Negros, marrones, grises, cremas… Son muchos los colores que puede tener un perro. Además de mantos sólidos, pueden presentarse capas con dos o tres combinaciones. Lo más interesante es que, más allá de lo que observan nuestros ojos, hay una información explícita en los genes de los canes que determina su apariencia. ¿Quieres aprender sobre este tema?
Los colores no solo muestran belleza, ya que pueden brindar información importante sobre la salud del peludo. A continuación, te desglosamos la variedad de mantos presentes en el perro, los pigmentos que originan las diferentes tonalidades y los genes relacionados con ellos.
¿De qué colores son los perros?
Como hemos afirmado, hay una gran variabilidad en lo que se refiere a los colores del manto del perro. Algunos son específicos para ciertas razas, pero otros son comunes en varias de ellas. Veamos cómo puede ser la apariencia de un can por sus tonalidades:
Capas simples o monocromáticas
Ante todo, tenemos que mencionar que los perros pueden presentar una coloración uniforme en todo su cuerpo, es decir, sin manchas ni combinaciones de tonalidades. En este caso, también existe gran diversidad, ya que en este amplio abanico se destacan los siguientes colores:
- Lila
- Azul
- Rojo
- Negro
- Blanco
- Dorado
- Marrón, hígado o chocolate
Capas compuestas o policromáticas
Asimismo, se pueden observar mantos formados por dos o más colores, no solo uno. El bicolor más frecuente es el blanco y negro, presente en razas como el bulldog francés. En los tricolores también existen combinaciones de blanco con negro y otros tonos, entre ellos los marrones. Este ejemplo lo tenemos en el beagle.
También hay perros con patrones de distribución de colores, algunos mezclados sin un orden específico, desiguales y con manchas. Aquí tenemos al arlequín, de manchas negras sobre fondo blanco o el moteado del dálmata.
Tipos de pelaje según los pigmentos presentes
Existen diferentes tipos de tonalidades de pelajes en los perros, pero te sorprenderá saber que solo hay dos pigmentos presentes que brindan la coloración. Estos son los siguientes:
- La eumelanina o «melanina verdadera», que es negra.
- La phaeomelanina o feomelanina, que es de color rojo.
Los melanocitos son las células encargadas de la síntesis de los pigmentos de la piel y el pelo. Son los responsables de agregar la melanina al cabello.
A mayor cantidad de pigmentos, más intensidad en la coloración. Sin embargo, no solo la presencia de la eumelanina o la feomelanina determina el tono del manto. Entonces, ¿por qué se produce tanta variedad de aspectos? La respuesta a esta pregunta la tienen los genes de los perros. ¡Veamos cómo influyen a continuación!
Influencia genética en la coloración del perro
Como mencionamos en el apartado anterior, la diversidad de colores del manto del perro se produce por los genes presentes y la interacción que ocurre entre ellos. Algunos son responsables de la expresión del negro o de los tonos rojos y amarillos, pero otros están involucrados en la dilución del color, la presencia de manchas, la variación de la intensidad y distribución de los mismos.
Los genes vienen en pares, una copia se hereda de la madre y otra del padre. Cada gen tiene diferentes alelos o versiones de sí mismo. Además, puede existir una forma dominante o que se manifiesta, siempre que se encuentra presente y otra recesiva, que solo se expresa cuando hay dos copias idénticas.
En total, los científicos han descubierto 15 genes responsables de los colores del perro. No obstante, existen otros por descubrir.
Cada gen ocupa un lugar o locus en el cromosoma. A continuación, un listado de los genes con sus funciones:
Genes implicados en la coloración de la capa base
Estos genes determinan el color sólido base del manto del perro. Existen tres que desempeñan funciones importantes en la síntesis de los pigmentos (tanto la eumelanina como la feomelanina). Estos son los siguientes:
- ASIP: en el locus agoutí o A.
- CBD103: en el K o negro dominante.
- MC1R: ocupa el lugar llamado extensión o E.
Locus A
El ASIP promueve la síntesis de pigmentos rojos (feomelanina). Se ubica en el locus A. En regiones donde no se expresa esta proteína se puede generar pigmento oscuro.
Existen diferentes colores en el manto relacionados con este gen y varios alelos implicados. Por ejemplo, el agoutí genera un vientre claro con bandas dorsales de pigmentos oscuros, rojos y oscuros en el pelo o el recesivo que produce color negro.
