Muchos animales nacen o acaban en un lugar muy diferente del que deberían estar. El tráfico ilegal de especies, el uso de animales salvajes en espectáculos o su utilización como reclamo turístico son los motivos por los que muchos grandes felinos terminan en un centro de rescate.
La Fundación Internacional AAP Primadomus —Animal Advocacy and Protection, protección y defensa de los animales— es uno de los centros europeos de referencia para el rescate de mamíferos exóticos desde su apertura en 2009.
Cuatro años después, Primadomus fue reconocido como el primer Centro de Rescate Oficial CITES, un tratado internacional para la conservación de la naturaleza. Si quieres saber más sobre estas organizaciones de esencial importancia, continúa leyendo.
La fundación AAP: centro de rescate de animales exóticos.
Riga y Okko Reussien eran una pareja holandesa que, en los años setenta, decidieron crear un centro de rescate de primates y pequeños animales exóticos.
En un principio, la pareja cuidaba a los animales en su propia casa. Riga compaginaba esta tarea con su trabajo nocturno en una clínica veterinaria. Aunque los comienzos fueron duros, con el paso del tiempo la fundación Okko y Riga estableció una nueva ubicación para su centro.
Además de trabajar en rescates, AAP participó en la creación de las primeras legislaciones referentes al bienestar animal y tenencia de fauna exótica en los Países Bajos.
Con el paso del tiempo, Riga y Okko cedieron la dirección a David van Gennep, el actual director de la fundación, que había trabajado con ellos como voluntario. La fundación se profesionalizó aún más y su papel en la legislación de animales exóticos se hizo más fuerte.
Primadomus siguió creciendo y cambió de nuevo su ubicación a su actual base europea en Almeres, pero su radio de acción es mucho mayor, desde el norte de Europa al suroeste con su centro en Villena, España.
¿Cómo funciona el centro?
Cientos de tigres y leones son explotados en circos, filmados en películas, comerciados ilegalmente o vendidos como mascotas a particulares, por lo que pasan su vida en pequeñas jaulas sin poder desarrollar las necesidades básicas de su especie.
Lo mismo ocurre con otras especies exóticas como los primates. Tras años de confinamiento finalmente son rescatados y, a pesar de que su vida cambia radicalmente, es altamente improbable que alguna vez puedan ser reintroducidos en su hábitat natural.
Uno de los grandes objetivos de la fundación AAP es prevenir los problemas que hacen necesario el rescate de los animales. Una fuerte regularización de las leyes de bienestar animal y una sociedad concienciada son los pilares básicos para conseguir reducir el número de víctimas animales.
Tras recibir alertas sobre un animal, la fundación evalúa el caso y fija una fecha para su transporte. Al llegar al centro, cada animal aislado debe pasar por un periodo de cuarentena que permite conocer su estado inicial y planificar su rehabilitación física y mental.
Terminado el periodo de cuarentena, los animales se alojan con miembros de su propia especie para comenzar el proceso de rehabilitación social.
Un centro de rescate para grandes felinos
Desde el pasado mes de junio, AAP Primadomus forma parte de la Alianza de Santuarios para Grandes Felinos (Big Cat Sanctuary Alliance). Esta organización ha sido ideada con el fin de eliminar la tenencia privada y el uso comercial de grandes felinos.
Esta asociación aporta más voz a la fundación, y además, el equipo de Primadomus se compromete a seguir los estándares de la alianza, pues sus integrantes trabajan sin contacto con los animales salvajes y sin facilitar su crianza.
Actualmente, en el centro de rescate español residen 140 animales entre primates y grandes felinos.
Los leones Reza y Aya
El 21 de mayo de 2015 AAP rescató a estos dos leones junto otros dos tigres procedentes de un espectáculo circense. Los felinos llevaban trece años viviendo en tráileres de circo al lado de una autovía francesa.
Los animales pasaron los primeros meses de su estancia en recintos separados, ya que nunca antes habían tenido contacto entre ellos. Sin embargo, desde el primer día que los leones salieron a las instalaciones exteriores parecían reconocerse entre sí y el equipo decidió introducirlos juntos.
Los leones congeniaron muy rápido y hoy en día conviven juntos. Reza fue recuperando poco a poco su musculatura y Aya bajó de peso gracias a la cuidada dieta del centro.
Los instintos cazadores de la leona Reza salieron rápidamente a la luz gracias al enriquecimiento ambiental proporcionado por la fundación, ya que después de tantos años de encierro no se habían suprimido. Aya, por el contrario, dedica su tiempo a observar a su compañera.
Gracias a la labor de este centro de rescate, los grandes felinos pueden encontrar otra oportunidad, un hogar más adecuado a sus necesidades, con cuidados veterinarios y la posibilidad de socializar con otros animales de su misma especie.
Bibliografía
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