Animales prehistóricos vivos y extintos: ejemplos y características

El nautilo es un cefalópodo con concha cuyo linaje se remonta hace unos 400 millones de años. Como él, existen animales antiguos que se niegan a desaparecer y otros de los que solo tenemos constancia por sus fósiles.
Animales prehistóricos vivos y extintos: ejemplos y características
Georgelin Espinoza Medina

Escrito y verificado por la bióloga Georgelin Espinoza Medina.

Última actualización: 18 febrero, 2024

La vida en el planeta Tierra comenzó hace bastante tiempo atrás. Aunque no se conoce la fecha exacta, los primeros fósiles datan de más de 3 mil millones de años. Desde esa época, muchos son los cambios a nivel biológico, con formas de vida extintas y otros linajes que aún permanecen en el tiempo. ¿Conoces algunos animales prehistóricos?

Es probable que te vengan a la mente los dinosaurios, ya que son los más famosos e, incluso, protagonistas de producciones cinematográficas. Otros muy conocidos son los mamuts y los dientes de sable. No obstante, existen más ejemplares impresionantes que vale la pena descubrir. Veamos 20 especímenes en el siguiente listado, con sus principales características.

¿Qué son los animales prehistóricos?

Antes de comenzar el recorrido por el mundo prehistórico, aclaremos un poco a qué organismos nos referimos. En este caso, a los animales que existieron en el planeta antes de la historia, es decir, de la invención de la escritura.

Algunos convivieron con los primeros homínidos y otros no compartieron su hábitat con el hombre.

En la actualidad, muchas de estas criaturas se encuentran extintas. Sin embargo, ciertos linajes con mayor capacidad de adaptación y supervivencia persisten hoy en día. Quizás, no en la forma exacta de la antigüedad, pero sí con pocos cambios en su apariencia.

Animales prehistóricos extintos

La mayoría de los animales que han existido se han extinguido del planeta para siempre. Las causas son diversas, entre ellas las condiciones climáticas, la competencia por los recursos o grandes catástrofes, como las erupciones volcánicas, impacto de asteroides, entre otras. A continuación algunos ejemplares y sus características.

1. Tigre dientes de sable (Smilodon)

Dientes de sable.
El tigre dientes de sable habitó la Tierra durante el Pleistoceno. Créditos: EPV.

Uno de los animales prehistóricos más populares es el tigre dientes de sable, con sus largos colmillos de hasta 26 centímetros de longitud. Tenía un tamaño aproximado de 1,15 metros de altura. Además, de patas cortas, pero fuertes, que le servían para cazar presas grandes.

En realidad, existieron tres especies de ellos, incluidas en el género Smilodon:

  • S. gracilis: el más pequeño de los tres, que alcanzaba hasta 100 kilogramos de peso.
  • S. fatalis: de tamaño intermedio, similar a un tigre siberiano, con hasta 280 kilogramos de masa.
  • S. populator: el de mayores proporciones, ya que alcanzaba un peso de entre 220 y 360 kilogramos (mayor a cualquier felino de la actualidad).
El tigre dientes de sable era un hábil cazador, que mordía a sus presas en el cuello para cortar las arterias importantes y producir una muerte rápida.

Se piensa que su desaparición del planeta se generó por el cambio climático y la extinción de sus presas. Al tener una alimentación tan especializada en mamíferos grandes, no pudieron adaptarse a otras de menor tamaño.



2. Mamut lanudo (Mammuthus primigenius)

Mamut lanudo.
Mammutus primigenius vivió en las estepas-tundras de lo que hoy es Eurasia y Norteamérica.

También llamado elefante lanudo o mamut de la tundra. Debe su nombre a la capa de pelo de gran grosor y longitud que tenía su cuerpo, de un color pardo, más claro en la parte interna y más oscuro en el manto externo. Además de esta cubierta protectora, contaba con una piel de hasta 8 centímetros de espesor: un verdadero aislante térmico.

El mamut lanudo también destaca por su gran tamaño y sus peculiares colmillos. Medía entre 3 y 3,7 metros de altura y pesaba de 5500 a 7300 kilogramos. El calentamiento del planeta, después de la última edad del hielo, generó la pérdida de su hábitat y su extinción.

