Las curiosidades de las termitas son múltiples, pero por desgracia muchas personas no quieren saber de su existencia. Si bien es cierto que causan auténticos destrozos a nivel arquitectónico, estos insectos de pequeño tamaño tienen muchísimos rasgos biológicos exclusivos de su grupo que los hacen muy especiales.
Las termitas forman colonias enormes, se organizan en castas y digieren alimentos que otros seres vivos no son capaces de asimilar. ¿Quieres saber más sobre ellas? Aquí te mostramos 10 curiosidades sobre su biología y ecología. No te lo pierdas.
1. Las termitas son familiares de las cucarachas
Antes de hablar de su organización social, es necesario especificar la situación taxonómica de estos invertebrados. Las termitas pertenecen a la clase Insecta (con escarabajos, saltamontes y más) y al orden Blattodea. Esto quiere decir que, a nivel genético, son parientes muy cercano de las cucarachas domésticas.
A su vez, las termitas forman su propio grupo inferior, el suborden Isoptera. Se han descrito unas 3000 especies dentro de este taxón, pero seguro que existen centenares o miles sin descubrir. Más de 1000 de estas especies se localizan en África, donde los montículos y galerías subterráneas son una marca del paisaje.
Las termitas son familiares directos de las cucarachas y han evolucionado a partir de ellas.
2. Las termitas no son hormigas
A menudo, las termitas se confunden con las hormigas por su carácter colonial y su pequeño tamaño, pero no son parientes cercanas de ellas. El grupo de insectos que aquí nos atañe es de tono blanquecino, carece de ojos y presenta un plano corporal mucho más achatado y grueso que el de una hormiga al uso.
De todas formas, el cuerpo de estos animales se divide en los mismo segmentos que todos los insectos: protórax, mesotórax y metatórax. Cada uno de estas 3 secciones posee un par de patas y unas placas protectoras, denominadas terguitos en el plano dorsal y esternitos en el ventral. El último segmento del metatórax (abdomen) se caracteriza por la presencia de un par de cercos.
Las termitas obreras nunca tienen alas, pero los machos y hembras reproductores están alados por un breve periodo de tiempo.
3. Todas las termitas son pequeñas, ¿o no?
Las termitas se asocian a tamaños muy pequeños, pues de media miden de 0,4 a 1,5 centímetros. De todas formas, existen ciertas excepciones a esta regla: la reina de la especie Macrotermes bellicosus mide hasta 10 centímetros de longitud, mientras que sus obreras rara vez superan los 0,36 centímetros. La casta del ejemplar determina su tamaño.
4. Curiosidades de las termitas: las reinas de la eusocialidad
A pesar de no ser parientes directos, las termitas comparten con las abejas y las hormigas un claro sistema de organización eusocial. Esto quiere decir que la población se divide en castas según su morfología y labor en el grupo. En el termitero encontramos los siguientes representantes:
- Obreras: son las que se encargan de buscar comida, almacenarla, construir el nido, cuidar a las larvas y alimentar a la reina. Parece ser que las obreras menos experimentadas dedican su tiempo a proteger a su reina, mientras que las más duchas salen al exterior a forrajear.
- Soldados: su único cometido es proteger a la colonia. Presentan mandíbulas evidentes y cabezas grandes y, por su anatomía, a veces no pueden alimentarse por sí solos. Las obreras cuidan de ellos.
- Reina y rey: permanecen juntos de por vida y la reina pone huevos de forma constante.
En los organismos eusociales, la estructura biológica es mucho mayor que la suma de sus partes. Las obreras y soldados son estériles y solo una pareja se reproduce.
5. Una eusocialidad diferente
La estructura social de las termitas es bastante diferente a la de las hormigas. En estos últimos insectos, los machos alados viven muy poco tiempo y su único cometido es reproducirse. Por ello, nada más fecundar a una hembra alada en los vuelos nupciales mueren. En las termitas no es así, ya que rey y reina permanecen juntos de por vida.
Este cambio también se refleja a nivel genético: los machos de hormigas son haploides (n), lo que quiere decir que tienen la mitad de información genética y nacen de huevos no fertilizados. En las termitas esto no es así, pues los reyes son producto de la reproducción sexual y tienen la misma cantidad de ADN que el resto de los miembros de la colonia.
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6. Las obreras tienen más “personalidad”
Dentro de los hormigueros, todas las obreras son hembras y se comportan de la misma forma. En los termiteros esto no es así, ya que existen obreras macho y obreras hembra que pueden tener diferentes roles dentro de la colonia. De todas formas, su color siempre es amarillento pálido y son más pequeñas y frágiles que el rey y la reina.
Más allá de distinciones ecológicas, ambos insectos tienen cosas en común. Tal y como indican estudios, la presencia de alas en reyes y reinas antes de fundar la colonia en las dos familias indica una clara convergencia evolutiva. También es curioso que en ambos grupos las obreras se hayan adaptado a cavar bajo tierra y, por ende, hayan perdido la capacidad de tener alas.
7. Colonias de números astronómicos
Una de las curiosidades más impactantes de las termitas es que viven en sociedades gigantescas. Los “rascacielos” de tierra son famosos en países como África e indican la capacidad de construcción que tienen estos insectos. Una sola colonia puede estar compuesta por 60 000 a 1 000 000 de obreras, dependiendo de la especie y de las condiciones ambientales.
Se ha registrado en Brasil una “megaciudad” de termitas que cubre 230 000 kilómetros cuadrados, el tamaño de Gran Bretaña.
8. La base del ecosistema
Las termitas son organismos detritívoros que se encargan de metabolizar la materia orgánica vegetal en cualquier nivel de descomposición. Curiosamente, se consideran unas de las principales fábricas biológicas de metano atmosférico (11 %), pues lo liberan durante el proceso de la degradación de celulosa. Para poder digerir este compuesto vegetal tan complejo requieren de la ayuda de ciertos microorganismos.
Una de las curiosidades más fascinantes de las termitas es que albergan protozoos y protistas en su aparato digestivo. Estos se encargan de producir las enzimas necesarias para degradar la celulosa, y en retorno, reciben un medio apto para su supervivencia. Se trata de un claro mecanismo de simbiosis, ya que ambas partes ganan.
Las especies más “evolucionadas” pueden producir la enzima celulasa y disgregar la celulosa, pero siguen confiando en las bacterias para que realicen la mayor parte de la tarea.
9. Las crías no nacen con su mecanismo simbionte
Otra de las curiosidades de las termitas es que las crías no llegan al mundo con los microorganismos productores de enzima en su aparato digestivo. Por tanto, deben alimentarse de los desechos de ejemplares adultos para así obtener nada más nacer su habilidad para digerir la celulosa. ¡No todo el mundo nace aprendido!
10. Una relación conflictiva con el ser humano
En último lugar, cabe destacar que la relación de ciertas especies de termitas con el ser humano es muy conflictiva. Solo en Estados Unidos, estos insectos provocan cada año una pérdida de 5000 miles de millones de dólares, pues se instalan en los tabiques y muebles de madera de los hogares y edificios y pueden llegar a provocar daños muy graves.
Aunque estos insectos no tengan maldad alguna, a veces es necesario acabar con ellos por su condición como plaga. De todas formas, el debate sigue abierto: ¿somos nosotros los que ocupamos sus ecosistemas y por ello se aprovechan de las construcciones humanas?
Bibliografía
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