Se calcula que en el mundo existen entre 5 y 50 millones de especies, pero solo se han registrado poco menos de 2 millones de ellas. Cada uno de estos organismos vivos son increíbles y presentan características únicas. Sin embargo, en Australia viven algunos de los más exuberantes, peligrosos y hermosos que podrías imaginar. Uno de ellos es el diablo de Tasmania, considerado el marsupial carnívoro más grande que existe.
Su nombre científico es Sarcophilus Harrisii, pertenece a la familia de los dasiúridos, en donde se encuentran los ratones y las musarañas marsupiales. Es el emblema nacional de Tasmania y su gobierno ha propuesto varios programas de protección para la especie. Sigue leyendo este espacio y descubre varias curiosidades sobre el diablo de Tasmania.
¿Quién es el diablo de Tasmania?
El diablo de Tasmania es un pequeño marsupial que mide poco más de 65 centímetros de largo y 30 centímetros de alto. En perspectiva, su tamaño rivaliza con el de varios perros de raza mediana, aunque su aspecto podría recordar más al de un puerco enano y alargado.
Estos animales se caracterizan por lucir un pelaje negro con manchas blancas irregulares en todo el cuerpo. Por otro lado, su mandíbula puede abrirse bastante, lo que le permite mostrar sus colmillos como una amenaza hacia sus depredadores.
Curiosidades del diablo de Tasmania
Aunque sus características físicas no parecen ser tan maravillosas, existen varias curiosidades increíbles acerca del diablo de Tasmania. Algunas de ellas se listan a continuación.
1. Son excelentes nadadores y escaladores
El diablo de Tasmania no solo destaca por sus características, sino también por sus aptitudes físicas. Es bastante bueno para nadar cortas y largas distancias, mientras que gracias a sus garras y su agilidad es capaz de escalar árboles con facilidad.
2. Su visión está adaptada a la noche
Los diablos de Tasmania son cazadores nocturnos que se desempeñan bien casi en cualquier situación. Esto solamente es posible gracias a su excelente visión en blanco y negro, la cual le ayuda a percibir mejor la iluminación y los movimientos de sus presas. Eso sí, tiene dificultades para ver los objetos inmóviles.
3. Las crías se terminan de desarrollar fuera de la madre
La gestación de los diablos de Tasmania dura 21 días en total. Sin embargo, esto no es suficiente para que sus crías se desarrollen, de manera que su madre utiliza el marsupio como una incubadora portátil. Dentro de ella, pasan alrededor de 100 días y después salen del bolso para recibir lecciones de vida de su mamá.
4. Pocas crías logran sobrevivir después del parto
Debido a que gran parte del desarrollo de las crías sucede fuera del cuerpo de la madre, el marsupio funciona como una bolsa protectora que tiene 4 pezones para alimentarlos. El único problema es que cada hembra da a luz alrededor de 30 crías en total, por lo que muy pocos de ellos sobreviven a la incubación dentro del marsupio.
5. Es un cazador que adora la carroña
Quizá uno de sus comportamientos más contradictorios es su gusto particular por la carroña. A pesar de que su cuerpo posee una fuerte mordida, unas poderosas garras y alcanza una velocidad mayor a los 13 kilómetros por hora, los ejemplares prefieren comer carne en descomposición. Esta conducta parece estar ligada a su naturaleza oportunista, por lo que no dejaran desperdiciar alimento fácil de conseguir.
6. No es peligroso ni feroz
El nombre de “diablo” lo recibe debido a que utiliza un chillido muy agudo para espantar a sus agresores. Este comportamiento era escuchado de manera frecuente por los pobladores de la zona, por lo que creyeron que se trataba de algún demonio encerrado en el cuerpo de un animal. Con el paso del tiempo, también se le adjudicó un temperamento feroz e incluso se le comenzó a tener miedo.
Contrario a las creencias populares, el diablo de Tasmania tiene una personalidad tímida y asustadiza. Por ello, es muy poco probable que lastime a las personas, a menos que se le acorrale y sea su última medida de escape. Claro está, su mordida podría ocasionar mucho daño, pero es poco factible que suceda.
7. Sus ancestros provienen de Sudamérica
Aunque aún es un tema bastante debatible, algunos expertos aseguran que los ancestros del diablo de Tasmania provienen de Sudamérica. No obstante, su migración a lo que hoy es Australia sucedió hace 270 o 550 millones de años, cuando aún se encontraba presente el bloque continental Gondwana.
8. Cáncer facial contagioso
Por lo común, el cáncer es una enfermedad invasiva que no se puede contagiar de un organismo a otro. Sin embargo, existe una excepción que afecta solo al diablo de Tasmania. Esta neoplasia se conoce con el nombre de cáncer facial contagioso, el cual hace crecer varios tumores cerca de la cara e impide que se alimenten.
El contagio de este tipo de cáncer ocurre durante las peleas con mordidas que realiza la especie. En dichos combates, los ejemplares atacan la cabeza y el rostro de su contrincante, lo que permite el traspaso de las células cancerígenas entre ambos. De hecho, una vez infectado es difícil controlar el avance de los tumores y se espera que el animal muera dentro de los próximos 6 meses.
9. En peligro de extinción
El diablo de Tasmania fue víctima de la cacería ilegal y del posterior comercio con su piel. Por esta razón, durante muchos años se diezmó su población, lo que la llevó cerca de la extinción. Afortunadamente, aparecieron varios programas para rescatarlo y lograr que los ejemplares recuperarán la estabilidad. Aunque pudo soportar la explotación, en la actualidad se enfrenta con una amenaza peor, el cáncer facial.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza cataloga al diablo de Tasmania como una especie amenazada. De hecho, en solo 10 años algunas poblaciones se han reducido alrededor de un 90 %, lo que lo coloca en un gran riesgo de extinción. A pesar de que varias asociaciones intentan evitar su desaparición, es probable que no lo logren a tiempo.
Bibliografía
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