Medusa gelatina de cristal: características, dieta y distribución

La medusa gelatina de cristal es un animal fascinante, ya que posee una proteína que ha sido ampliamente usada en el estudio de procesos biológicos en las células humanas. ¡Descubre más sobre este invertebrado!

Una medusa gelatina de cristal con sus compañeras.

Las medusas son unos de los animales marinos que más curiosidad causan, pero entre todas ellas, destaca la medusa gelatina de cristal. Este invertebrado tiene unas características especiales que lo hacen único, e incluso, ha despertado el interés de la ciencia. Su nombre científico es Aequorea victoria y pertenece a la familia Aequoreidae, en la que se engloban más de 25 especies.

El nombre común de esta medusa viene de su aspecto gelatinoso y casi transparente, semejante al cristal. Este aspecto la hace casi imperceptible para el hombre, más porque suele vivir en las zonas profundas del océano en donde casi no llega la luz solar. Continúa leyendo para conocer sus características, dieta y distribución con mayor detalle.

Características de la medusa gelatina de cristal

La medusa gelatina de cristal, al igual que la mayoría de estos animales, tiene un aspecto llamativo. Además de su transparencia, presenta cientos de tentáculo de diferentes tamaños. Aunque estos parecen delicados, son mucho más resistentes que los de otros tipos de medusas. Cabe resaltar que estos no salen del área de su boca, sino del filo de su umbrela. Están cargados de veneno capaz de paralizar a sus presas.

Ahora bien, la característica que ha hecho famosa a la Aequorea victoria es su bioluminiscencia, es decir, la capacidad que tiene para producir luz de forma natural. Cuando esta medusa se siente atacada o en peligro, activa a través de sus más de 100 órganos la proteína verde fluorescente —GFP, por sus siglas en inglés— para ahuyentar a sus depredadores.

Las medusas tienen unas células especializadas, los cnidocitos, que se encargan de eyectar el veneno de los tentáculos tras el contacto con la presa. 

Una medusa de cristal sobre un fondo negro.

Esta proteína que se activa con el calcio fue descubierta por el científico japonés Osamu Shimomura y el estadounidense Roger Y. Tisen. Ambos profesionales ganaron el Premio Nobel de Química en 2008 gracias a este hallazgo.

De acuerdo con estudios que han recopilado la aplicación de esta proteína en el campo de la medicina, gracias a ella se han podido investigar procesos biológicos en las células de los seres humanos, relacionados con la propagación de células cancerígenas y la formación de nuevas neuronas.

Lo que más se destaca del uso de la GFT en humanos es la capacidad que tiene para brillar sin valerse de otros aditivos. Basta con irradiar el área con luz UV para que emita la fluorescencia. Esto es un gran avance, pues no representa riesgo de toxicidad.

Dieta de la medusa gelatina de cristal

Este invertebrado marino logra tal expansión de su boca que puede tragarse a otras medusas o presas del doble de su propio tamaño. Debido a esta proeza biológica, es capaz de consumir a otras hidromedusas, aunque no sean la base de su dieta. También ingiere organismos pequeños, como el plancton y algunos crustáceos.

Cuando se trata de presas difíciles, Aequorea victoria utiliza sus pegajosos tentáculos para inyectar la toxina que las paraliza. Luego, usa la fuerza de las mismas estructuras para llevarlas hacia su boca y tragarlas enteras. No tiene dientes —por lo que no mastica—, ya que es en su estómago en donde las enzimas descomponen los alimentos.

Estas medusas, a su vez, son el alimento de otras especies como el pez luna, con lo que aportan así su grano de arena al equilibrio del ecosistema oceánico. Al ser casi transparentes, algunos animales que se alimentan de ellas las confunden con bolsas plásticas, que flotan en el océano por cuenta de la contaminación.

Aunque su picadura es letal para sus presas, para los humanos no hay mayor riesgo.

Distribución

Las medusas gelatina de cristal se hayan en la costa occidental de Norteamérica, desde el centro de California hasta Vancouver, en cercanías de Washington y la Columbia Británica. Viven tanto en las profundidades oceánicas como en las costas. De hecho, debido a las corrientes marinas, pueden ser arrastradas a las playas, en donde podrían observarse varadas.

Pese a tener total dominio de sus partes, estos invertebrados no suelen nadar. Prefieren dejarse llevar de un lado a otro por las corrientes, que las mantienen a flote. Actualmente, estos ejemplares se pueden observar en exhibición en algunos acuarios legales —como zoológicos y reservas—.

Medusa gelatina de cristal, un ser deslumbrante

Así es la medusa gelatina de cristal, deslumbrante. Además de adornar los océanos con su presencia, puede decirse que presta un servicio en pro de la salud de los seres humanos, debido a la labor de sus compuestos en el ámbito laboratorial. Por otro lado, gracias a la sensibilidad que reportan a la calidad del agua, las medusas se han convertido en centinelas del cambio climático.

De hecho, un artículo de la Universidad Complutense de Madrid explica que una de las razones por las cuales las medusas están más cerca de las playas es la fractura de la barrera de temperatura y salinidad entre el mar abierto y la costa. Si prestamos atención como sociedad a estos parámetros biológicos, podremos detectar de forma más rápida los cambios en nuestro entorno.

Una medusa gelatina de cristal.

La medusa gelatina de cristal es una medusa de tamaño pequeño, coloración casi nula y una figura casi imposible de discernir en el fondo marino. De todas formas, llama la atención por su utilidad en diversos frentes humanos.

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

  • Mendoza-Becerril, María & López, Laura & Agüero, José. (2019). Diminutas y valiosas hidromedusas. 23. 30-33.
  • Medusas, cada vez más cerca. Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación – Universidad Complutense de Madrid.
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