Los animales que viven con nosotros nos dan alegrías cada día que pasa, pero desgraciadamente, su vida es más corta que la nuestra. Estamos condenados a ver el final de su vida y enfrentarse al dolor que ello conlleva. Si a esto se añade el conocer una fecha más o menos exacta para la muerte del animal, se puede producir un duelo anticipado.
Es el caso del cáncer, una enfermedad sobre la que los humanos estamos bien concienciados. No se trata solo los síntomas del propio proceso cancerígeno, sino de las consecuencias que tiene el tratamiento, nadie lo pasa bien durante una quimioterapia. Por eso, en este espacio tienes información útil para sobrellevar estos momentos tan difíciles. No te la pierdas.
Mirar a la muerte a los ojos
Todos sabemos que la muerte forma parte de la vida. Al igual que vinimos al mundo, lo abandonaremos en algún momento y, hasta el momento, no hay nadie que haya podido evitar este destino. Sin embargo, mientras estamos vivos no pensamos en la muerte, pues sería algo psicológicamente desadaptativo.
No obstante, cuando la palabra cáncer aparece en un diagnóstico, la muerte se vuelve tangible y próxima. Acompañar a un animal a través de la enfermedad, el dolor y los tratamientos invasivos es como ver aproximarse a la Parca y tratar de ahuyentarla con un abanico.
Es lógico sentir angustia y miedo, pues que el animal muera se ha vuelto una posibilidad real y no se tiene el control sobre todos los factores que lo podrían evitar.
Ante esta situación, cada persona actúa de la mejor forma que puede. No se puede culpar a alguien de llorar a su perro, por ejemplo, cuando le dicen que le quedan semanas de vida. El can sigue vivo, es cierto, y seguro que su tutor querría pasar sus últimas semanas llenándolas de juegos y caricias, pero no se puede obviar que su último día de vida se aproxima. ¿Cómo gestionar este carrusel de emociones?
Consejos para sobrellevar el duelo anticipado por una mascota
Se llama duelo anticipado porque la persona comienza a sentir la tristeza, el dolor y la pérdida de la mascota sin que esta haya fallecido todavía. Se teme por el día en el que finalmente muera y se trata de hacer un ejercicio de preparación para ello, pero sin que tenga demasiados frutos.
Todo este proceso impide que el tutor disfrute de los últimos momentos de su animal, llenándolos de buenos recuerdos en lugar de angustia. En el cáncer, además, las fechas son aproximadas: son muchos los animales a los que se les dan unos días y llegan a vivir meses. Cuando se prolonga este estado de duelo anticipado, las cicatrices emocionales que quedan son más profundas y duraderas.
Por tanto, a continuación tienes algunos consejos para que el camino (o el miedo) hacia la muerte de tu animal sea más llevadero. No te lo pierdas, porque no es fácil para nadie.
1. Tu dolor es válido
Es normal sentir miedo a perder a un ser querido. Los días en que se ridiculiza a los humanos por llorar a sus animales han quedado atrás, todos sabemos que es igual que duro que con alguien de nuestra especie.
Por eso, no te niegues el derecho a pasar tu duelo, acepta tu dolor y gestiónalo lo mejor que puedas. De lo contrario, es posible que se enturbien los recuerdos de tu animal y que sufras consecuencias psicológicas a raíz de ello.
2. Trabaja los sentimientos de culpa
Mientras tu animal sufre las consecuencias del cáncer, es probable que no puedas quitarte de encima la sensación de que podrías haberlo hecho mejor. Los tratamientos siempre parecen insuficientes, o incluso peores que la enfermedad, cuando se trata de un ser de quien se es responsable.
Por eso, céntrate en todo lo que estás haciendo por tu compañero no humano. No es culpa tuya que tenga cáncer, así como tampoco que sufra por ello o que muera.
3. Céntrate en tu animal
Es cierto que contemplar a un animal enfermo es muy duro y que lo que predomina en esas situaciones es la impotencia y la desesperación por mantenerle con vida. Sin embargo, recuerda que él es el protagonista y quien necesita cuidados. Céntrate en hacer que sus días de enfermedad, terminen en muerte o no, estén llenos de cariño y felicidad.
Tu propio duelo llegará y pasará en el momento adecuado.
4. Planifica un ritual funerario
Este consejo es muy personal. Algunas personas dicen adiós a su animal en el momento que lo llevan a eutanasiar, pero otras necesitan despedirse de otra manera. Para estas últimas, los rituales funerarios son útiles, pues crean un evento destinado específicamente a aceptar la muerte del ser querido y a recibir el apoyo de los demás.
Son muchas las cosas que puedes hacer: esparcir sus cenizas, hacer una ceremonia, enterrarlo, plantar un árbol o incluso escribir una carta. Tenerlo presente, aunque sea antes de que tu mascota fallezca, puede ayudarte a llevarlo mejor cuando acontezca.
Como ves, el duelo anticipado es inevitable a veces, pues ver llegar la muerte de lejos es una experiencia muy dura. Al final del camino, lo más importante es que tu animal te deje el buen recuerdo de una vida junto a ti. No lo olvides.
Bibliografía
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- Romero-Navarro, M. E. (2016). El proceso de duelo tras la pérdida de una mascota: Una revisión sistemática.
- Cano Arango, S. (2021). Estrategia psicoeducativa para el acompañamiento del duelo por fallecimiento de una mascota (Doctoral dissertation, Unilasallista Corporación Universitaria).