Una de las causas de consulta más frecuentes en las clínicas son las enfermedades que afectan la piel de los perros. Esto debido a que la piel se encuentra expuesta al ambiente y casi cualquier patógeno puede infectarla sin mucho problema. Además, debido a la presencia del pelaje, muchas veces las patologías pasan desapercibidas y solo se hacen evidentes cuando se han agravado.
Muchos cuidadores admiran y cuidan el pelaje de sus canes, sin darse cuenta de que la belleza de este depende directamente de lo saludable que se encuentre la piel. Por lo tanto, en este artículo nos encargaremos de abordar las enfermedades de piel más comunes que sufren nuestros perros.
Problemas de la piel en los perros
Existen muchos patógenos en el ambiente que son capaces de afectar la capa más externa de la piel. Hongos, parásitos, bacterias y virus son solo algunos de estos organismos dañinos, pero existen otros que también son poco perceptibles a vista. Entre las enfermedades de la piel más comunes en los perros se encuentran:
1. Parásitos y plagas
Dos de los principales causantes de una cantidad muy variada de enfermedades en la piel del can son las pulgas y las garrapatas. Esos parásitos pican a los perros para alimentarse de su sangre, lo cual les produce el típico picor. Esto hace que el animal se rasque de manera compulsiva e incluso se llegue a lastimar.
Generalmente, las picaduras de pulgas y garrapatas generan enrojecimiento e inflamación en la zona, que empeora en la medida en que el perro se rasca. De hecho, el daño podría ocasionar que se pierda el pelo de la zona o propiciar infecciones secundarias por otros patógenos.
Hay que tener en cuenta que esta clase de problemas debe solucionarse en cuanto se detecta. Esto debido a que además de producir molestia y dermatitis en el animal, puede ser la causa de enfermedades más graves, como la ehrlichiosis y la anaplasmosis canina. También se podría generar anemia en caso de que la infestación sea muy severa.
2. Sarna
La sarna demodécica y la sarna sarcóptica son causadas por dos ácaros que producen una inflamación importante en la piel. En la medida en que avanza la enfermedad, el perro empieza a perder pelo, además de agudizarse una picazón general en todo el cuerpo.
Esta enfermedad requiere un tratamiento con shampoos específicos y sprays, además de medicamentos para manejar el dolor y el picor en el animal. Afortunadamente, cuando los perros son tratados, tienen recuperaciones milagrosas en poco tiempo y, si la enfermedad no avanzó mucho, no quedarán secuelas de la misma en la piel.
3. La tiña
La tiña es una enfermedad altamente contagiosa producida por un hongo que puede afectar tanto a perros como a humanos. Se caracteriza por la aparición de parches rojos en la piel en los que se produce pérdida de pelo. Los perros más susceptibles son aquellos que tienen un pelaje abundante, ya que la humedad y el calor son factores esenciales para el crecimiento de este patógeno.
Generalmente, empieza como una lesión pequeña que se va extendiendo a las zonas cercanas o a otros animales y miembros de la familia. No obstante, el rascado constante y la presencia de heridas empeora la situación, pues genera la humedad suficiente para el crecimiento del patógeno. Este hongo debe tratarse inmediatamente se detecta para evitar su propagación.
4. Irritación por alergia
Las alergias son una reacción exagerada del cuerpo canino frente a una sustancia en específico (alérgeno). Dicha situación genera diversos malestares con varios niveles de gravedad. Estos dependen por completo de cada caso, pero algunos incluso podrían poner en riesgo la vida de la mascota.
Cerca del 10 o 20% de los perros sufren alguna clase de alergia que les produce dermatitis atópica. Si bien la causa principal de alergias proviene del consumo de alimentos, también pueden producirlas otra clase de agentes como el polen, los insectos o los parásitos.
Se caracteriza por un enrojecimiento, enronchamiento o inflamación en la piel, párpados o labios. Normalmente, cuando se presentan afecciones en la piel, suelen ir acompañadas de picor, aparición de granos y resequedad con descamación en la piel. Para tratar las alergias, usualmente se sugiere implementar una dieta de eliminación vigilada por el veterinario.
