Más allá de las hormigas: 20 animales que trabajan en equipo

Desde insectos sociales con sistemas de castas, peces en cardúmenes para evitar la depredación, hasta aves con crianza cooperativa o mamíferos que viven en manadas, son muchos los animales que cooperan entre sí para vivir.

20 animales que trabajan en equipo

En la naturaleza, el comportamiento de los seres vivos es muy variable. Hay organismos que tienen una vida solitaria, en la que por sí solos logran sobrevivir y vencer las adversidades. También encontramos animales que trabajan en equipo, valiéndose de la cooperación, la inteligencia y la fuerza de varios individuos para alimentarse, proteger a las crías o defenderse de los depredadores. Este es el caso de los pingüinos, las sardinas, las termitas y los elefantes.

Es evidente que los organismos que utilizan la estrategia de vivir o trabajar en grupo para conseguir un bien común, con otros integrantes de su misma especie, tienen ciertos beneficios. No obstante, no todo es positivo y también pueden enfrentar desventajas, en particular, cuando los recursos naturales son limitados. A continuación, te compartimos 20 ejemplos concretos de animales con vidas sociales muy interesantes.

Insectos que trabajan en equipo

Entre los insectos hay diversidad de comportamientos, pero en este apartado mencionaremos a los que llevan un estilo de vida eusocial, es decir, que se basan en la cooperación para el cuidado de las crías, la división del trabajo entre ejemplares reproductivos y no reproductivos, así como la congregación de grupos formados por varias generaciones. Características que les han permitido un valioso éxito en los hábitats que ocupan. Entre los ejemplos de estos casos, tenemos los siguientes:

1. Hormigas

Hormigas crean un puente en equipo.
Las hormigas se consideran el animal que simboliza el trabajo en equipo.

Las hormigas ocupan la tercera parte de la biomasa total del reino Animalia y están ampliamente distribuidas en el globo. No obstante, su éxito y abundancia no es casualidad y se debe a su cooperación y organización social basada en la división de las faenas.

Desde que nacen, las hormigas ya tienen un rol en su colonia: cada casta desempeña una función particular. Así, tenemos a la reina, encargada de poner huevos para garantizar la supervivencia. Puede haber una o varias, dependiendo de la especie. Los machos, solo tienen un único papel, aparearse con la reina. Por su parte, las obreras no se reproducen, pero realizan diferentes tareas, como buscar alimento, cuidar a las crías, construir el nido o protegerlo.

Cada casta es clave para el desarrollo y supervivencia de la colonia. Por lo general, presentan diferencias en morfología, de acuerdo al grupo que pertenezcan.

Un ejemplo de trabajo grupal en estos animales, lo tenemos con la especie Pheidole pallidula, durante su combate con otras hormigas enemigas. Al principio de la batalla intervienen las obreras menores para inmovilizar al adversario y luego llegan las mayores o soldados a dar el golpe final y decapitar a sus enemigos.

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2. Abejas

Abejas en un panal.
En conjunto, todas las abejas contribuyen a la supervivencia, por medio de su trabajo en equipo.

Como las hormigas, las abejas también son insectos sociales, aunque no todas las especies lo son. Así tenemos a las populares abejas melíferas de la tribu Apini, con la típica abeja de la miel o Apis mellifera, así como las angelitas de la Meliponini, por ejemplo, Tetragosnica angustula, que produce miel y propóleo, que son productos apreciados por los seres humanos.

Estas abejas, también viven en colonias pequeñas y grandes, con división de funciones y una organización social compleja, en la que hay diferentes castas o tipos de individuos (reina, machos o zánganos y obreras) y cada una tiene un rol.

3. Termitas

Grupo de termitas comen madera.
Las termitas destacan por su eficiente organización.

Las termitas pertenecen al grupo Isoptera. Al igual que en hormigas y abejas, también poseen comportamientos sociales, con división del trabajo de acuerdo a sus castas. En ellas encontramos:

  • Obreras. Es la casta más numerosa, ya que realizan la mayor parte del trabajo en el nido, como la alimentación de juveniles, reproductores y soldados, la construcción y agrandamiento del termitero y la búsqueda de comida, entre otras.
  • Reproductores. Son los individuos procreadores del termitero. Pueden ser primarios o suplementarios.
  • Soldados. Como su nombre lo indica, se encargan de la defensa del termitero. Existen varios tipos, de acuerdo a su morfología. Por ejemplo, algunos poseen mandíbulas fuertes que les permiten una lucha cuerpo a cuerpo con los enemigos o cuentan con una frente prominente que les sirve para tapar los túneles o edificios, a manera de escudo. También podemos encontrar unas que presentan una protuberancia, como una nariz por la que emanan fluidos para atacar a los enemigos.

