En la actualidad existe una fuerte contienda para tratar de eliminar el corte del rabo a los perros por motivos estéticos, pues resulta ser un práctica improductiva que puede perjudicar al animal solo por alcanzar un estándar de belleza.
Sin embargo, ¿por qué empezó esta práctica?
Un poco de historia
A pesar de que los perros han estado entre los humanos durante miles de años, no se tiene un registro claro de cuándo empezó amputarse la cola de los perros, pero sí se conservan algunos datos, como textos o pinturas, que muestran perros con el rabo cortado desde las civilizaciones antiguas.
Sin embargo, la finalidad en estos casos era muy diferente a la de simplemente responder a los estándares de la raza, teniendo una razón mucho más funcional dependiendo de la raza y los usos que se le daban a los perros.
Perros cazadores
En el caso de los perros que se usaban para rastrear, perseguir y atrapar presas se les cortaba la cola para evitar que se lesionaran durante la actividad.
La cola era una de las zonas más expuestas y vulnerables, tanto así que, para muchas de las razas usadas para cazar, se privilegiaron los rasgos de perros con cola corta durante los cruces. Tal es el caso de los Fox Terrier.
Perros de pelea
Tanto la cola como las orejas se le amputaban a los perros de pelea o los perros usados para la guerra para evitar que los tomara un rival de estas zonas. Asimismo, las orejas se cortaban para darle un aspecto más fiero.
Perros con diferentes usos
Para los perros a los que se les daban diferentes usos lo mejor era cortarles la cola y las orejas, pues nunca se sabía qué tipo de actividades iba a realizar.
Por ejemplo, los bóxer eran usados para numerosas tareas, ya fuesen mensajeros, guardianes o perros asistentes. De modo que se cortaban la cola y las orejas para que pudieran desempeñar sus labores de manera óptima (por ejemplo, con el corte de las orejas se ampliaba el rango de escucha del can).
Diferenciación de clase
Algunos perros con características específicas eran considerados exclusivos de la realeza. Por ejemplo los Bobtail con cola larga eran muy apetecidos por los nobles, que debían pagar un impuesto para tenerlos.
Con el fin de diferenciar los ejemplares de lujo se cortaba la cola de los cachorros que no cumplieran con dicho estándar.
Perros granjeros
A los perros especializados en cuidar granjas, en especial a aquellos que vivían en los graneros o molinos para cuidar el grano y cazar ratas, se les amputaba la cola para evitar que fueran mordidos por estas y contrajeran enfermedades.
En la modernidad
A partir de 1839, con un ensayo de Sir William Youatt, se inician las primeras protestas en contra de la amputación de partes al perro, pues en la vida moderna son complemente innecesarias.
Si bien en una época se utilizaron para salvaguardar la integridad del can (en la mayoría de los casos), en la actualidad solamente se realizan con el fin de mantener unos estándares raciales, por lo cual se mutila a los perros exclusivamente por un criterio estético.
De hecho, en algunos países europeos la amputación de colas y orejas con fines estéticos se encuentra regulada y se califica como maltrato animal.
A día de hoy es cada vez más común ver cuidadores que no someten a sus perros a estos vejámenes, demostrando que cada vez son más las personas que tratan a sus mascotas más como seres vivos y no como meros objetos.
En qué casos es bueno amputar la cola
Si bien no es bueno someter al perro a estos procedimientos por fines estéticos, existen situaciones muy puntuales en las que sí conviene hacerlo.
Por ejemplo, por infecciones graves o lesiones severas, que ponen en riesgo la salud del animal o su calidad de vida y en las que se hacen necesarias este tipo de intervenciones.
De acuerdo a lo que contempla la legislación de algunos países, solo en estos casos son consentidas las amputaciones y el cuidador deberá conservar la evidencia veterinaria para no tener problemas en el futuro.
Imagen cortesía de El Coleccionista de Instantes Fotografía & Video.