5. Aparición de callos
Si bien los callos no son una enfermedad, sí pueden causar cierta clase de molestias debido a su aparición en las coyunturas del can. Suelen ser frecuentes en los codos de sus extremidades delanteras, pero es posible que aparezcan en otras zonas del cuerpo.
Los callos son unos puntos negros, resecos, costrosos y calvos que se forman debido al roce constante de las coyunturas sobre superficies duras. El problema con los callos es que, de no cuidarse, pueden llegar a ulcerarse o reventarse, produciendo, además de sangrado, mucho dolor en el animal.
6. Traumatismos en la piel
Los accidentes pueden dejar secuelas permanentes en la piel de nuestra mascota. Algunos graves, como cicatrices provocadas por cirugías, quemaduras o golpes, requerirán seguimiento y control para evitar futuros inconvenientes.
Los tratamientos de heridas importantes necesitarán antibióticos, cicatrizantes y antisépticos. Igualmente, una herida mal cicatrizada puede producir desde supuración hasta infecciones secundarias serias. Por ello, es mejor que cuides las cicatrices y le evites mayores molestias a tu perro.
El lugar más común en el que nuestro perro puede lastimarse dentro del hogar es la cocina. Por lo tanto, es mejor no permitirles el acceso o por lo menos no mientras estés cocinando.
7. Tumores
La aparición de tumores y quistes es un fenómeno frecuente en perros de edades avanzadas. Si bien no todos son cancerígenos (malignos), requieren de seguimiento para evitar que sigan creciendo. Esta clase de problemas necesitan de tratamiento dependiendo del tamaño del tumor o quiste y de la gravedad del mismo.
Por lo general, los tumores que afectan la piel de la mascota se presentan en forma de protuberancias. Si detectas cualquier tipo de anomalía sobre la piel de tu perro, no dudes en acudir con un especialista para que revise su origen y descarte problemas más graves.
8. Pioderma
La pioderma es una infección cutánea que provocada por bacterias del género Staphylococcus. Se caracteriza por la presencia de bolsas llenas de pus, enrojecimiento, alopecia y costras, las cuales generan dolor, ardor y picor. Los tratamientos son tópicos y consisten en cremas o baños antisépticos que ayudan a eliminar la infección.
Aunque suene extraño, la bacteria que provoca la pioderma reside de manera natural en la piel del can, solo que el sistema inmunitario lo mantiene controlado. Por esta razón, esta patología tiende a aparecer como una infección secundaria a otras enfermedades que comprometan la función del sistema inmunitario.
9. Dermatitis por Malassezia
La Malassezia pachydermatis es un hongo que vive en la piel de los perros, pero que no produce ningún malestar perceptible mientras el sistema inmunitario lo controla. No obstante, cuando existe algún tipo de patología que reduce la eficiencia del sistema inmunitario, este microorganismo crece de manera incontrolada y produce dermatitis.
En general, se caracteriza por presentar una sensación intensa de picor, enrojecimiento y humidificación de la zona afectada. Si no se controla durante las primeras fases de la dermatitis, se podría producir la pérdida del pelo y una infección generalizada en todo el cuerpo.
Los tratamientos que controlan la dermatitis producida por este hongo consisten en el uso de shampoos o cremas especiales. Aunque debido a la naturaleza del patógeno, es probable que el tratamiento se extienda bastante para evitar las recaídas en el futuro.
Señales que indican un problema con la piel de los perros
Las enfermedades que afectan la piel de los perros generan ciertas señales comunes que se deben tener en cuenta. Entre las más frecuentes se encuentran:
- Comezón excesiva.
- Caspa.
- Alopecia.
- Costras.
- Erupciones o enrojecimientos.
- Resequedad.
- Decoloración del color de piel.
Como te podrás dar cuenta, existen varias enfermedades que afectan la piel de los perros, pero todas ellas presentan señales claras que permiten actuar a tiempo. Recuerda que es bueno tener el hábito de revisar su cuerpo de manera recurrente, ya que así se puede identificar cualquier anomalía y diagnosticarse pronto. La salud de tu compañero depende de ti, así que no demores en darle la atención que necesita.
Bibliografía
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