4. Avispas

Avispas que trabajan en equipo.
Las avispas se organizan por un sistema de castas.

Aunque la mayoría de las especies de avispas son solitarias, existen algunas con un comportamiento eusocial. Estas se encuentran incluidas en la familia Vespidae, por ejemplo, las avispas amarillas (Vespula) y avispones (Vespa), entre otras.

Estos insectos viven en nidos o avisperos con sistema de castas, en las que se encuentran machos, hembras fértiles y obreras estériles que realizan las tareas de la colonia.

5. Gorgojos australianos

Gorgojos australianos en una rama.
El macho solo participa para la fertilización de la hembra reproductora, por lo que está ausente del nido. Créditos: © James Bailey.

Entre los gorgojos también tenemos un representante que lleva a cabo un comportamiento eusocial. Se trata de la especie australiana Austroplatypus incompertus. Un ejemplar que vive en túneles dentro del duramen de los árboles de eucalipto. Lo interesante de él es que las colonias están formadas por una hembra reproductora y una casta de obreras que colaboran en la crianza, mantenimiento y defensa.

Ambos sexos nacen maduros, pero las hembras que permanecen en la colonia se mantienen vírgenes, pierden sus tarsos y se dedican a las diferentes tareas. Por otra parte, algunas logran emerger y dispersarse.

Otros animales invertebrados que cooperan entre sí

Los insectos no son los únicos invertebrados que colaboran entre sí para su supervivencia. Aquí también encontramos ejemplos fascinantes de animales con comportamiento eusocial que dividen sus faenas. Veamos:

6. Cangrejos

Cangrejo bromelia jamaicano
Las hembras jóvenes defienden la colonia. Créditos: Rich Hoyer.

Por lo general, los cangrejos no son animales sociales y cooperadores entre sí. No obstante, tenemos a la especie Metopaulias depressus o cangrejo bromelia jamaicano, que habita en colonias, en los charcos de las hojas de las plantas bromelias y posee crianza cooperativa. La comunidad está conformada por la madre y su descendencia.

Las hembras jóvenes permanecen en la colonia como subordinadas, sin reproducirse. Sin embargo, esperan heredar la planta en un futuro, como hábitat para perpetuar su especie.

7. Camarones

Camarones chasquedadores del Caribe.
Synalpheus regalis vive en colonias. Créditos: Emmett Duffy/Smithsonian.

Esta especie es un ejemplo de trabajo en equipo y verdadera vida social, como ocurre en hormigas, abejas y termitas. Así, encontramos a unos animales que viven dentro de esponjas, como los camarones chasqueadores del Caribe o Synalpheus regalis, que habitan en colonias con nada más una hembra reproductora y gran cantidad de individuos obreros.

Las colonias pueden estar conformadas por hasta más de 300 individuos, de por lo menos dos generaciones. Los machos más grandes se encargan de defender de manera cooperativa su hábitat.

8. Arañas

Arañas Anelosimus eximius con teleraña sobre unas hojas.
La defensa y el cuidado de las crías son algunas de las tareas que estos artrópodos realizan en conjunto.

Las arañas también poseen un representante social, con la especie Anelosimus eximius, oriunda de América Central y del Sur. Este invertebrado vive en colonias que pueden estar conformadas por miles de individuos. Sus integrantes comparten y dividen las tareas, de acuerdo a la edad y el sexo. Entre las labores que realizan de manera cooperativa tenemos:

  • Defensa.
  • Cuidado de crías.
  • Mantenimiento y construcción de redes.
  • Ataque y captura de presas atrapadas en las redes.

Peces eusociales

En el caso de los peces, son conocidos los que forman cardúmenes para evadir a los depredadores o buscar alimento. Veamos 2 ejemplos:

9. Sardinas

Sardinas europeas.
La migración en cardúmen es un mecanismo de protección de las sardinas. Créditos: Roberto Pillon.

Algunas especies de peces pueden formar agrupaciones numerosas que les permiten una mayor defensa frente a los enemigos. Así ocurre con la sardina europea o común (Sardina pilchardus) que se desplaza en grandes bancos o cardúmenes para protegerse de los depredadores, todos movilizados de manera sincronizada.

10. Barracudas

Cardumen de barracudas.
La búsqueda de comida y la protección es el propósito de los cardúmenes de barracudas.

Aunque es posible encontrar barracudas solitarias, en especial, cuando son adultas, lo cierto es que pueden formar cardúmenes en ciertas temporadas o cuando son jóvenes. Dichas agrupaciones las integran hasta varios cientos de individuos, y les permiten buscar comida y protegerse en equipo de la depredación.