Locus K
El CBD103 se ubica en el locus K. También, se le conoce como negro dominante, ya que promueve la síntesis de eumelanina. Por lo tanto, produce coloración negra en el perro. Tiene tres alelos, que son los siguientes:
- Ky: no altera el color del pelaje del perro.
- Kbr: produce el fenotipo atigrado, abigarrado o rayado de muchas razas.
- KB: es responsable de la eumelanina sólida, por lo que puede generar mantos negros, marrones, azules o grises. Es dominante.
Locus E
El MC1R regula la síntesis de eumelanina o pigmentos oscuros del perro. Posee varios alelos o formas de manifestarse. En total se han descubierto siete. Entre ellos, los principales son los mencionados a continuación:
- E: codifica la actividad funcional del gen y, por lo tanto, la síntesis de los pigmentos oscuros.
- Em: ofrece una producción de eumelanina localizada en el hocico del perro, que se asemeja a una máscara oscura.
- EG: determina la apariencia llamada «grizzle» en salukis, con una capa de pelaje oscura en la parte superior y los lados del cuerpo, incluida la región de arriba de la cabeza. No obstante, la cara, el vientre y las extremidades internas son claras.
- e1: inhibe la producción de los pigmentos oscuros. Es un alelo mutante recesivo que denota pérdida de la función del gen, por lo que brinda un color de pelaje rojo. Esta mutación es muy común en muchas razas de canes. Por ejemplo, brinda la coloración uniforme amarilla o roja del golden retriever y el labrador retriever.
En la actualidad, se han descubierto otros alelos del locus E implicados en la pérdida de función del gen MC1R, como el e2, e3 o el eA.
Genes que actúan sobre la intensidad del pigmento del locus E
Acá tenemos a un par de genes que contribuyen a la gran variedad de pelaje rojo existente. Los tonos van desde crema hasta un color intenso. Uno de los protagonistas es el gen MFSD12, ubicado en el locus I, que brinda un pelaje blanco o casi blanco, ya que aclara la feomelanina, pero no la eumelanina. De esta manera, retienen pigmentos en nariz, labios, borde de ojos y almohadillas de patas.
El otro gen implicado produce una saturación de los pigmentos, alterando la distribución en el tallo del pelo. Así, puede generar una densidad mayor en la punta que en la raíz del cabello, brindando una apariencia más clara al pelaje. Por otro lado, los mantos más oscuros presentan mayor uniformidad.
Asimismo, se piensa que existen más genes relacionados con la saturación del pigmento del locus E en los canes.
Genes que provocan diluciones del color
En este caso, nos encontramos con genes que alteran la síntesis de los pigmentos. Por lo tanto, la apariencia del manto se vuelve más clara o diluida, en lo que a saturación del color se refiere. Así, tenemos los siguientes implicados:
- MLPH: que ocupa el lugar llamado dilución o D.
- TYRP1: ubicado en el locus marrón o B.
- PMEL: que controla el locus merle o M.
- PSMB7: en el arlequín o H.
Locus D
El locus D posee cuatro alelos, uno dominante que no altera la coloración y tres recesivos, que producen diluciones de los mantos negros a azules, grises o plateados; mientras que las rojas pasan a tonos más pálidos o los marrones a más claros. También, aclara la zona de la nariz y las almohadillas de las patas.
Algunas de estas coloraciones adquieren diferentes nombres en las distintas razas de perros. Por ejemplo, en el dóberman pinscher los negros claros son llamados azules.
Locus B
El locus B interrumpe la producción de los pigmentos negros, pero no afecta los rojos. De esta manera, los alelos recesivos provocan coloraciones marrones en los perros, en lugar de negras. Por su parte, el dominante favorece la producción normal de eumelanina en el pelaje.
Además, existe otro gen que propicia un aspecto marrón en el perro, el HPS3. Hasta ahora, está presente solo en el bulldog francés y le confiere un marrón que se oscurece de manera ligera con la edad.
Locus M y otros asociados
La coloración merle es una capa abirragada con patrones irregulares de dilución. El grado de aclaramiento es muy variable en los perros, por lo que se producen diferentes fenotipos. El locus solo afecta la eumelanina. Es frecuente en muchas razas, como el pastor australiano. En este caso, el alelo recesivo no altera la pigmentación del perro.
