La obesidad canina es una de las enfermedades más comunes entre la población de perros en los países desarrollados. Ciertos estudios parecen indicar que existe cierta predisposición genética dentro de algunas razas, como es el caso del golden retriever. A pesar de ello, no cabe duda de que la obesidad canina tiene como factor detonador la sobrealimentación y la falta de ejercicio diario.
Al igual que las personas, muchos perros llevan un estilo de vida sedentario. Esto viene impuesto por tutores irresponsables que no ven en la obesidad una enfermedad que acorta y deteriora la vida de su mascota.
Debemos preocuparnos cuando, en las clínicas veterinarias de pequeños animales, la incidencia de obesidad canina se encuentra entre un 20 y un 40 % de los casos recibidos. Estos perros tienen entre un 10 y un 20 % más de peso corporal de lo que estipula su raza, sexo o edad.
Obesidad canina y sus consecuencias
Cuando un perro tiene sobrepeso o un problema de obesidad, no debe ser tomado como algo meramente estético. La acumulación de grasa en los adipocitos –células especializadas del cuerpo– puede traer repercusiones muy graves. Incluso, hace que la esperanza de vida del perro se vea ampliamente reducida.
Según algunos estudios realizados con perros, las enfermedades y dolencias secundarias propiciadas por el estado de obesidad pueden ser múltiples:
- Alteración de la función inmunitaria
- Neoplasias o tumores
- Aumento de las afecciones respiratorias
- Afecciones cardiovasculares
- Hipertensión
- Enfermedades orales
- Diabetes
- Alteraciones endocrinas
- Alteraciones digestivas
- Intolerancia al ejercicio
- Dificultad en los movimientos
- Hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia
- Riesgo anestésico y quirúrgico
- Disminución de la capacidad visual y auditiva
- Alteraciones cutáneas de origen no alérgicos
Predisposición genética del golden retriever a la obesidad
La codificación del genoma canino avanza a pasos agigantados. Esto se debe a que el perro es usado como modelo animal en investigaciones de experimentación. Gracias a esto, actualmente se conocen genes que predisponen a la obesidad.
En la especie humana se han descubierto más de 50 genes relacionados de una u otra manera con la obesidad. Por otro lado, en perros de momento se conocen, al menos, cuatro:
- FTO
- MC4R
- MC3R
- PPARG
Por otro lado, se sabe que lo que hace engordar al golden retriever es la ausencia o mutación de un gen conocido como POMC. Este gen parece codificar proteínas relacionadas, entre otras cosas con la aparición de la obesidad temprana, es decir, cuando el perro es aún muy joven.
La raza de los golden retriever se caracteriza por poseer una mayor cantidad de grasa. Esto se debe a que, en el pasado, el grupo de los perros retriever eran usados para la pesca, por lo que esta grasa los protegía del frío.
¿Cómo mantener a un golden retriever en forma?
La obesidad tiene tratamiento, pero este solo puede comenzar una vez que un veterinario determine las causas de la obesidad de un golden retriever. En ocasiones, la obesidad deriva de otros problemas endocrinos que existían previamente, como es la enfermedad de cushing o el hipotiroidismo.
Habitualmente, el tutor del perro con obesidad no percibe su estado como una enfermedad. Además, al producirse la ganancia de peso paulatinamente, no ven al perro ‘tan gordo’. Es la función del veterinario hacer ver al tutor que el estado del animal no es el correcto.
Una vez que el dueño reconozca el problema, es hora de comenzar una dieta más sana y equilibrada para el perro. Si este es alimentado con pienso, debe ser de buena calidad. Incluso, a veces el veterinario recomendará el uso de piensos específicos. No obstante, estos no son la panacea y no harán desaparecer la obesidad del golden retriever.
Otros tutores se decantarán por seguir una dieta más natural, como la dieta BARF. Según algunos estudios, este tipo de alimentación ayuda a que el perro se mantenga en su peso sano.
Por último, lo más importante es que el perro realice ejercicio físico. Salir a pasear todas las veces posibles y que, al menos, uno de los paseos dure una hora. No hace falta que el perro corra. De hecho, si sufre obesidad, el ejercicio tranquilo y pausado es menos dañino para sus articulaciones.
Bibliografía
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