demasiado a sus mascotas para suplir ciertos vacíos emocionales, también cabría preguntarse qué problema psicológico presentan aquellos que solo quieren un perro para demostrarle o demostrarse quién es el que manda en la casa.

 

Scroll al inicio