Collalba negra: hábitat y características

Estas aves pasan por una muda postnupcial completa, en la que renuevan todo su plumaje entre julio y octubre. Esto les sirve para prepararse e iniciar sus cortejos entre diciembre y febrero.

Una collalba negra sobre una rama.

La collalba negra es una ave de tamaño mediano que presenta uno de los comportamientos de cortejo más curiosos del mundo animal. Esta es una de las especies en las que se puede observar cómo la selección natural actúa para mantener las mejores características adaptativas.

Este pájaro pertenece al orden de los paseriformes y hace uso de cantos para conquistar a sus parejas. Además, el género al que pertenece agrupa a una gran diversidad de collalbas, pero en esta ocasión hablaremos en especifico de Oenanthe leucura. Sigue leyendo y conoce todo lo que hace única a esta especie.

Hábitat del collalba negra

Esta ave prefiere hábitats con poca vegetación, como acantilados, ramblas, taludes y barrancos. Incluso, puede estar viviendo en edificios abandonados, canteras o presas, siempre que existan estructuras altas para poder hacer sus nidos.

Su distribución está restringida a la península Ibérica y al norte de África. Por su parte, en España se mantiene en los sistemas montañosos del mediterráneos, aunque tiene preferencia por sitios secos y con pocas lluvias. En invierno se transporta a zonas cercanas del trópico, como Andalucía occidental.

Una collalba negra sobre una piedra.

Características físicas

La collalba es una ave de 18 centímetros de largo, con una coloración marrón oscura en todo el cuerpo, mientras que la cola resalta por su blancura. Además, al final de las plumas de la cola mantiene una especie de margen, tipo “T” invertida de color negro, que permite identificarla fácilmente. En cuanto a su pico y patas, también son de color negro, lo que le vale el nombre de collalba negra.

Las hembras son de tonalidades más claras, llegando a colores pardos y con manchas en el cuello y vientre, pero siguiendo los mismos patrones que el macho. Los jóvenes presentan tonalidades pardas en la zona del vientre, con plumaje negro a lo largo del cuerpo.

Comportamiento del collalba negra

Esta ave pasa la noche en pareja (primavera) dentro de cuevas o cavidades, mientras que en invierno duerme en grupos. Es más, se considera que este pájaro es más sociable con otros ejemplares de su especie que con otro tipo de collalbas. Por esta razón, se pueden observar ejemplares alimentándose en conjunto de hasta 6 individuos.

En general, es un animal tímido y asustadizo que manifiesta un comportamiento de defensa cuando se siente en peligro. Esto lo hace por medio de su cola: la mueve constantemente y la alza, tratando de verse más robusto para disuadir a su agresor.

Interacciones con otras especies

Parece existir un comportamiento territorial, ya que los machos de otras especies responden negativamente al canto de esta ave. Según una investigación publicada en la revista científica Ethology, se determinó que 5 especies de paseriformes reaccionaban al canto de la collalba negra, indicando posible territorialidad. Además, también se han visto ejemplares agresivos durante la época de reproducción.

Esto también puede significar seguridad, ya que les indicaría a otras especies que no hay peligro de ser encontrados por depredadores.

Alimentación del collalba negra

Su dieta se compone de insectos capturados en el suelo por medio de la búsqueda, en la cual utilizan ligeros saltos. Las collalbas negras suelen buscar en rocas, grietas, arbustos y cavidades, tratando de encontrar algún ortóptero, mantis, hemíptero, lepidóptero, mosca, himenóptero, etc.

Reproducción de la collalba negra

Esta ave es monógama, aunque se han observado algunos casos de poliginia —1 macho y 2 hembras—. Los vínculos de pareja se mantienen a lo largo del año, ya que incluso regresan a anidar en las mismas cuevas o hendiduras.

Para lograr conseguir pareja, el macho realiza un ritual de persecución, en el que trata de convencer a la hembra. Este proceso se lleva a cabo a finales de diciembre, para que entre enero y febrero las parejas ya estén establecidas.

Persecución y danza

Durante el cortejo, el macho debe demostrar a la hembra que es su mejor elección. Para ello, hace vuelos extravagantes, en los que enseña su plumaje y luce su tamaño. Acompañado de su canto, asciende lentamente para llamar la atención de la posible pareja. Además, cuando toca el suelo sigue con una danza, que consiste en pequeños saltos abriendo su plumaje y mostrando su cola.

El objetivo de la danza es llamar la atención de la hembra, pero también busca enseñar los posibles lugares de anidación. De hecho, antes de que se establezca la pareja, el macho muestra varias cuevas esperando que su pareja acepte alguna y se introduzca a ella.

En este momento es cuando se produce su conducta más particular: el transporte de piedras.

Transporte de piedras

El nido de las collalbas suele estar construido encima de un cumulo de piedras. Por esta razón, el futuro padre transporta un gran numero de ellas al nido. Sin embargo, no todas estas piedras llegan a formar parte esencial del nido, incluso puede que no se ocupen para esto. Esto significa que los machos llevan casi 3 kilogramos de piedras en el proceso que pueden no ser utilizadas.

Aunque parece extraño, la razón por la cual tienen esta conducta es por un tipo de evaluación adicional que hace la hembra. Es decir, a pesar de conquistarla, el macho aún tiene que demostrar su valía por medio del transporte de piedras. Esto ayuda a la futura madre a saber cuánto esfuerzo debe poner en su reproducción y también le indica la calidad genética del macho.

Quizá creas que no tiene sentido, ya que una ave no puede ser consciente de si su pareja si tiene o no una buena calidad genética a simple vista. Sin embargo, lo que la hembra ve es la cantidad de piedras que logra traer su pretendiente. Con eso es más que suficiente, pues si logra traer muchas significa que sus alas están bien desarrolladas y soportan bastante fatiga.

Copulación

Si la futura madre decide que el macho es buena elección, se lleva a cabo la cópula, en la que ambos realizan una danza que termina con el macho fertilizando a la hembra. En este punto es muy importante la cantidad de piedras que se lleven, ya que si la pareja no consigue cumplir con las expectativas el vínculo puede llegar a disolverse.

La disolución de la pareja es rara, pero puede tener lugar.

Puesta e incubación

La madre comienza la puesta de huevos a más tardar a mediados de febrero y pone una cantidad muy variable. Las hembras pueden poner en promedio de 3 a 4 huevos por puesta, siendo capaces de tener hasta 10 puestas. Cada una de las nuevas crías rompe el cascaron a los 14 días de incubación y todas serán cuidadas por la madre y alimentadas por el padre.

A los 14 o 15 días los polluelos suelen abandonar el nido, aunque inician sus primeros vuelos de prueba al tercer día. Finalmente, una semana después, pueden alimentarse por sí solos, pero seguirán siendo procurados por sus padres 15 días más antes de independizarse.

Estado de conservación

En la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la naturaleza la collalba negra es una especie de menor preocupación. Sin embargo, se ha detectado una reducción en su población, aunque esto no ha sido constante. Se ha propuesto que la invasiones de pastizales y la reforestación de zonas áridas pueden ser algunos factores asociados a esta situación.

Una collalba negra cantando.

Por lo regular, las aves presentan algunos de los patrones de cortejo más hermosos, y esta collalba no es la excepción. Al final, se tiene que recordar que a los animales estos comportamientos les sirven para seleccionar al organismo mejor preparado en lo que a la producción de descendencia se refiere. En otras palabras, la selección natural siempre actúa desde las sombras.

Bibliografía

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