3. Tiburón espinoso (Acanthodii)

Fósil de ejemplar de Gyracanthus.
Fósil de Gyracanthus sherwoodi, donde se observa la cintura pectoral y la columna de la aleta. Créditos: Skye McDavid/Wikimedia Commons.

Los acantodios eran peces pequeños de menos de 25 centímetros de longitud. Aunque algunos ejemplares como Gyracanthus alcanzaron un tamaño aproximado de 2 metros. Algunas especies carecían de dientes, lo que sugiere una alimentación por filtración, pero otros tenían una vida depredadora.

Vivieron desde el periodo Silúrico hasta el Pérmico, en el que se extinguieron. Además, se trata de un grupo de gran debate, ya que algunos expertos los consideran los primeros peces óseos, mientras que otros detallan que están más relacionados con los primeros peces cartilaginosos.

Reciben su nombre por la presencia de una gran espina delante de cada una de sus aletas.

4. Tiranosaurio (Tyrannosaurus rex)

Tiranosaurio rex.
El tiranosaurio rex vivió durante el período Cretácico superior.

Uno de los animales prehistóricos más conocidos es el famoso T-rex o tiranosaurio rex, que habitó en Norteamérica hace 65 millones de años. Entre sus características resaltan las siguientes:

  • Cola larga y musculosa.
  • Gran tamaño (alrededor de 12 metros de longitud).
  • Vista, olfato, audición y equilibrio bien desarrollados.
  • Cráneo grande (hasta 1,60 metros), mandíbulas amplias y dientes de hasta 15 centímetros de largo.
  • Cuello corto, al igual que brazos y manos con dos dígitos, extremidades posteriores largas y robustas.

Existe gran debate en cuanto a su apariencia externa, ya que algunos científicos piensan que pudo contar con plumas en su cuerpo. Otro aspecto controvertido es su alimentación, si era un depredador o también tenía una vida carroñera.

Asimismo, no podemos dejar de mencionar su gran fuerza de mordida: más potente que la del cocodrilo del Nilo. Este espécimen es uno de los dinosaurios más famosos de la historia.

5. Yutyrannus (Yutyrannus huali)

Yutyrannus (Yutyrannus huali).
Yutyrannus huali exhibía protoplumas. Créditos: @YutyrannusH.

Es otro dinosaurio de gran tamaño y pariente del tiranosaurio. Se sabe con certeza que se trataba de un animal emplumado. Habitó Asia en el Cretácico, en un ambiente boscoso frío.

La presencia de plumas fue de gran utilidad para regular su temperatura corporal.

Contaba con un tamaño de casi 9 metros de longitud y una masa de 1400 kilogramos. A pesar de sus plumas largas y filamentosas, su gran dimensión le impedía volar; no obstante, este recubrimiento constituyó un aislamiento térmico importante en su hábitat.

6. Labocania (Labocania anomala)

Labocania anomala.
Labocania anomala tenía similitudes con los tiranosaurios. Créditos: Adam Works.

Se trata de un carnívoro encontrado en la formación fosilífera de La Bocana Roja en Baja California; a este hecho se debe su nombre Labocania. El epíteto «anomala» hace referencia a la combinación de características físicas similares a tiranosaurios y otros tipos de dinosaurios.

Se conoce poco sobre este carnívoro, pero se estima con un tamaño de unos 8 metros de largo y 1,5 toneladas de peso. Vivió en el Cretácico, hace unos 75 millones de años.

7. Argentinosaurus (Argentinosaurus huinculensis)

Argentinosaurus es uno de los animales prehistóricos extintos.
El Argentinosaurus pertenece al grupo de los titanosaurios.

Continuamos con la mención de dinosaurios en nuestra lista de animales prehistóricos extintos. En este caso tenemos a un herbívoro, el Argentinosaurus. Hay controversia en cuanto a su tamaño, por la falta de evidencias. Sin embargo, se estima que su cuerpo rondaba los 30 0 40 metros de largo y de 50 a 100 toneladas de peso: por esta razón se considera uno de los animales terrestres más grandes que haya existido.

Contaba con un cuello largo y robusto, una cabeza pequeña y una cola gruesa. Sus dientes estaban adaptados para cortar las hojas de los árboles, ya que no masticaban la comida. Su estómago era el que procesaba toda la vegetación.

El cuello del Argentinosaurus le permitía tener acceso a la vegetación disponible. Así, podían contar con toda la cantidad de alimento que necesitaba para su gran tamaño.

