La pogona o dragón barbudo (Pogona vitticeps) suele ser bastante dócil, social, llamativa y fácil de mantener en cautiverio. Esto ha ocasionado que se convierta en una mascota muy popular entre los aficionados a los reptiles. Sin embargo, es necesario tener cuidado con su salud, puesto que las pogonas pueden ser susceptibles a padecer diferentes enfermedades.
Este reptil tiene una gran resistencia a las condiciones adversas en su hábitat, aunque esto no lo hace inmune a toda patología. Por esta razón, se deben mantener los cuidados adecuados para conservar la salud de la mascota. Sigue leyendo y conoce las 11 enfermedades más comunes en pogonas.
Factores que propician las enfermedades de las pogonas
La mayoría de las patologías de los reptiles en cautiverio son ocasionadas por descuidos de sus tutores. Por lo tanto, es necesario poner atención a las necesidades de la mascota para evitar problemas que puedan ser fatales. Algunos de los puntos que se deben considerar son los siguientes:
- Condiciones del hábitat: los reptiles dependen de las condiciones de su ambiente para activar su metabolismo, por lo que cualquier alteración podría producir serias consecuencias en su salud. Los parámetros de temperatura, humedad e iluminación son los que más impacto tienen en la mascota.
- Dieta: la dieta de los animales omnívoros suele ser una de las más complicadas de mantener, pues necesitan una gran variedad de alimentos. Este factor es muy importante, pues una nutrición adecuada mantiene vigoroso el cuerpo del organismo y le permite hacer frente a las patologías. Asimismo, existe una gran variedad de problemas nutricionales que pueden costarle la vida al reptil.
- Higiene: conforme pasa el tiempo la suciedad en el hábitat se acumula, lo que propicia que aparezcan focos de infección peligrosos para el reptil. Es necesario tener un régimen de limpieza adecuado para evitarlo. Además, los tutores deben recordar lavarse las manos antes y después de manipular a la mascota, ya que así evitan la propagación de otras enfermedades.
- Accidentes: cualquier herida física que sufra el reptil puede derivar en alguna patología grave, por lo que es mejor atenderla pronto y de manera adecuada.
¿Cuáles son las enfermedades comunes en la pogona?
Los terrarios en los que viven las pogonas son sitios ideales para la proliferación de patógenos. Por lo tanto, si el reptil se encuentra débil por alguna carencia en sus cuidados, será sencillo que llegue a presentar alguna patología que amenace su vida. A continuación se listan las enfermedades más frecuentes en las pogonas.
1. Enfermedad ósea metabólica
La enfermedad ósea metabólica es una afección que ataca a varios tipos de reptiles domésticos. Es provocada por la carencia de calcio y vitamina D, lo cual suele ser producto de una dieta deficiente y una iluminación inadecuada (falta de UVA y UVB). En consecuencia, el metabolismo de la mascota comienza a desmineralizar los huesos y los torna más frágiles.
El tratamiento consiste en dar suplementos alimenticios a la mascota, lo cual soluciona el problema en poco tiempo. Sin embargo, los pacientes más graves presentan deformaciones de la columna que son incapacitantes. Solo un veterinario podrá darte las opciones disponibles en cada situación.
2. Lipidosis hepática
La lipidosis hepática es provocada por el consumo de grasas en exceso. Esto es debido a una dieta mal balanceada o a una sobrealimentación. En consecuencia, los ácidos grasos se almacenan en el hígado y provocan desajustes en el metabolismo del animal. Los signos clínicos más habituales son la pérdida de peso, la letargia y la palidez en las mucosas internas.
El tratamiento de esta patología conlleva cambios en la dieta del animal con el fin de regular la ingesta de grasas y detener el aglutinamiento en el hígado. Sin embargo, también es posible que alguna enfermedad adyacente esté provocando la lipidosis, lo cual suele descartarse con una revisión clínica exhaustiva.
3. Hipovitaminosis (deficiencia de vitamina B1)
La vitamina B1 (tiamina) tiene un rol esencial en el cuerpo, pues ayuda a proveer de energía a todas las células del reptil. Por esta razón, la deficiencia de esta sustancia provoca parálisis, debilidad y espasmos. En el caso de las pogonas, la carencia de la tiamina puede ser debida a una dieta que no contiene verduras frescas.
4. Disecdisis
La disecdisis hace referencia a cualquier problema que tienen los reptiles durante su muda. Estos casos cuadros suelen ser provocados por la poca humedad en el medio, pero algunas parasitosis y otros padecimientos también están implicados. Las zonas más afectadas son los dedos, la cola y las patas.
La piel muerta ocasiona un efecto torniquete, lo que impide la circulación sanguínea. En consecuencia, las extremidades se atrofian y se terminan perdiendo. Los signos más evidentes de la disecdisis son la presencia de partes opacas o blanquecinas en la piel.