El arlequín o H es un modificador dominante de la coloración merle. Este produce que las regiones negras diluidas sean blancas pálidas y no grises. No afecta la expresión de otros genes y es común en la raza gran danés.
De igual forma, hay otro modificador dominante del merle, designado para el locus Tweed o Tw. Produce mayor variabilidad en la intensidad del negro del pelaje del perro. En la actualidad, se desconoce el gen encargado.
Encanecimiento progresivo
Existe otro fenotipo dominante llamado encanecimiento progresivo o G, aunque no se conoce el gen responsable. Como su nombre lo indica, ocasiona una dilución gradual del negro al gris. La edad de aparición de este aclaramiento es variable y también la región del cuerpo en la que se presenta. Se observa en distintas razas, como caniches y terriers.
Genes que producen marcas blancas en el pelaje
Ahora llegó el turno de mencionar los genes implicados en la producción y distribución de la melanina, que se traduce en regiones blancas en el manto del perro. Estos genes pueden afectar las siguientes partes del cuerpo:
- Ojos
- Nariz
- Labios
- Almohadillas de las patas
El principal responsable es el MTIF, que ocupa el locus llamado manchado o S, pero existen otros más.
El locus S produce una variedad de aspectos en el perro, con un tamaño, forma y número de manchas diversas. Presenta cuatro alelos, los recesivos que producen mayor o menor grado de motas blancas en el pelaje y otro dominante que carece de ellas. Algunos perros pueden presentar una apariencia casi blanca con poco o ningún pigmento.
Hay un gen que produce pelos con pigmento, en regiones que deberían ser blancas. Es llamado USH2A y se ubica en el locus tic tac o T. Aquí, también, encontramos al aspecto ruano, con una mezcla de pelos blancos y con color.
Antes se pensaba que el ruano era gobernado por otro locus: el R. No obstante, hoy día, se sabe que pertenece al mismo T y tienen una herencia compleja.
En el dálmata se desconoce la variante que controla la coloración manchada. Este aspecto pigmentado sobre un fondo blanco es único para cada perro. El cachorro nace sin motas, pero las desarrolla a las pocas semanas de vida.
Albinismo
En este artículo sobre los colores del manto del perro no podíamos dejar de mencionar el aspecto albino. El can posee un pelaje blanco uniforme, con iris, nariz, labios y almohadillas rosadas. Esto se produce por defectos en la síntesis de los pigmentos, por lo que no hay producción de melanina. Involucra a varios genes. Hasta ahora, se conocen tres responsables. Es una condición rara.
De esta forma, cada gen y su locus —o la combinación de varios de ellos— permiten controlar no solo la producción de los pigmentos, sino su distribución en todo el pelaje del perro. Algunos afectan la expresión de otros, lo que genera tanta diversidad y complejidad.
Información que nos brindan los colores del perro
Aparte de ser un aspecto estético, existe una relación entre los colores del manto del perro y las enfermedades. Las células encargadas de la síntesis de los pigmentos presentan vías de desarrollos comunes con otros linajes celulares. Entre ellos los nerviosos, esqueléticos y endocrinos, por mencionar algunos.
En particular, los perros con despigmentación tienden a padecer ciertas anomalías auditivas, visuales y del desarrollo. Otro ejemplo es el merle, que también puede presentar problemas de este tipo. Asimismo, existen combinaciones de alelos que resultan en descendencia no viable, lo que se traduce en muerte de los embriones.
Los genes implicados en la coloración del perro también pueden desempeñar un papel en el sistema inmunológico o, por lo menos, se sugiere una posible relación. Esto pasa con el CBD103 que genera el manto negro dominante (locus K) y pertenece a una familia conocida como defensinas, con capacidad para codificar proteínas con función antimicrobiana. De este modo, contribuye a proteger el epitelio frente a patógenos.
Dos pigmentos, pero múltiples fenotipos de colores en el perro
Como hemos visto, existen solo dos pigmentos que dan colores al perro, pero variedad de fenotipos de mantos posibles. Todo gracias a la acción combinada de distintos genes, algunos con efectos importantes y otros menores. De allí, la complejidad del tema.
La comprensión de la genética de la coloración en el perro tiene un gran impacto. Más allá de la belleza y el espectáculo visual, puede brindarnos información relevante sobre las enfermedades y el bienestar del animal.
Bibliografía
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