Muchas veces las mascotas se detienen ante el umbral de la puerta. Aunque esté abierta, se niegan a atravesarla. ¿Será que presienten algo que nosotros no podemos identificar? ¿Te gustaría saber por qué los perros ven puertas invisibles? En este artículo te lo contamos.
¿Los perros ven puertas invisibles o hay algo más?
Según los científicos, este comportamiento perruno está relacionado al proceso de domesticación por el que han atravesado sus antepasados, y a la realidad física. De otra manera, no podemos entender cómo un animal tan inteligente pueda actuar así.
Si tienes una mascota en casa, seguro habrás experimentado u observado esta escena. El animal se queda sentado o quieto en el umbral de la puerta (abierta) como si un cristal le impidiese pasar hacia el otro lado. Ese obstáculo invisible no puede ser atravesado a menos que el dueño lo quite de el medio. Ni siquiera al instarlo a pasar con juegos o comida se mueven de su lugar. Pero cuando se hace la mímica de que se ha abierto la “puerta imaginaria”,camina sin inconveniente.
Es sin dudas un misterio que merece la pena analizar. Por un lado podemos referirnos a la dependencia de las mascotas para con los seres humanos. Por el otro, ya que muchas veces no tienen la capacidad para comprender el funcionamiento y la interacción con ciertos objetos.
Los canes son algo torpes para comprender la física (incluso las personas no entendemos del todo ciertas teorías). Para ellos el componente social es imprescindible. Tienen la capacidad de resolver problemas complejos, pero precisan del componente social para lograrlo. Si no comparten esa actividad con alguien, buscan una salida menos inteligente y por ende no tan correcta o eficaz.
Por este motivo no distinguen si en una puerta hay un cristal o no. Además de no querer atravesarla hasta no recibir el visto bueno de su dueño, otros quieren pasar cuando está cerrada y se dan de bruces con el vidrio.
Los perros ven puertas invisibles o humanos necesarios
Desde hace varias décadas se debate si la domesticación de los perros los han hecho perder ciertas habilidades. En comparación con sus primos más cercanos, los lobos, no pueden sortear ciertos obstáculos. Tampoco encontrar algunas salidas o resolver problemas “cotidianos” que van desde hallar refugio a comida si no es servida.
No es que los perros ven puertas invisibles, sino que necesitan de la aprobación de su dueño para hacer muchas cosas. Los peludos son más que dependientes de los humanos tras tantos años de domesticación y convivencia.
Por ejemplo, cuando lo sacamos a pasear y nos encontramos con alguien, es probable que el canino nos mire primero antes de reaccionar o tomar una decisión. Si hay una situación que no pueden resolver por si mismos, prefieren buscar ayuda en su dueño a pensar por sus propios medios.
La dependencia hacia el ser humano es enorme. En muchos casos confía más en los sentidos del hombre que en los suyos propios. Además, el proceso de domesticación ha causado la ganancia de ciertas capacidades, pero la pérdida de otras. De esta manera, la presión evolutiva les sirvió para comprender mejor el lenguaje y la entonación del habla humana, así como también nuestras miradas.
Si el perro está acostumbrado a atravesar la puerta de cristal sólo cuando el humano la abre, esperará a que esto suceda. No hay que olvidar que las mascotas están muy apegados a sus costumbres y aprenden a través de repeticiones.
La capacidad de distinguir el cristal no siempre es la mejor. Algunas razas (como los labradores) no ven bien. Por ello se basan en el olfato o el oído para sus actividades cotidianas.