Las hormigas son un grupo de insectos que se encuentra distribuido por gran parte del mundo. Aunque la mayoría conviven de manera normal con los humanos, algunas llegan a ocasionar serias plagas y problemas de salud. Este es el caso de la hormiga de fuego, una especie considerada como invasora en varias regiones con una picadura bastante dolorosa para la víctima.
Las hormigas de fuego pertenecen al género Solenopsis, el cual forma parte de la familia Formicidae, con los parientes cercanos de las abejas y avispas. Aparte de ser una hormiga invasora, estos ejemplares suelen ser muy agresivos, por lo que es fácil que piquen a cualquiera que los moleste. Sigue leyendo para conocer más acerca de estos curiosos invertebrados.
Hábitat y distribución de la hormiga de fuego
Las especies más representativas de las hormigas de fuego son endémicas de Sudamérica. Sin embargo, debido a su tamaño reducido, han logrado colarse y transportarse a otras partes del mundo, donde ahora son consideradas una plaga. Por lo tanto, su distribución incluye varios países del continente Americano, Asia, algunas islas de la Polinesia y Australia.
Estos organismos no son muy selectivos con sus hábitats, aunque sí tienen preferencia por zonas húmedas y con vegetación moderada. Aun así, no se restringen a estos sitios, pues también llegan a vivir en zonas agrícolas, rurales y urbanas. Se adaptan muy bien a entornos variados.
Características de la hormiga de fuego
Estos insectos son himenópteros, por lo que la apariencia de su cuerpo es muy similar a la de una avispa o una abeja. El plano corporal de la hormiga se divide en tres regiones: la cabeza, el tórax y el abdomen. Cada sección está separada entre sí por una pequeña constricción o cintura, mucho más evidente en el paso entre la zona torácica y la abdominal.
Las hormigas de fuego mantienen los rasgos típicos de los formícidos, por lo cual presentan un par de antenas, una mandíbula poderosa y 3 pares de patas. Además, su tamaño es pequeño, ya que apenas alcanzan los 6 milímetros de longitud. Por otro lado, su coloración varía entre rojo, negro y marrón, mientras que su abdomen suele ser más oscuro que el resto del cuerpo.
Las 3 características distintivas de este grupo son su aspecto peludo, la estructura particular de sus antenas y la forma de “doble” cintura de avispa. Gracias a esto, aunque a primera vista pueden parecer hormigas comunes, es fácil identificarlas.
Comportamiento
Las colonias de estos formícidos son bastante protectoras con su nido, por lo que no dudarán en atacar ante la menor provocación. Lejos de picar una sola vez a su agresor, estas especies atacan varias veces, lo que provoca una serie de heridas consecutivas a las víctimas.
Un rasgo principal de estos insectos es el gran trabajo en equipo que realizan, por lo cual se consideran especies sociables. Esto se debe a la comunicación que tienen entre sí, pues hacen uso de feromonas que les señalan los sitios con comida (y que también avisan de peligros en el nido).
En cuanto a los hormigueros, estos insectos suelen conformar montículos en los que se encuentran las entradas a sus túneles complejos. Dichas estructuras pueden alcanzar los 60 centímetros de altura y contener una gran cantidad de conexiones internas. De hecho, en algunas ocasiones, se conectan varias colonias por medio de los conductos subterráneos.
Picadura de las hormigas de fuego
Algunas hormigas son capaces de producir venenos que utilizan para defenderse o para cazar. Sin embargo, pocos de ellos son lo suficientemente fuertes para causar estragos en la salud de los humanos. La hormiga de fuego contiene una toxina alcaloide que, lejos de ser letal, ocasiona un fuerte dolor en la zona de su picadura.
De hecho, este dolor es igualado al de la quemadura por fuego, lo cual explica el origen del nombre común de estas hormigas. A pesar de esto, la picadura no es letal, aunque esto no significa que no sea peligrosa: los componentes de su toxina llegan a ocasionar serias reacciones alérgicas en las víctimas y los resultados pueden ser fatales.
Tipos de Solenopsis
A pesar de que este género es reconocido como “hormigas de fuego” en general, no todas las especies que lo integran son clasificadas como tal. De hecho, se ha reconocido que la taxonomía de Solenopsis es un reto para los especialistas, pues clasificar especies es difícil cuando muchas de ellas son casi iguales.
Asimismo, existe un debate por la poca coherencia genética entre sus representantes.