8. Pteranodon

Pteranodon
Los pterosaurios vivieron desde finales del Triásico hasta el Cretácico.

En este caso, hacemos referencia a un género de reptiles voladores fuertes que vivían en el período del Cretácico tardío. Sus alas tenían una envergadura de alrededor de 7 metros o más, aunque sus cuerpos eras algo pequeños en comparación con el tamaño de estas.

Un aspecto que llamaba la atención en su apariencia era la presencia de una cresta en el cráneo, que se proyectaba hacia arriba en la parte de atrás de la cabeza. El macho la tenía más grande que la hembra. Además, contaba con mandíbulas largas y desdentadas, que se cree empleaba para alimentarse de peces.



9. Amonite (Ammonoideos)

Amonites.
Los amonites aparecieron durante el período Devónico. Créditos: Breck P. Kent/National Geographic.

Entre los animales prehistóricos también encontramos invertebrados, como los cefalópodos llamados amonites. Estos poblaron los mares por un largo período, a profundidades que no superaron los 300 metros.

Los primeros representantes del grupo aparecieron alrededor de 400 millones de años, mientras que los últimos ejemplares se extinguieron hace 65 millones de años.

Estos animales de cuerpo blando, contaban con una concha cónica, más o menos enrollada y dividida en cámaras, la cual hoy en día es una constancia de su estancia en el planeta. No obstante, su cuerpo es un misterio, pero se cree que podían tener unos 10 brazos delgados.

Otra característica destacada en su cuerpo es el pico que, por lo general, estaba compuesto por quitina, como en otros cefalópodos. Su alimentación era variable e incluyó las siguientes especies:

  • Peces
  • Bivalvos
  • Crustáceos
  • Lirios de mar
  • Foraminíferos
  • Otros ammonites

Los amonites fueron un grupo muy exitoso, gracias a sus altas tasas reproductivas y su pequeño tamaño al nacer (de apenas unos pocos milímetros). Así, formaban parte del plancton marino en esta etapa de su vida, flotando en el océano a merced de las corrientes. Este aspecto les permitió su distribución mundial.

10. Nectocaris pteryx

Nectocaris pteryx es uno de los animales prehistóricos.
Nectocaris pteryx podría ser antepasado de pulpos y calamares. Créditos: The Burguess Shale.

Aquí tenemos a otro cefalópodo, que es considerado el más antiguo de todos, porque data de hace unos 500 millones de años, en el período Cámbrico. Lo interesante de este animal, era su pequeño tamaño, ya que apenas medía pocos centímetros de longitud. Su cuerpo era blando, con forma aplanada y romboidal, carecía de concha y contaba con un par de tentáculos largos y prensiles.

El Nectocaris pteryx tenía en su cuerpo un par de aletas laterales anchas, una a cada lado y un sifón que servía de propulsor. Además, contaba con un par de ojos. Se cree que era carnívoro o carroñero.

11. Trilobite

Trilobite.
Alcanzaron el dominio de los mares desde el período Cámbrico hasta el Ordovícico temprano. Créditos: Jiri Svoboda.

Llegó el turno de otros invertebrados, esta vez un grupo de artrópodos marinos y bentónicos, es decir, que habitaban en el fondo del lecho oceánico. Aparecieron durante el período Cámbrico y algunas especies vivieron hasta el Pérmico. Tenían un tamaño variable y un cuerpo con 3 lóbulos, característica a la que deben su nombre.

Asimismo, contaban con un cuerpo segmentado dividido en tres regiones: una cefálica, el cefalón; una intermedia, el tórax; así como una posterior o caudal, llamada pigidio. Cada una de ellas, con un par de apéndices articuladas. Algunos eran ciegos, pero otros presentaban ojos.

Los trilobites tenían un exoesqueleto quitinoso, como cualquier artrópodo.

12. Lamprea Yanliaomyzon (Yanliaomyzon occisor)

Lamprea Yanliaomyzon (Yanliaomyzon occisor).
Yanliaomyzon occisor habitó en los ecosistemas acuáticos durante el período Jurásico. Créditos: Nice Vistudios/Academia de Ciencias de China.

