10 razas de perros que suelen llevarse bien con los gatos

“Se llevan como perros y gatos” es una frase ideal para describir las diferencias irreconciliables entre dos seres. Pero no siempre es así entre los mininos y los canes. Su relación puede ser maravillosa en muchos casos. Y los problemas de convivencia entre las mascotas se pueden prevenir y controlar con socialización, educación y, sobre todo, con mucho amor.

Tanto el perro como el gato son depredadores y el instinto los lleva a perseguir a otras especies. Pero estas pautas, que son normales en la vida salvaje, parece que pueden modificarse en la cotidianeidad del hogar, donde el alimento está garantizado y los humanos fijan las reglas.

Pequeña guía sobre perros que suelen llevarse bien con los gatos

perro y gato

Si bien es cierto que todos los perros podrían adaptarse a convivir con un gato, hay que tener en cuenta que algunas razas con mucha fuerza en la mandíbula –de presa o cazadores– no parecen la mejor opción, ya que una simple pelea podría terminar mal.

De todas formas, hay algunas razas de canes que parecen llevarse mejor con los felinos domésticos. Algunas de ellas son:

  • Labrador Retriever. Aunque ciertos ejemplares pueden mostrarse hostiles con los felinos, la gran mayoría no presenta inconvenientes, entrenamiento mediante. Y, a pesar de que la raza tiene un buen instinto de presa, su fuerte no está en cazar, sino en buscar y recuperar.
  • Bichón Frise. Estos animales se caracterizan por ser inteligentes, cariñosos y sociables. Además, como no les gusta estar solos, encuentran en los gatos una buena compañía, sincera y duradera.
  • Golden Retriever. Gracias a su carácter cariñoso, tranquilo y bondadoso, se facilita mucho la tarea de acostumbrarlos a convivir con otras mascotas y son ideales, incluso, para estar con niños pequeños.
  • Bichón Habanero. A estos divertidos animales –que parecen de peluche–  les encanta jugar. Además, tienen el mismo tamaño que la mayoría de los gatos. Al no ser agresivos ni posesivos, se llevan muy bien con otras mascotas de la casa.
  • Perro de Pomerania o Spitz enano alemán. Son compañeros ideales para los gatos, quizá porque son casi tan arrogantes como ellos. Estos pequeñines son muy inteligentes, virtud que podemos aprovechar para habituarlo a la presencia de un minino y desarrollar una relación de tolerancia.
  • Shih Tzu. Sin bien son animales disciplinados, si conviven con un gato mostrarán su faceta celosa reclamando más atención. Si se la das, la relación con el felino no presentará inconvenientes.
  • Chihuahua. Pese a la fama bien ganada de mal carácter y a que son capaces de desafiar a perros que los cuadriplican en tamaño, pueden ser buenos amigos de los gatos, sobre todo si se crían juntos desde cachorros.
  • Bichón maltés. Podría decirse que son la máxima expresión del perro faldero. Sofisticados, suaves, tiernos y garantes de una buena convivencia con los ronroneadores de la casa.
  • Cavalier King Charles Spaniel. Estos perros adoran a la mayoría de los animales pequeños. Por lo general, no buscan pelea y prefieren llevarse bien con otras mascotas, buscando incluso complacerlas, como hacen con sus dueños.
  • Raza mestiza. Muchos de los perros sin linaje que adoptamos se muestran tan felices y agradecidos de tener un hogar que suelen no presentar inconveniente alguno con otras mascotas de la casa. De todas formas, no estará de más monitorear su comportamiento.

Amigos en las buenas y en las malas

pitbull terrier

Hay otro dicho que reza que “cada persona es un mundo” y que también podría hacerse extensivo a los animales. Por tal motivo, aunque teoricemos mucho y nos basemos en observaciones para establecer ciertos patrones, nada está asegurado a la hora de aseverar qué raza de perro puede convivir mejor con nuestro minino.

Cada tanto nos sorprenden noticias, o videos subidos a Youtube, que cuentan grandes amistades entre gigantescos canes y diminutos felinos. Sin ir más lejos, hace un tiempo atrás circuló la información de un Pitbull –perro de presa– que salió a defender al gato de la casa cuando este era atacado por unos coyotes en Tampa, al sur de los Estados Unidos.

La domesticación, sin duda, está modificando algunas reglas y la convivencia va generando lazos de amistad entre dos especies que no parecían estar destinadas a entenderse.

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