Una publicación de la revista Cybium detalla que las barracudas amarillas pueden formar grandes cardúmenes, dominados por individuos de gran talla cuando encuentran una oportunidad de alimentación. Estos animales que trabajan en equipo obtienen mayor éxito, en comparación con la labor individual.

Aves que cooperan unas con otras

En el grupo de las aves, tampoco quedan por fuera las que cooperan, en especial, cuando se trata del cuidado de las crías o para ayudarse a recorrer distancias que ameritan un gran gasto energético. Sin duda, es mejor volar en grupo y colaborar unas con otras que hacerlo de manera individual.

11. Pingüinos

Pingüinos emperador machos juntos, para protegerse del frío.
Los pingüinos emperador se agrupan para protegerse del calor.

Otro de los ejemplos populares de animales que colaboran entre sí son los pingüinos. Las condiciones adversas que tienen que soportar en su hábitat natural están marcadas por los vientos y las bajas temperaturas. Por ello, se valen de la coordinación y el trabajo en equipo para su supervivencia.

Como ejemplo tenemos al pingüino emperador (Aptenodytes forstery), un ave que habita en la Antártida, con temperaturas invernales de hasta -40 °C y sensaciones térmicas de -60 °C.

Para sobrevivir en tales condiciones, este animal emplea una estrategia cooperativa llamada termorregulación social, en la que varios individuos se agrupan para aprovechar el calor de sus congéneres. Los grupos son variables, desde menos de 200 hasta 5000 o 6000 individuos que realizan movimientos continuos para lograr su propósito.

Además, esta especie se reproduce durante el invierno antártico, en zonas de hielo marino alejadas de la comida. Los padres deben alternarse durante los cuidados del huevo y la cría. Por lo tanto, realizan un trabajo en equipo para lograr el éxito reproductivo.

Primero, el huevo es atendido por el padre, durante un largo período en el cual no come. Cuando nace, alimenta a su cría con una secreción lechosa que produce en su esófago. Por su parte, la madre, tras la puesta, va en busca de alimento y viaja alrededor de 50 a 120 kilómetros de regreso al océano.

Cuando ella retorna, intercambian roles, encargándose esta vez la hembra de las atenciones de su polluelo y alimentándolo con comida que regurgita de su estómago. Así, el padre puede ir ahora a buscar presas y nutrirse.

12. Kookaburras

Tres kookaburras sobre la rama de un árbol.
Dacelo novaeguinae vive en grupos para contribuir a la crianza de las crías. Créditos: John Carnemolla/Getty Images.

Aquí tenemos otro ejemplo de animales que cooperan entre sí, en particular, en la crianza cooperativa de las crías. Es el caso del ave conocida a nivel popular como kookaburra (Dacelo novaeguinae).

Esta especie vive en grupos pequeños, conformados por la pareja reproductora y las crías, incluso descendientes de temporadas anteriores que colaboran con los cuidados de los polluelos y la defensa del nido. Una estrategia que garantiza el éxito reproductivo.

13. Urracas

Urocissa caerulea
Los juveniles de Urocissa caerulea participan en el cuidado de las crías. Créditos: Behance.

Otra de las aves que practican crianza cooperativa son las urracas. Por ejemplo, la urraca de Formosa (Urocissa caerulea) vive en grupos pequeños, conformados por alrededor de 6 a 9 individuos, constituidos por una pareja reproductora y las crías. Los juveniles se encargan de colaborar con los cuidados de los polluelos, al igual que ocurre en las kookaburras.

14. Gansos

Formación en V de gansos en el aire.
La formación en «V», característica de los gansos, los ayuda al ahorro de energía.

Uno de los ejemplos conocidos de animales que colaboran entre sí es el de los gansos y su migración en bandadas. Estas aves vuelan formando una «V» en el cielo, pero no lo hacen de manera ocasional, sino como una estrategia que les permite ahorrar energía.

Dicha formación en «V» mejora la eficiencia en el vuelo, ya que permite que los individuos se vean favorecidos por las corrientes de aire ascendente que son originadas por las aves precedentes. El ganso que se encuentra en la punta es el líder y no experimenta esta ventaja.

No obstante, se coordinan entre ellos y cambian de posiciones para que todos puedan mantener su rendimiento. Eso sí, las variaciones están sujetas a reglas internas, de jerarquía y experiencia, por lo que algunos no pueden hacer el papel de guía del grupo.