Por esta razón, en la actualidad se reconocen a 3 grupos distintos que se encuentran dentro del género Solenopsis. Esta agrupación aún no representa un mismo origen evolutivo, pero es lo más cercano que se tiene a una clasificación formal. Descartando a las hormigas de fuego que ya hemos descrito, las dos restantes son las siguientes:
- Las hormigas ladronas: son conocidas de esta forma debido a que viven en las paredes de los nidos de otras hormigas. Se alimentan de la comida que roban y viven a expensas de sus hospederos (lestobioticas). Con anterioridad, eran agrupadas en el género Diplorhoptrum, pero ahora pertenecen a Solenopsis.
- Las hormigas parásitas: las reinas de estos ejemplares vuelan e invaden los nidos de otras hormigas, pues se acoplan al abdomen de las reinas hospederas y comienzan a poner sus propios huevos. Las obreras de la colonia hospedera cuidan y alimentan a las crías del parásito. Un ejemplo de ello es Solenopsis daguerrei, que parasita a una hormiga de fuego (Solenopsis invicta)
Alimentación de la hormiga de fuego
La dieta de estas hormigas está constituida por insectos y vegetación. Se pueden ver a las obreras comiendo grillos, cucarachas, escarabajos, semillas, hojas y restos de insectos, pues se acoplan a la disponibilidad del recurso. Es más, cuando la comida escasea, pueden hasta comerse entre ellas (canibalismo).
De hecho, al igual que otras especies de formícidos, las hormigas de fuego logran concretar relaciones simbióticas con los áfidos o pulgones, que las nutren de azúcares. Gracias a ello, tienen un gran repertorio de alimento (lo cual es considerado un rasgo esencial para ser especie invasora exitosa).
Reproducción
Al igual que la mayoría de los himenópteros, esta especie hace uso de un mecanismo de castas y un vuelo nupcial para su reproducción. Aunado a ello, estas hormigas tienen un éxito reproductivo alto, puesto que se aparean varias veces al año y logran establecer varios nidos en poco tiempo.
Los rangos sociales de la hormiga de fuego se basan en los 4 clásicos que se encuentran en un hormiguero:
- Machos: suelen ser organismos haploides con periodos de vida reducidos que nacen de huevos no fertilizados y son producidos al mismo tiempo que las reinas vírgenes. Su único fin es el de copular con la hembra durante el vuelo nupcial, por lo cual presentan alas. Sin embargo, mueren pocos días después sin poder regresar a su nido de origen.
- Hembras infértiles (obreras): son las encargadas de la mayor parte del trabajo dentro de la colonia y cuidan, alimentan y defienden el nido. Estos ejemplares nacen de huevos fertilizados, por lo que son diploides, aunque sus órganos reproductores se encuentran atrofiados.
- Hembras fértiles (reinas vírgenes): el cuerpo de estas hembras es un poco más grande y presentan alas para participar en el vuelo nupcial. A diferencia de las obreras, estas sí pueden reproducirse, puesto que ellas serán las fundadoras de nuevas colonias.
- Reinas (fundadoras de la colonia): son las que gobiernan los hormigueros y solo se encargan de poner los huevos que darán lugar a sus integrantes.
Vuelo nupcial
El apareamiento de los himenópteros se lleva a cabo por medio de un despliegue aéreo vistoso conocido como vuelo nupcial. Durante este evento, los machos y las reinas vírgenes se elevan en el cielo y comienzan una persecución que finaliza con la fertilización de las hembras. Una vez termina, las reinas fecundadas parten en busca de un sitio para fundar su hormiguero y poner sus primeros huevos.
En algunos casos, las nuevas reinas forman grupos para ayudarse a construir su nueva colonia, lo cual facilita muchas tareas. Como resultado, algunos nidos crecen con varias reinas en su interior, conviviendo para agrandar y establecer bien su colonia. Cabe recalcar que estos son casos excepcionales y se conocen bajo el término poliginia.
Invasoras problemáticas
Las hormigas de fuego exhiben un potencial innato que les permite resistir en nuevos ambientes y conquistar otros países o islas. Esta es la razón principal por la cual su distribución abarca otras regiones del mundo diferentes a las originales y se consideran especies potencialmente invasoras.
Por ejemplo, Estados Unidos tiene un protocolo de cuarentena en el cual se pide reportar la presencia de estos insectos para tratar de erradicarlos. Asimismo, Australia ha invertido bastante dinero para poder disminuir su población y así evitar perdidas económicas.
Ambas son soluciones agresivas, pero son fruto de una respuesta necesaria ante una situación que se ha vuelto muy peligrosa a nivel ecosistémico.
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A pesar de los esfuerzos, su tamaño y fácil propagación han ocasionado que sea difícil lidiar con estas especies. Sin embargo, no se pierde la esperanza de que en algún momento se encuentre una solución. Este género de hormigas es tan solo un ejemplo de lo peligroso que resulta liberar animales ajenos al ecosistema.
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