Las lampreas marinas son animales antiguos. Existieron hace más de 360 millones de años. No obstante, la especie Yanliaomyzon occisor fue encontrada en unas rocas de unos 160 millones de años, en China. Poseía un tamaño asombroso de 642 milímetros, lo que la posiciona como la mayor lamprea fósil hasta ahora encontrada, ya que las más remotas eran más pequeñas.

Contaba con una ventosa oral, llena de dientes afilados, que le permitían una dieta carnívora y se alimentaba de trozos de carne a mordiscos. Además, se cree que tenía un nado activo y que iba tras sus presas. Así, lo detalla una publicación de la revista Nature Conmunications.

Occisor significa asesino, por lo que el nombre hace referencia a la habilidad de caza del ejemplar.

Muchas especies de lampreas siguen vivas en la actualidad y ciertos aspectos de su morfología se han conservado a lo largo del tiempo. Sin embargo, este aparato de alimentación similar al de algunas especies modernas difieren del patrón original de los ejemplares más antiguos. Gracias a su descubrimiento se tienen más conocimientos de su desarrollo evolutivo.

13. Megaterio (Megatherium americanum)

Megaterio.
El megaterio vivió en el continente americano hace más de 15 millones de años. Créditos: Tarapacá Insitu.

El megaterio era un perezoso gigante, de hasta 6 metros —de la cabeza a la cola— y casi 5 toneladas de peso, que se extinguió al final del Pleistoceno (entre 8 y 10 mil años). Era herbívoro, pero debido a su gran tamaño, su comportamiento difiere de los perezosos actuales, ya que se trata de un ejemplar terrestre. No obstante, podía levantarse sobre sus patas traseras para tener acceso a la vegetación.

Este mamífero contaba con pocos dientes en su boca.

14. Megalodón (Otodus megalodon)

Megalodón.
El megalodón pertenece al grupo de los tiburones caballa. Créditos: National Geographic.

El megalodón es uno de los animales prehistóricos extintos de mayor fascinación. No es para menos, con su tamaño excepcional que superaba los 16 metros de longitud y sus grandes dientes de hasta 18 centímetros de largo, que tenía en su boca. Además, contaba con 270 piezas dentales, una gran amplitud y fuerza de mordida.

Es importante destacar que las estimaciones de sus dimensiones son basadas en pocas piezas fósiles encontradas, en su mayoría, mandíbulas y algunas vértebras. Recordemos que se trataba de un pez cartilaginoso.

Vivió durante el Cenozoico y se desconoce con certeza la causa de su extinción. No obstante, existen diferentes teorías por parte de los científicos. Un estudio publicado en Nature detalla que podría haber convivido con el gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias) y que la competencia por los recursos fue clave en su desaparición.

Otros piensan que los cambios en la temperatura de los océanos afectaron su metabolismo ocasionando su extinción.


Animales prehistóricos vivos

Ahora llegó el turno de listar aquellos animales prehistóricos que permanecen vivos, gracias a su capacidad de adaptación y supervivencia. Entre ellos, existen seres que han cambiado poco desde sus orígenes antiguos, llamados organismos pancrónicos o fósiles vivientes. También encontramos algunos que se creían desaparecidos años atrás. Veamos unos ejemplos, tanto de vertebrados como de invertebrados.

15. Nautilo (Nautilus pompilus)

Nautilus pompilius es el nautilio de mayor tamaño.
Se alimenta de peces y cangrejos. Créditos: Wikimedia Commons.

Aquí tenemos a otro cefalópodo con concha, el nautilo habita en profundidades de hasta 500 metros. Tiene un tamaño aproximado de 20 centímetros de largo. Su caparazón en espiral y dividido en cámaras es de color marrón y blanco. Además, cuentan con 90 pequeños tentáculos sin ventosas, ojos y una capucha carnosa que usan para proteger sus partes blandas de sus depredadores.

Los nautilos se originaron hace unos 400 millones de años. En la actualidad, las especies vivientes habitan en la zona occidental del Pacífico y oriental del Índico, a profundidades que no superan los 700 metros.

16. Lirio de mar (Crinoidea)

Lirios del mar.
Durante el Paleozoico, los lirios de mar fueron muy numerosos.

En este caso, nos referimos a un grupo de equinodermos que habitan en el mar, algunos en las profundidades y otros ocupan los arrecifes de coral. Por lo general, tienen un cuerpo dividido en dos regiones, un cáliz o porción central y los rayos, estructuras alargadas con forma de brazos que se emplean durante la alimentación y locomoción.