Mamíferos que viven en colonias o manadas

Algunos mamíferos son conocidos por vivir en manada, cuidándose unos y otros. De hecho, también hay representantes con comportamientos eusociales, como los que encontramos en hormigas, abejas, avispas y termitas. Así, tenemos los siguientes ejemplos:

15. Ratas topo desnudas

Ratas topo desnudas bajo tierra.
Habita en colonias conformadas por una hembra dominante con varios machos.

Este es un mamífero eusocial que lleva por nombre científico Heterocephalus glaber. Vive bajo tierra, en una colonia constituida por una reina dominante, de uno a tres machos reproductores que se aparean con ella y el resto son individuos no reproductores encargados de las diferentes tareas (cuidar crías, proporcionar comida, proteger y elaborar montículos).

Dichos roles pueden dividirse de acuerdo al tamaño del organismo. Así, los más grandes se encargan de la defensa y construcción, mientras que la alimentación y crianza queda a cargo de los más pequeños.

16. Lobos

Manada de lobos.
Pueden integrarse a la manada de lobos algunos ejemplares no emparentados.

Llegó el turno de los lobos, animales que trabajan en manada. Un ejemplo claro son los grises (Canis lupus), con grupos conformados desde dos hasta 36 individuos, entre los cuales tenemos a una pareja alfa y sus crías, incluyendo las de años anteriores.

El líder de la manada es el macho alfa y el resto son sus subordinados, la siguiente al mando es la hembra alfa. Ellos se encargan de guiar las actividades del grupo por medio de la división del trabajo. La loba dominante destaca en las faenas de cuidado de cachorros, mientras que la caza y los desplazamientos están más relacionados con el guía del grupo.

Los lobos grises obtienen ventaja al trabajar en equipo. Por ejemplo, cazar en manadas les permite atrapar presas más grandes: alces, ciervos, bisontes, bueyes almizcleros y renos.

17. Leones

Manada de leones.
Los leones suelen cazar en grupos, lo que incrementa la eficacia.

En el caso de los leones (Panthera leo) también encontramos un comportamiento colaborativo. Estos animales viven en grupos compuestos por hasta 40 integrantes de hembras emparentadas y algunos machos adultos. Aunque rara vez están todos los miembros juntos al mismo tiempo, cooperan entre sí para diferentes actividades.

Por ejemplo, las leonas se encargan de los cuidados de las crías de toda la manada, incluso llegan a amamantar a cachorros que no son propios, mientras que los machos brindan protección frente a otros rivales.

18. Orcas

Orcas en el agua.
Los integrantes de la manada de orcas participan en la supervivencia del grupo.

Entre los animales sociales también tenemos a las orcas (Orcinus orca), mamíferos marinos que viven en manadas de hasta 50 individuos de varias generaciones. Así, están integradas por adultos maduros, crías y jóvenes inmaduros. Todos coordinan sus actividades para la supervivencia del grupo.

Entre las tareas que las orcas realizan de manera grupal, tenemos la búsqueda de alimento, ya que son cazadoras sociales, al igual que los lobos y los leones. Esta estrategia les permite capturar presas más grandes, que si lo hicieran de manera individual.

19. Elefantes

Manada de elefantes
La matriarca es la hembra más vieja de la manada de elefantes.

Es conocido que los elefantes viven en grupos y son animales muy sociales. Dicha sociedad es matriarcal, es decir, que se encuentra liderada por miembros del sexo femenino, ya que los masculinos se van después de alcanzar la madurez sexual.

Las hembras de elefantes africanos (Loxodonta africana) conviven en manadas de hasta 70 integrantes. Asimismo, son reproductoras cooperativas, por lo que colaboran entre sí para el cuidado de las crías de su grupo.

20. Ratas topo de Damara

Fukomys damarensis.
Los miembros de las colonias de Fukomys damarensis se distribuyen las tareas.

Por último, no podíamos dejar por fuera de esta lista a otro mamífero eusocial. La rata topo de Damara (Fukomys damarensis), habita en túneles subterráneos en el sureste y centro de África. Esta especie vive en colonias con sistemas de castas y división del trabajo. Así, existe una sola pareja reproductora y muchas obreras que reparten sus faenas, unas se encargan de cavar túneles, otras de cuidar las crías y están las que buscan y almacenan alimento.

Animales como ejemplo de cooperación y solidaridad

Como hemos visto en esta lista, los animales también pueden ser un ejemplo de cooperación y solidaridad. Nada mejor que el trabajo en grupo para vencer las adversidades del entorno, desde las duras condiciones climáticas, el cuidado de las crías y los enemigos, hasta la búsqueda de alimentos. Todas estas acciones se vuelven tareas más sencillas si se tiene una mano amiga o, más bien, en este caso, más patas, aletas o alas.

Bibliografía

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