La mayoría de los tutores tiende a optar por elegir como mascotas a animales como los perros y los gatos, ya que son especies domesticadas con las que es fácil convivir. No obstante, existen algunas personas que deciden salir de lo común y buscan compañeros que son más dificiles de cuidar, como por ejemplo una tortuga.
Si bien los reptiles no son una mascota muy común, la tortuga es una buena opción para las personas que prefieran tener un animal sin las necesidades afectivas de, por ejemplo, un perro o un gato. Sin embargo, debes tener presente que estos animales requieren de cuidados especiales, por lo que te dejamos algunos consejos para que sepas cómo cuidar de una tortuga.
Algunas advertencias antes de adquirir una tortuga
Hay ciertas clases de tortugas que se encuentran en peligro de extinción, pertenecen a especies protegidas o que no pueden comercializarse. Por ejemplo, no debes sacar una tortuga que te encuentres en un viaje de su hábitat natural. Esto, además de inhumano, es un crimen en la mayoría de los países y puede traerte problemas legales. Por lo tanto, mejor investiga un poco antes de tener que darle explicaciones a la policía.
Asimismo, siempre pon en cuarentena a una tortuga nueva antes de exponerla a otros ejemplares, en especial si desconoces su procedencia. Ten en mente que no son animales con los que debas interactuar mucho, ya que puedes causarle infecciones o accidentes.
Algo que también debes tener presente es que no debes darle una tortuga (u otro animal pequeño) a un niño. Sabemos que muchas personas diferirán en este punto, pero los animales no deberían usarse como experimentos de responsabilidad de infantes.
Los accidentes son la causa más frecuente de muerte de tortugas domésticas y muchas se deben a una mala manipulación o tenencia por parte de un niño. Por esa razón, si quieres educar un niño en responsabilidad, asígnale tareas específicas; no lo pongas a cargo de un ser vivo. Ahórrales sufrimiento, tanto al animal como al niño.
Cómo cuidar de una tortuga
Los cuidados de las tortugas cambian según la especie, su tamaño, su edad y su tipo. Por ello, en los siguientes puntos se abarcan solo algunos de los cuidados más importantes a tomar en cuenta:
Tipos de tortugas
Cuidar de una tortuga dependerá mucho de la clase a la que pertenezca. En general, puedes encontrar dos tipos:
Tortugas de agua
Las tortugas de agua necesitarán de un hábitat en el que tengan suficiente agua y espacio para poder nadar a gusto. Normalmente, se utilizan peceras grandes (para no entorpecer su crecimiento) con agua dulce o salada y un espacio de tierra que les permita descansar y tomar sol.
Esta deberá tener suficiente profundidad como para que la tortuga pueda sumergirse, pues su actividad favorita es nadar. Debes ubicar la pecera en un lugar donde reciba sol; es a través de esta forma que ellas regulan su temperatura, además de ser positivo para su caparazón y sus huesos.
Por otro lado, mantener el agua limpia será fundamental para la salud de la tortuga. Esto evitará el crecimiento de bacterias que pueden dañarla.
Para ello, tendrás que adquirir un filtro, un termómetro y cambiar el agua con frecuencia, dependiendo de la cantidad de tortugas que tengas (se sugiere tenerlas en pareja para evitar el aburrimiento y la depresión). Recuerda que el agua de grifo puede contener cloro, por lo que debes ser cauto y agregar gotas anticloro al líquido antes de cambiarlo.
También has de tener la temperatura regulada; procura que no sea inferior a los 25 ni superior a los 28 grados centígrados. Según el clima de la zona en donde vivas, es posible que no necesites un calentador artificial. Sin embargo, ten cuidado de que el hábitat se mantenga en estos parámetros.
De este modo, evitarás un choque térmico; recuerda que ellas no regulan su temperatura como lo hacemos los mamíferos. Además, así evitarás que entre en periodo de hibernación, lo que te puede poner en aprietos si no sabes cómo manejar esta faceta, aunque no todas las especies lo hacen.
Tortugas terrestres
Las tortugas terrestres tienen una necesidad de espacio mayor que las acuáticas para poder desplazarse. Esto se debe a que pasan más tiempo en tierra. Por supuesto, este ha de estar libre de depredadores (gatos, perros, algunas aves). Eso sí, también precisan de un pequeño cuerpo de agua, algo como un charco o una alberca que le permitan mantener la humedad entre el 40 y 80%.
Además, su hábitat necesita de una temperatura ligeramente más alta que el de las acuáticas. Se debe intentar mantenerla entre los 25 y 32 grados centígrados, aunque la mejor recomendación es dividir su hogar en dos espacios que tengan una región más fría y otra más cálida. De esta forma, ella podrá refrescarse cuando quiera.
Un patio con estanque estará bien cuando son adultas; de pequeñas, en tanto, la pecera será suficiente. Estas tortugas necesitarán, además, un refugio en donde dormir o hibernar si es necesario.
Eso sí, debes cuidar y vigilar bien a tu tortuga, ya que a algunas les gusta enterrarse en zonas fangosas y, si no te das cuenta de que lo hizo, podría morir si se seca el lugar antes de que salga.
¿Es necesaria la luz artificial?
