Tratamientos del acné en perros

El acné es una enfermedad cutánea de sobra conocida por todos. Consiste en un proceso inflamatorio benigno, pero que puede llegar a ser molesto. Hoy vamos a hablar de su tratamiento en perros.

Un perro con acné.

Como ocurre con las personas, cuando los perros llegan a la madurez sexual, comienzan a sufrir una serie de cambios hormonales. A ellos no les crece pelo donde antes no tenían, ni tampoco desafían las normas establecidas, pero sí comparten, por ejemplo, el acné.

Este proceso inflamatorio tan frecuente en la pubertad humana también existe en el mundo canino, aunque con menor incidencia. En las siguientes lineas vamos a hablar de qué es el acné en perros y sus posibles tratamientos.

El acné en perros

El acné canino consiste en un proceso inflamatorio caracterizado por foliculitis y forunculosis, es decir, hablando claro, granos de toda la vida. Se localiza, como en las personas, en la región facial del animal, en concreto en el mentón y en los labios.

Ocurre en animales jóvenes, y en general en aquellas razas que tengan el pelaje corto. Como razas predispuestas a desarrollar acné, podemos mencionar al bóxer, bulldog ingles, rottweiler o pinscher.

En cuanto al papel de las hormonas sobre el desarrollo de este tipo de procesos, históricamente siempre se ha pensado que tienen una relevancia importante. No obstante, en los últimos estudios, se especula que la predisposición racial y el componente genético también juegan un papel destacable en la aparición del acné en perros.

Un perro con acné mira a cámara.

Tratamiento del acné

En cuanto a las consideraciones terapéuticas, conviene tener en cuenta la intensidad y la cronicidad de la enfermedad. El acné en perros puede tener presentaciones leves carentes de importancia clínica, o bien suponer unas lesiones relevantes que deben ser tratadas de forma agresiva. En este sentido, las posibilidades de tratamiento son las siguientes:

Reducir el traumatismo y los rascados

Un aspecto importante cuando tratamos muchas enfermedades animales. Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con el perro en cuestión sobre lo poco que le conviene rascarse, pueden ser necesarias medidas protección.  El uso de collares isabelinos, o proteger las zonas donde el animal pueda rascarse como alfombras o sofás serán buenas opciones.

Limitar los alimentos que produzcan salivación

La saliva humedece la zona, por lo que se crea un campo de cultivo ideal para la proliferación de bacterias. Por este motivo, en la medida de lo posible, es esencial mantener el área seca.

Ya sabemos que hay perros que con solo escuchar la comida cayendo sobre el comedero producen saliva a boca llena. Pero, por ejemplo, prohibir alimentos como huesos o snacks duros, puede resultar de interés para limitar la producción de saliva.

Limpiar con frecuencia la zona

Mantener la zona limpia y seca para reducir la concentración de bacterias y el contenido de humedad de la zona es vital. Para ello, el uso de champús especiales o la aplicación de antisépticos está especialmente indicado. En este sentido, resulta interesante mantener al perro entretenido tras la aplicación de los mismos, para evitar el relamido.

Resistir a la tentación de reventar los granos

Por supuesto, esta indicación va dirigida a los tutores del perro. Está completamente contraindicado tratar de eliminar de forma mecánica los posibles granos. Con esta acción se puede conseguir una ruptura interna de la pápula, produciendo una reacción inflamatoria masiva y agravando el cuadro.

Aplicar medicación sistémica

En casos refractarios o en infecciones masivas que comprometan la salud y el bienestar del animal, están indicados los tratamientos sistémicos. Para combatir estos cuadros complicados, se puede recurrir a la administración de antibióticos orales. También, el uso de corticoides está recomendado para el manejo del síndrome inflamatorio asociado.

Perro con la nariz seca olisqueando el aire.

Una patología poco preocupante

En conclusión, al acné en perros es una condición generalmente benigna y autolimitante. En la mayoría de los casos, los animales que desarrollan el cuadro de acné, suelen superarlo sin necesidad de tratamiento, o con tratamiento conservador.

No obstante, en otros casos puede desarrollar un cuadro clínico que comprometa la salud y el bienestar del perro. Por lo tanto, conviene tener presente la posible necesidad del tratamiento, siempre previa valoración veterinaria.

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