Son muchos los mitos sobre cómo se relaciona el pitbull con otros perros y demás animales, incluido el humano. No obstante, su aspecto peligroso no es más que el resultado de cruces creados por el hombre para propósitos muy tristes. Nada que ver con el temperamento real de esta raza.
Aun así, se trata de perros con una fuerza increíble y que pueden ser problemáticos en la socialización, si no se les educa de forma adecuada. Por tanto, en este artículo encontrarás información de utilidad para que tu pitbull —o el que piensas adoptar— se relacione de manera positiva con los demás animales. ¡No te pierdas nada!
Origen del pitbull
Para comprender mejor el temperamento del pitbull es necesario conocer el origen de esta palabra, y lo cierto es que es una historia triste. En ella, pit significa foso en inglés y bull hace referencia al enfrentamiento de toros con perros.
Cuando esta práctica —conocida como bull baiting— se abolió en 1835, se pasó a meter a los perros en fosos para que mataran todas las ratas posibles, en un período corto de tiempo. Fue así como nació la palabra pitbull, que mezcla las referencias a las dos horribles actividades a las que se les sometía.
No obstante, bajo el adjetivo pitbull existen varias razas tipificadas. De acuerdo con el Journal of Applied Animal Welfare Science, el american pit bull terrier, el american staffordshire terrier, el american bully, el staffordshire bull terrier y el american bulldog se suelen catalogar como tal. Ahora conoceremos un poco mejor el temperamento de estos canes.
¿Cómo es su personalidad?
El mito que tiñe el conocimiento popular sobre los pitbulls gira en torno a su supuesta peligrosidad y temperamento explosivo. Sin embargo, esto no tiene nada que ver con la realidad: cualquier perro al que se le eduque para proteger y atacar, lo hará. Ten en cuenta que muchas personas los compran para tener un «accesorio» intimidante a su lado cuando pasean.
Lo que sí es cierto es que, debido al constante cruce artificial para conseguir perros agresivos, esta raza tiende a ser dominante y algo reactiva. También se encuentra una cierta inclinación a recelar de los desconocidos y sobreproteger a la familia. Pese a ello, un trabajo reciente, divulgado en BMC Genomics, informó que la herencia genética por sí sola no explica el comportamiento agresivo en estos perros.
Esto último se debe a que establecen lazos muy fuertes con los animales (humanos o no) con los que conviven, por lo que tienden a protegerlos de amenazas percibidas.
También son animales inteligentes y que aprenden con facilidad. El vínculo que establecen con su familia es fuerte y suelen convivir bien con niños y animales pequeños. Tienen mucha cantidad de energía, así que son compañeros perfectos para una vida activa y de muchas salidas al exterior.
¿Cómo socializar al pitbull con otros perros?
Al tratarse de animales protectores y que suelen recelar de extraños, el trabajo de socialización que se hace con ellos debe ser concienzudo y profundo. En este apartado se destacan dos aspectos fundamentales sobre los pitbulls:
1. Preferencia a jugar «peleando»: si bien esto no implica que quiera hacer daño su compañero de juegos, sí puede haber un accidente cuando el otro can es más pequeño o nuestro pitbull no sabe comprender señales de calma y de evitación.
2. Tendencia a ser sobreprotector: es posible que, en un principio, tienda a marcar y rechazar a otros perros en el paseo. Es importante prestar atención a estos comportamientos, pues podrían escalar hacia la agresividad.
Por tanto, para ayudarle a socializar de manera correcta, será necesario que interrumpas las interacciones cuando se tornan agresivas o recelosas. Sin embargo, nunca castigues a tu can, pues aparte de ser poco ético, no funciona e incluso podría empeorar las reacciones agresivas. Así lo advierte un grupo de investigadores, en un trabajo publicado en PLOS ONE.
En cambio, deberás reforzar cada interacción positiva con mimos o con chucherías.
Enséñale formas correctas de relacionarse, como dejarse olfatear, jugar con cuidado y evitar los enfrentamientos. Lo ideal es que lo hagas desde cachorro, pero si un pitbull llega hasta ti en su edad adulta, no desesperes: su capacidad de aprendizaje sigue siendo buena.
Convivencia del pitbull con otros perros en casa
Si el pitbull no es el primer can que entra en la casa, es normal que te preguntes si será capaz de llevarse bien con otros de su especie. Como se ha indicado, es erróneo asumir que un perro de esta raza sea agresivo, pero conviene estar atento a posibles señales de territorialidad y de interacciones negativas.
Tal y como nos recuerda Best Friends Animal Society, la convivencia armoniosa en un espacio de dos animales —sean de la especie que sean— depende, en gran medida, de la presentación. Por ello, aquí tienes los pasos generales para realizar una buena introducción de tu nuevo can:
- Elegir un lugar neutral para presentarlos (dentro o fuera de casa): se entiende por lugar neutral aquel en el que no habita ninguno de los dos animales y, por tanto, no tiene su olor y sus pertenencias.
- Hacer que lleven correa ambos (las primeras veces): aun así, permite que tengan libertad para olfatearse y conocerse.
- Programar encuentros cortos y frecuentes: así podrán conocerse mejor.
- Sacar a ambos perros de la estancia (si son interacciones negativas): procura no volver a presentarles hasta que se calmen.
- Prolongar los encuentros (con el tiempo): lleva a cabo esta práctica hasta que se encuentren cómodos. Deja que sea el perro «anfitrión» el que invite al pitbull a entrar.
- Premiar la buena relación de tus perros: esto puedes hacerlo durante un buen tiempo o, si quieres, para siempre.
Consejos adicionales
Para garantizar una buena relación de un pitbull con otros perros, hay que cuidar ciertos detalles de la naturaleza de estos canes. Estos son los más importantes:
- Educar la mordida de tu pitbull: son animales con una fuerza increíble en la mandíbula y el cuello. Redirige sus comportamientos de mordida hacia juguetes adecuados y enséñale a jugar con delicadeza, cuando se trate de otros seres vivos.
- Enseñar a pasear con correa: el collar es un seguro para situaciones de emergencia. Sin embargo, también puede convertirse en un motivo de estrés en la socialización, así que asegúrate de que ambos aprendéis a pasear con ella de una manera positiva.
- Promover el aprendizaje de tu familia: no solo el perro tiene que aprender a convivir. Todos los miembros de la familia, humanos o no, tienen que conocerse entre ellos y comportarse de manera que no fomenten o refuercen conductas inadecuadas.
- Programar tiempo para el ejercicio físico y mental: tu pitbull necesitará paseos llenos de juegos y enriquecimiento ambiental en casa (desde juguetes hasta música). Un estudio divulgado en Animals detalló que los perros muestran más conductas de relajación cuando cuentan con estos entretenimientos. Por tanto, se intuye que reducen el estrés.
- Establecer rutinas: los canes necesitan que seas consistente con tus refuerzos. Si un día premias algo y al siguiente lo contrario, solo le causarás confusión y entorpecerás el proceso de aprendizaje.
- Consultar a un profesional: si no consigues que tu animal se relacione de forma adecuada con otros perros, no dudes en acudir a un etólogo canino antes de que el problema escale y tengas un accidente.
Atenciones para evitar accidentes
Es preciso destacar que si la socialización del pitbull con otros perros necesita mayores atenciones, no se debe a que sean agresivos o malos, sino a que los accidentes pueden ser más graves que con otras razas más pequeñas. Te sorprenderá lo maravillosos que pueden ser estos animales.
Bibliografía
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