Que los padres dan la vida por sus hijos es algo bien sabido, pues se observan comportamientos altruistas paternos tanto en el reino animal como en muchas sociedades humanas. Aún así, existen estrategias parentales extremas que van mucho más allá de la protección de la descendencia. Este es el caso de la matrifagia.
¿Conoces en qué consiste este término? ¿sabes cuál es el significado evolutivo del mismo? Aquí damos respuesta a esas preguntas y muchas más.
El cuidado parental y su relación con la descendencia
El cuidado parental se define como cualquier rasgo de los progenitores que aumenta las posibilidades de que los hijos sobrevivan, se reproduzcan y transmitan sus genes a las siguientes generaciones. Este mecanismo se muestra tanto con rasgos comportamentales como no comportamentales.
El cuidado parental no es un proceso que salga gratis, pues en todos los casos los padres tienen que desviar recursos y energía que sería para ellos en un principio. Cada bocado que aportan a su descendencia es uno que no se llevan ellos a la boca. Por ello, el cuidado parental es poco común en muchos animales:
- En invertebrados es muy poco común, y cuando existe, se muestra por parte de las hembras.
- En peces, cuando existe, son los machos los que se encargan de la prole.
- Las aves suelen presentar un tipo de cuidado biparental en el que ambos sexos trabajan para sacar adelante a la descendencia.
- Por último, en mamíferos son siempre las hembras las que se encargan de los hijos.
Para los padres esto es una inversión, pues reducen sus propias posibilidades de supervivencia y reproducción futuras con tal de brindar el mejor destino posible a sus hijos.
¿Qué es la matrifagia?
La matrifagia es el tipo de cuidado parental más extremo, pues se basa en el consumo de la madre por parte de las crías. Este comportamiento solo se observa en invertebrados y en un grupo de anfibios, las cecilias.
En estas últimas este proceso no es completo, pues la madre no fallece al dar de comer a sus hijos. Las cecilias hembras permiten que su descendencia se alimente del tejido de su oviducto, lo que naturalmente le genera perjuicios, pero no acaba con su vida. Otro caso muy diferentes es el que te mostramos a continuación.
Un caso concreto: Amaurobius ferox
Esta araña de pequeño tamaño se distribuye por Europa y Norteamérica. Más allá de su imagen, común a la de muchos arácnidos, las hembras de esta especie se caracterizan por su altruismo extremo con la descendencia.
En este caso, la hembra permanece con la ooteca (o saco de huevos) hasta que las crías emergen de ella. En primer lugar, esta pone una segunda tanda de huevos para alimentarlas, para posteriormente animar a su descendencia a que se alimente de su propio cuerpo. Las crías inyectan su veneno en el cuerpo materno para causar una muerte rápida.
Los beneficios que esta estrategia otorga a las crías son más que claros. Algunos de ellos son los siguientes:
- El cuerpo de la madre es una fuente de nutrición, que se traduce en un mejor crecimiento y desarrollo en la descendencia.
- La matrifagia acelera el proceso de muda. Los invertebrados cambian de exoesqueleto tras intervalos temporales periódicos, y esta estrategia parental los acorta.
- Las crías que se alimentan de las madres tienen una tasa de supervivencia mucho más alta que las de las especies que no lo hacen.
- La matrifagia promueve la socialidad entre los integrantes de la descendencia, pues evita procesos tales como el canibalismo entre hermanos.
Está claro que los hijos se benefician de este comportamiento de múltiples formas, pero ¿qué gana la madre? Un estudio científico trató de dar respuesta a esta pregunta, pues se separaron las crías de la madre antes de que esta fuera devorada en condiciones de laboratorio. Los resultados fueron los siguientes:
- El 80 % de las hembras que fueron separadas de sus hijos pusieron un segundo saco de huevos. De todos los nuevos hijos solo sobrevivieron un 40 %, en comparación al 90 % de la primera tanda.
- El número de huevos puestos en la segunda tanda fue significativamente menor en comparación con la primera.
Así pues, estos resultados nos dejan claro que a la hembra simplemente no le merece la pena seguir viviendo tras dar lugar a una primera generación de descendencia. Si la supervivencia de una segunda tanda de huevos es tan baja, ¿para qué molestarse?
Cuestión de genes
Al final, todas las estrategias evolutivas encuentran una respuesta en la genética. La mayoría de los animales no se perciben a sí mismos como entes autónomos (o no se ha demostrado), por lo que su preocupación primaria es que su linaje se mantenga en el tiempo.
Es por ello que algunos padres luchan con uñas y dientes para proteger a su descendencia, mientras otros, se dejan comer enteros para que sus hijos puedan prosperar. La matrifagia es un concepto chocante para el ser humano, pero sin duda tiene un sentido evolutivo claro.
Bibliografía
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- Kim, K. W., Roland, C., & Horel, A. (2000). Functional value of matriphagy in the spider Amaurobius ferox. Ethology, 106(8), 729-742.
- Kim, K. W., & Horel, A. (1998). Matriphagy in the spider Amaurobius ferox (Araneidae, Amaurobiidae): an example of mother‐offspring interactions. Ethology, 104(12), 1021-1037.