5. Estomatitis
La estomatitis es el término que se usa para describir una inflamación de la boca, la cual puede deberse a patógenos diversos. En las pogonas, esta situación suele ser ocasionada por una bacteria que aprovecha la susceptibilidad de su dentadura (acrodonta). Esto se debe a que la estructura dental de dichos animales es bastante frágil y los predispone a una infección.
6. Ácaros
Los ectoparásitos como los ácaros también son frecuentes en la piel de los reptiles. De hecho, son tres ácaros distintos los que pueden infestar a las pogonas e instalarse en los pliegues de su piel. El problema con esta parasitosis es su persistencia, pues sin un tratamiento adecuado es difícil eliminarlos por completo.
Además, se recomienda limpiar de manera constante el hábitat de la pogona enferma para evitar infecciones futuras.
7. Enfermedad del hongo amarillo
Esta enfermedad es ocasionada por un hongo patógeno que invade la piel de las pogonas. En consecuencia, se provoca una dermatitis color amarilla muy evidente que se expande conforme avanza la infección. Esta patología puede ser letal si se deja que se agrave, ya que también afecta a los órganos internos y provoca un fallo multisistémico.
Para el diagnóstico hace falta que un profesional revise las lesiones y confirme la presencia del hongo. En cuanto al tratamiento, solo el veterinario puede sugerir el antimicótico y la medicina adecuada para controlar la condición. A pesar de esto, ten en cuenta que aún no existen fármacos efectivos que curen la enfermedad.
8. Infección por virus (adenovirus)
Los adenovirus son un grupo de patógenos que causan diversos problemas en las pogonas. En general, la mayoría de los síntomas están asociados al sistema digestivo, así que las mascotas afectadas no logran crecer mucho y presentan pérdida de peso. Los ejemplares más vulnerables son los jóvenes y los recién nacidos, pero también existen algunos casos en adultos.
La infección puede detectarse por diversos análisis clínicos, aunque las pruebas de nueva generación (como la PCR) son algo más eficientes. Sin embargo, en la actualidad no existe un tratamiento efectivo contra los adenovirus.
9. Infecciones intestinales (oxiuros y coccidios)
Los parásitos intestinales suelen ser comunes en ejemplares que son alimentados con vegetales sin desinfectar. Los endoparásitos (como los coccidios y los oxiuros) afectan el intestino de la mascota y son los más usuales en este terreno. Los síntomas generales son la letargia, la diarrea y la pérdida de peso. En infestaciones graves por oxiuros se puede provocar una impactación intestinal.
10. Impactación intestinal
Las pogonas suelen consumir por accidente cierta parte de su sustrato, lo que provoca que ingrese a su sistema digestivo y ocasione algunos problemas. Es importante elegir bien este aspecto del hábitat. En caso contrario, los sustratos como arena, grava o serrín pueden aglomerarse en el intestino del animal y provocar una impactación (obstrucción).
11. Infecciones respiratorias
El hábitat de los reptiles mantiene las condiciones ideales para que se desarrollen diversos patógenos. En consecuencia, los microorganismos como las bacterias crecen si no existe una limpieza adecuada. Por si fuera poco, la humedad propicia que estos agentes se suspendan en el aire y puedan entrar a los pulmones de la mascota, lo cual ocasiona patologías respiratorias.
Para evitar esto, es necesario tener una excelente ventilación en el terrario. De esta forma, se evita que el aire se aglomere y que las bacterias tengan las condiciones para crecer. Recuerda que también es crucial mantener la limpieza de la zona, pues las heces y los desechos de comida son focos de infección que propician esta patología.
La mayor parte de las patologías en reptiles pueden evitarse con un buen mantenimiento del terrario. Ten en cuenta todas las necesidades básicas de tu pogona, pues de lo contrario tendrás que enfrentarte a sus enfermedades. Ante cualquier cambio en el comportamiento o en el físico de tu mascota, acude el veterinario. Nunca está de más una revisión preventiva.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Schmidt-Ukaj, S., Hochleithner, M., Richter, B., Hochleithner, C., Brandstetter, D., & Knotek, Z. (2017). A survey of diseases in captive bearded dragons: a retrospective study of 529 patients. Veterinární medicína, 62(9), 508-515.
- Raiti, P. (2012). Husbandry, diseases, and veterinary care of the bearded dragon (Pogona vitticeps). Journal of Herpetological Medicine and Surgery, 22(3-4), 117-131.
- Benato, L. (2010). Managing stomatitis in pet reptiles. Vet Times (Peterb), 2, 1-4.
- Boyer, T. H. (2015). Diseases of bearded dragons. In Proceedings of the Pacific Veterinary Conference (pp. 1-6).
- Barboza, T. (2021). Hepatic Lipidosis in the Bearded Dragon (Pogona vitticeps): Diagnostic and Therapeutic Investigations (Doctoral dissertation).
- Abarca, M. L., Martorell, J., Castellá, G., Ramis, A., & Cabañes, F. J. (2009). Dermatomycosis in a pet inland bearded dragon (Pogona vitticeps) caused by a Chrysosporium species related to Nannizziopsis vriesii. Veterinary dermatology, 20(4), 295-299.