Nos preparamos para ver una película tumbados en el sofá con un gran recipiente de palomitas de maíz. ¿Quién podría ser mejor compañero para una tarde o noche de cine que tu perro? Se acurrucará a tu lado, no interrumpirá, no te contará el final y no te dirá nada si tienes miedo. Pero por nada del mundo compartas tu comida con él en esta actividad.
Es normal que se quiera compartir la comida con tu mascota, pero al igual que sucede con cualquier otro alimento, lo mejor es evitar estos casos. Recuerda que su metabolismo es diferente y no siempre procesa bien los alimentos humanos, por lo que es mejor evitar darle palomitas a tu perro. En este artículo te contaremos por qué.
Película con tu perro: el mejor plan
En los días fríos, lluviosos o de vacaciones, podemos disfrutar de nuestro tiempo libre con aquel que siempre está a nuestro lado. Así es. Nuestro perro. En el caso de que queramos ver una película un sábado por la noche, no tendremos más que sentarnos en el sofá y esperar a que venga a acompañarnos.
Sin duda, es la mejor opción para el invierno e incluso para cuando no tenemos dinero para ir de fiesta. Puedes aprovechar su calor para no tener frío en los pies, abrazarle si la escena del asesino te da mucho miedo y hasta llorar desaforadamente con el final de una película de amor.
Cuando pensamos en una película, automáticamente nos imaginamos una enorme bolsa de palomitas de maíz, crujientes, calientes y ricas. Y es allí cuando nos entra una duda: ¿podemos compartir con nuestro perro? Si algo tienen estos peludines es que ponen una cara de “pobrecitos” que no podemos resistirnos a darles lo que estemos comiendo.
A menos que puedas dejar los ojos clavados en la pantalla y no mirar ni una vez a tu mascota, te será muy difícil ser el “malo de la película” y no ofrecerle aunque sea un par de palomitas de maíz. ¿Es seguro que tu perro las coma? A continuación lo sabrás.
Consideraciones sobre las palomitas de maíz
Como primera medida, debemos tener en cuenta que no podemos darle a nuestro perro lo mismo que comemos los humanos. Sucede siempre, aunque haya alimentos que sean aptos para mascotas. En el caso de las palomitas de maíz, no son un alimento demasiado nutritivo (ni para nosotros ni para ellos). No obstante, puede servir como elemento de formación. Es decir, que cada vez que hace algo bien o aprende un “truco” nuevo, le damos una de recompensa.
Es importante tener en cuenta además que las palomitas con mantequilla, sal o azúcar añadida, pueden ser dañinas para la salud estomacal de tu perro. En el caso de que quieras darle una o dos de regalo por su buen comportamiento, que sean naturales y hechas en casa. La ingesta excesiva puede derivar en intoxicación, vómitos o diarrea.
La grasa que contienen las palomitas de maíz comerciales pueden aumentar el peso y el colesterol en la sangre del perro. En consecuencia, se favorece la presencia de problemas cardiovasculares. Por lo tanto, no son un alimento saludable para los canes.
Otra cuestión a considerar es que pueden suponer un riesgo de asfixia, sobre todo en perros pequeños. Los copos inflados pueden alojarse en la garganta, porque es probable que el animal no lo mastique. Además, los granitos que no han estallado se pueden atascar en los dientes o en las vías respiratorias.
¿Y si solo le doy un puñado de palomitas de maíz a mi perro?
Ya sabemos que los extremos y los excesos no son buenos. Es básico enseñarle al perro a no pedir comida cuando los dueños están cenando o almorzando. Pero también es fundamental que como propietarios, seamos inteligentes al momento de “cumplir” los caprichos al animal.
Es cierto que son muy convincentes y pueden sacarle un bocado hasta al más desalmado. Si no le damos algo de nuestro plato, nos sentimos mal, nos da lástima, decimos que “un poco no le hará daño”, etc.
En el caso de las palomitas de maíz, los veterinarios indican que todo reside en las cantidades y en la periodicidad. Esto significa que si le damos un puñado de vez en cuando y una a una no es malo para el canino.
Para que sean aptas para el consumo de nuestra mascota, si o si deben ser naturales: sin mantequilla, sin azúcar y sin sal. Dale una palomita y espera unos minutos para darle otra. No es cuestión de dejarle que coma toda la bolsa sin supervisión. Tampoco hay que dejarle con las “ganas” de disfrutar de la misma comida de su dueño.
¿Qué pasa si le doy palomitas de maíz comerciales a mi perro?
Uno de los mayores problemas que tienen las palomitas de maíz comerciales es que contienen una gran cantidad de sal, además de mantequilla, conservantes y aceites. Aunque la mayoría de estas sustancias son inofensivas para el humano, para el perro son bastante peligrosas, sobre todo por su tamaño.
Si por accidente el perro come una cantidad pequeña de palomitas de maíz comerciales, es probable que solo presente algunos problemas digestivos o que tenga mucha sed. Por el contrario, si consume demasiadas palomitas, podrían aparecer signos de intoxicación por alimentos como mareos, problemas de movilidad, salivación excesiva o hemorragias.
En caso de que tu perro ingiera palomitas, tendrás que vigilarlo de cerca para verificar si presenta alguna anomalía en su comportamiento. Recuerda que en cuanto detectes cualquier problema o signo de alerta, deberás acudir de emergencia con el veterinario para que proceda a realizar un lavado de estómago.
Cuidado con las alergias alimentarias
Contrario a lo que se piensa, las alergias alimentarias en los perros pueden llegar a constituir un grave problema de salud para la mascota. De hecho, se calcula que entre el 20 y 40 % de los casos de alergias que llegan a la clínica veterinaria son provocados por alimentos. Por lo tanto, se debe ser consciente de que tu perro podría ser alérgico a las palomitas de maíz.
Es casi imposible saber con antelación si una mascota tiene o no una alergia alimentaria, ya que no se hacen evidentes hasta que se consumen los alimentos. Esta es una de las razones por las que es mejor evitar darles comida humana. Sin embargo, si decides darle palomitas de maíz a tu perro, solo asegúrate de que no presente inflamación, escozor, vomito o diarrea. De lo contrario, acude con un veterinario.
En general, este rico alimento que nos acompaña mientras miramos películas no es una amenaza para nuestra otra compañía sin discusión (nuestro perro). Por contener hidratos de carbono no son aconsejables cantidades elevadas ni siquiera para nosotros (sobre todo si no queremos engordar).
Trata de hacer tu mismo las palomitas. Asegúrate de que no contengan ningún condimento o aditivo que pueda ocasionar problemas digestivos al peludo. Si cumples con todas estas pautas, tienes “permiso” para darle palomitas de maíz a tu perro. Eso sí, recuerda que todo con moderación y sin exagerar.
Bibliografía
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Rejas López, J. (2008). Dermatitis y reacciones adversas a los alimentos. REDVET. Revista Electrónica de Veterinaria, 9(5), 1-16. Moreno, E. C., & Tavera, F. J. T. (1999). Hipersensibilidad alimentaria canina. Veterinaria México, 30(1), 67-77.