Cómo construir un terrario bioactivo

Los terrarios bioactivos, si se montan correctamente, pueden ser el tipo de instalación de naturaleza exótica más bella y llamativa.

Un terrario tropical.

Construir un terrario bioactivo no es una tarea nada sencilla ya que, al fin y al cabo, consiste en concentrar todos los organismos necesarios para que se lleven a cabo los distintos ciclos biogeoquímicos dentro de un ecosistema cerrado.

En estas líneas discutiremos las distintas características básicas que debe tener cualquier terrario bioactivo. En general, este tipo de espacios están destinados a mantener mascotas como reptiles o anfibios. No obstante, puede no colocarse ningún animal de este tipo y que solo haya plantas y animales como artrópodos o gusanos en su interior.

¿Qué tipo de tanque es mejor para un terrario bioactivo?

Todos los elementos que hay en un terrario bioactivo están vivos, incluido el suelo. Es importante destacar que, para que los ciclos naturales que deben darse dentro de la instalación y los parámetros fisicoquímicos se mantengan estables, es esencial que el tanque sea grande.

Las características de la instalación también dependerán del tipo de mascota que se quiera introducir. Por ejemplo, si se quiere mantener ranas arborícolas o reptiles arbóreos, el tanque debe ser más alto que largo. En general, un terrario de 100 litros de volumen es suficiente para especies de tamaño pequeño-mediano.

Un terrario bioactivo.

El sustrato, la base para construir un terrario bioactivo

Una vez se haya decidido el tamaño del tanque —y aunque pueda resultar obvio—, lo primero que se debe pensar es en el tipo de ecosistema que se desea: árido o tropical. Esta decisión condiciona las especies animales y vegetales que se podrán incluir dentro del terrario.

A la hora de seleccionar un sustrato, es imprescindible que este esté vivo o, dicho de otro modo, que sea un sustrato bioactivo. Los sustratos bioactivos pueden adquirirse en tiendas especializadas de reptiles, pero también en viveros o tiendas de artículos para el hogar. Pero ¿qué es un sustrato bioactivo?

El sustrato bioactivo no es más que una base que, además de la parte inerte o suelo, lleva dentro las bacterias necesarias para la descomposición de la materia orgánica. Estas bacterias son las responsables de ciclos biogeoquímicos tan importantes como el del carbono o del nitrógeno.

Otra característica importante de los sustratos bioactivos es que contienen eslabones de la cadena detritívora, como diferentes tipos de gusanos, caracoles o colémbolos. Estos animales son los que comienzan esta cadena y se alimentarán de los desperdicios de la mascota y de la comida que no ingiera.

Por último, al poseer un equipo de limpieza tan excelente —como son estos colémbolos o gusanos—, este tipo de sustrato no necesita ser cambiado con asiduidad. Simplemente cada varios meses se puede retirar la tierra que se haya compactado y añadir algo de sustrato nuevo.

El mundo vegetal en un terrario bioactivo

El siguiente principio de los terrarios bioactivos es que estos deben poseer plantas vivas y en ningún caso se aceptan las plantas de plástico. Seleccionar una especie u otra de vegetal dependerá, como en el caso del sustrato, del tipo de ecosistema que se quiera crear.

Las plantas vivas son necesarias a la hora de construir un terrario bioactivo, ya que sus raíces crearán relaciones simbióticas con los microorganismos que habitan el suelo.

En los terrarios bioactivos áridos es mejor decantarse por plantas suculentas que, como los cactus, necesitan poca agua. Además, estas carecen de espinas que puedan dañar la piel de los animales. Algunos ejemplos de plantas para terrarios áridos son los siguientes:

  • Ágave (Echeveria sp.)
  • Piedras vivas (Lithops sp.)
  • Aloes (Aloe sp.)
  • Burritos (Sedum sp.)
  • Plantas de serpiente (Sansevieria sp.)

En el caso de los terrarios tropicales las condiciones climáticas son totalmente diferentes, sobre todo por el porcentaje de humedad, que es mucho más elevado. Cabe destacar que para este tipo de terrarios es mejor colocar un tubo de drenaje para que el agua no se acumule en exceso en el sustrato.

Existe una gran variedad de plantas que pueden ser colocadas en los terrarios tropicales. Los musgos, las briofitas y los helechos son las opciones más populares y las que más aspecto de «selva tropical» ofrecen al terrario. Otras plantas tropicales muy apreciadas son las siguientes:

  • Bromelias como Tillandsia dyeriana, Vriesea Christiane o Guzmania sp.
  • Plantas trepadoras: Scindapsus pictus, Cissus amazonicus y Ficus pumila.
  • Plantas palustres cuando se trate de un acuaterrario bioactivo: Dracaena marginata, Hemigraphis colorata y Hemigraphis exotica.

Parámetros fisicoquímicos del terrario

En un terrario bioactivo se alojan microorganismos, plantas y animales vivos. A la hora de seleccionar las distintas especies, se debe comprobar que todas ellas proliferen correctamente dentro de un rango de temperatura y humedad concretos y similares entre ellos.

La temperatura se puede controlar a través de un termómetro. Para que se mantenga dentro del rango óptimo, se deben emplear ventiladores que hagan circular el aire y lo refresquen y calentadores —como mantas térmicas externas— que eleven la temperatura si fuera necesario.

Por otro lado, la humedad puede elevarse fácilmente con la simple acción de pulverizar agua sobre el ecosistema. Este gesto se realizará con más frecuencia en los terrarios de tipo tropical, pero recuerda tener cuidado con el encharcamiento del suelo.

La luz es otro factor que se debe tener en cuenta. Tanto anfibios como reptiles necesitan recibir luz solar artificial —la luz del sol que incide a través del cristal no es apta—. Las plantas también la requieren para poder realizar la fotosíntesis y poder transformar la materia inorgánica del suelo en materia orgánica y oxígeno.

¡No olvides que estás creando un ecosistema completo y cada organismo tiene su función dentro del mismo!

Ranas de ojos rojos en un terrario bioactivo.

Ahora ya conoces todos los pasos que debes tener en cuenta para construir tu propio terrario bioactivo. Con solo controlar unos cuantos factores y tener claro qué se quiere conseguir, todo lo demás se basa en la imaginación para crear un bonito ecosistema en miniatura.

Bibliografía

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