Es normal que se recomiende utilizar luz artificial (UVB) al momento de tener cualquier reptil como mascota. Sin embargo, solo es necesario si al hábitat no le llegan suficientes rayos de sol durante el día. Recuerda que las tortugas crecen bastante, por lo que es mejor tenerlas en un espacio amplio, bien iluminado y ventilado como el patio o cerca de una ventana. Así que la falta de luz no debería suponer un problema.
La tranquilidad como base de sus cuidados
Contrario a lo que sucede con otras mascotas, las tortugas no deben ser manipuladas en exceso, ya que tienden a estresarse y a desarrollar problemas de salud. De hecho, se recomienda que tengan un espacio privado en el que no se les pueda molestar tan fácil y se sientan seguras.
Se debe tener en cuenta que las tortugas no son especies domesticadas, por lo que no están habituadas a interactuar con las personas durante mucho tiempo. Además, debido a las condiciones de su hábitat, la manipulación de estos reptiles aumenta la posibilidad de que contraigan infecciones.
Alimentación
La alimentación de las tortugas depende mucho de la especie. Sin embargo, la mayoría son carnívoras cuando son pequeñas y se vuelven omnívoras conforme crecen. Por ello, estas mascotas son fáciles de alimentar y no resulta caro ni demandante. En general, se sugiere darles una mezcla de frutas, verduras y algunos insectos, con ciertos suplementos de calcio.
Las tortugas tienden a ser glotonas, así que deberás vigilar las porciones que le das. Por lo normal, la dieta de una tortuga debe estar compuesta del 25 % de proteínas y un 75 % de vegetales. La ingesta excesiva de proteínas puede ser perjudicial para ellas; además, debes limpiar cuando terminen para evitar un crecimiento de bacterias por descomposición.
El pienso comercial es una buena forma de adicionar proteína a su dieta, además de que la mayoría viene suplementado con vitaminas y calcio. Sin embargo, sigue la misma restricción anterior, no debe superar el 25 % de la dieta normal de la mascota.
También pueden comer arroz o maíz y se debe mezclar el alimento con plantas y flores. Si la dejas en tu patio, posiblemente se alimente de caracoles, lombrices y babosas que forman parte de su dieta natural.
¿Se pueden reproducir las tortugas en cautiverio?
Es posible reproducir a las tortugas en cautiverio. Sin embargo, no es recomendable que se intente llevar a cabo este proceso, ya que aparte de ser difícil, se pone en riesgo la vida de los ejemplares. Además, en casi todos los casos se precisan de herramientas especiales para incubar a los huevos. Por lo tanto, solo los especialistas en quelonios están realmente preparados para la reproducción de estos reptiles.
Si a pesar de esto aún deseas reproducir a tus tortugas, lo mejor será que pidas ayuda con un veterinario especializado para que dé seguimiento a todo el proceso. Recuerda que sus vidas están en riesgo, así que bajo ningún concepto trates de experimentar por tu cuenta.
Ver también:: ¿Cómo incubar huevos de tortuga?
¿Las tortugas hibernan?
Al igual que otros reptiles, las tortugas pasan por un estado similar a la hibernación en la cual reducen su metabolismo para resistir las bajas temperaturas del invierno. Eso sí, solo pasan por este proceso las tortugas que no son originarias de climas tropicales, ya que en su hábitat natural se enfrentan a épocas con ciclos de frío intensos.
De hecho, la hibernación puede convertirse en un proceso riesgoso para los organismos. Por ello, se suele recomendar mantenerlos en un sitio caliente durante todo el año para evitar que la temperatura descienda y comiencen su proceso de hibernación.
Enfermedades comunes
Las tortugas tienden a sufrir hongos en el caparazón si no se las asea adecuadamente, así como debilidad en los huesos y caparazón por carencia de vitamina D, calcio o producto de la falta de exposición al sol.
También son comunes las enfermedades en los ojos (te darás cuenta por la hinchazón) y las afecciones del sistema respiratorio, que se manifiestan por la aparición de moco y tos. Ten cuidado, pues la humedad a la que están expuestas hacen que estas patologías se dispersen con rapidez. Además, si no te das cuenta de su existencia, podrían llegar a causarle la muerte.
Las fracturas del caparazón o las heridas en la piel suelen ser parte de sus problemas más frecuentes. Estas pueden surgir por un accidente en su manipulación o por peleas entre los ejemplares. Deben ser atendidas por un profesional para vigilar su recuperación, pues las condiciones de su hábitat hace que las tortugas sean muy susceptibles a las infecciones.
Recomendaciones finales para cuidar bien a una tortuga
Tener a un quelonio (tortuga) no es tan fácil como parece, pues aunque no precisa de cuidados complicas, si necesita cierta atención y compromisos. Además, no todos los veterinarios se especializan en estos organismos, lo cual complica el mantenerlos sanos.
Antes de adoptar a cualquier especie de tortugas, considera buscar un especialista que te guie y te ayude con sus cuidados. Asimismo, ten en mente que el tenerlas como mascotas conlleva un compromiso de al menos 30 años o más, pues es la cantidad de años promedio que vive un quelonio en cautiverio.
Recuerda tener mucho cuidado e higiene mientras los manipulas y solo hacerlo cuando es realmente necesario. Algunos reptiles son portadores de la Salmonella, una bacteria de importancia médica que podría enfermarte de gravedad. A pesar de que parece ser una mascota que cualquiera puede tener, existen ciertos riesgos al cuidar de una tortuga. Si no estás preparado a afrontarlos, es mejor optar por una mascota tradicional.
Bibliografía
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