También pueden contar con un tallo para adherirse al sustrato y otras protuberancias llamadas cirros. Existen muchas especies extintas de crinoideos, que solo se conocen por sus fósiles. De estos sobrevivió un único linaje al final del período Pérmico.

17. Cacerolita de mar (Limulus polyphemus)

Cacerolita de mar.
Su sangre es de color azul porque la proteína que transporta el oxígeno, llamada hemocianina, tiene cobre. Créditos: Kaldari/Wikimedia Commons.

La cacerola de mar es un artrópodo cuyos ancestros se remontan a unos 500 millones de años, en el período Ordovícico. En la actualidad, es el único superviviente del género Limulus, del que existe un pobre registro fósil. Habita en aguas poco profundas, sobre fondos de arena o fango y se alimenta de gusanos, moluscos y algas.

También se conoce como cangrejo herradura del Atlántico. No obstante, no es un cangrejo, pues se relaciona con los arácnidos.

18. Tuátara (Sphenodon puntactus)

La esperanza de vida de la tuátara es de 60 años en promedio. Sin embargo, puede alcanzar los 100 años.

Es el único representante viviente del grupo de los rincocéfalos, reptiles antiguos que aparecieron en el Triásico y se extinguieron hace unos 60 millones de años. Solo habitan en Nueva Zelanda y son muy similares a sus ancestros, aunque también poseen sus características únicas.

Los machos suelen ser más grandes con una medida aproximada de 60 centímetros de longitud, mientras que las hembras apenas llegan a los 40. Destacan por su cresta espinosa y por carecer de orejas externas. Además, presentan un «tercer ojo» u «ojo parietal» que se localiza en la parte superior del cráneo y que tiene función desconocida.

19. Celacanto (Latimeria chalumnae)

Celacanto en el mar.
L. chalumnae habita frente a la costa oriental de África y L. menadoensis en Indonesia.

Animal prehistórico, cuyo linaje tiene un registro fósil desde el Devónico hasta el Cretácico, por ello se pensaba extinto. No obstante, en el año 1938, se encontraron en las aguas del río Chalumna, en Sudáfrica. Es marino y habitan en cuevas, con profundidades variables (entre 70 y 700 metros), con base a la abundancia de especies y la temperatura.

Puede medir hasta 2 metros de longitud y la hembra es más grande que el macho. El Celacanto presenta escamas azules y una mancha blanca. Además, posee siete aletas con lóbulos carnosos. El par pectoral y pélvico pueden movilizarse de manera sincronizada, similar a un animal terrestre con sus cuatro patas.

Su morfología está casi intacta desde cientos de millones de años atrás, por lo que se trata de un «fósil viviente de los mares». Asimismo, se piensa que su linaje dio origen a los tetrápodos. Esto, por sus características particulares.

Al día de hoy, solo existen dos especies vivientes de celacantos: L. chalumnae y L. menadoensis.

20. Neopilina (Neopilina galatheae)

Neopilina (Neopilina galathea).
Este molusco cuenta con un caparazón que protege los órganos.

Este invertebrado es un molusco perteneciente a la clase de los Monoplacophora. Es pequeño, marino, bentónico y cuenta con un caparazón de una sola placa cónica, que cubre el cuerpo blando.

Proviene de un linaje antiguo. Hasta el año de 1952, se pensaban que estaban extintos, ya que solo se conocían por su registro fósil del Cámbrico y el Devónico. Sin embargo, con la expedición del barco Galathea, estos organismos fueron arrastrados a su cubierta. Así, en 1957, se publicó la descripción de esta especie.

El nombre Neopilina, significa «nueva Pilina». Este era otro molusco similar que vivió hace unos 400 millones de años.


Una pequeña parte de la fauna prehistórica

De esta manera, finalizamos este listado de 20 animales prehistóricos, tanto extintos como vivos, con representantes invertebrados y vertebrados. No obstante, es solo una pequeña parte de la fauna que acompañó al planeta en tiempos antiguos, aunque algunas especies continúan presentes hasta la actualidad. Los científicos siguen descubriendo ejemplares y sumando especies. Te invitamos a seguir conociendo este mundo y su biodiversidad.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.