Las lagartijas son reptiles pequeños con cuerpos alargados, fáciles de distinguir a simple vista. Aunque la mayoría tiene características físicas similares, no todas ellas pertenecen al mismo grupo taxonómico. De hecho, varias familias de escamados como Gekkonidae o Lacertidae tienen especies conocidas con este nombre, pero no son las únicas que existen.
Se tratan de reptiles pequeños distribuidos a lo largo y ancho del mundo, con excepción de la Antártida. Además de que su apariencia es conocida, se caracterizan por reptar con movimientos nerviosos sobre todo tipo de superficie.
El aspecto de la lagartija suele inspirar simpatía, ya que es absolutamente inofensiva. Es por ello que hay personas que adoptan lagartijas como mascota. No obstante, tienen un carácter huidizo y prefieren esconderse entre grietas, matorrales o piedras que tener contacto directo con los humanos. Sigue leyendo este espacio y conoce más características interesantes acerca de estos reptiles.
La taxonomía de las lagartijas
El término lagartija hace referencia a un tipo de reptiles pequeños y alargados que se desplazan como si se estuvieran arrastrando. No conforman un grupo taxonómico formal, sino que es solo un nombre de uso común entre la población. Aun así, la mayoría comparte ciertos rasgos con los cuales es posible identificarlos a simple vista.
De hecho, en la actualidad existe una enorme discusión acerca de su clasificación taxonómica, pues los análisis moleculares no han esclarecido su árbol filogenético. Por el momento se les considera parte del orden Squamata, en donde también se agrupan lagartos, camaleones, iguanas y serpientes.
Características principales de la lagartija
La lagartija puede alcanzar un promedio de 10 años de vida y a medir hasta 10 cm, sin incluir la cola. Esta cola es más larga que el cuerpo y en algunos casos puede triplicar su longitud, como sucede con la lagartija colilarga (Psammodromus algirus). Además, algunas especies tienen la capacidad de desprenderse de ella -la cola- para distraer a sus depredadores y huir (autotomía caudal).
En cuanto a su piel, está cubierta de escamas diminutas con mayor preponderancia en el dorso que en el abdomen. Los colores y tonalidades oscilan entre el verde oscuro, verde claro y pardo. No obstante, existen variaciones que dependen tanto de la ubicación del individuo como de su salud.
Machos y hembras pueden distinguirse debido a que los primeros poseen coloraciones más brillantes y exhiben un tamaño mayor. Por el contrario, las hembras cuentan con tonalidades opacas y un cuerpo con dimensiones menores. Cabe resaltar que esto es una generalidad, puesto que ciertas especies de lagartijas presentan un dimorfismo sexual diferente a lo aquí descrito (hembras más grandes que machos).
Alimentación
Las lagartijas pueden tener diferentes tipos de dieta según la especie. Si bien es cierto que la mayoría son carnívoras, existen otras que son herbívoras o incluso omnívoras. Para alimentarse, la lagartija busca insectos, artrópodos, plantas, flores o frutas. Sin embargo, destacan por su gran instinto depredador y su capacidad para adaptarse a casi cualquier región del planeta.
También lee:: ¿Qué comen las lagartijas?
Distribución
Por lo común, las lagartijas viven en sitios con climas templados o cerca de las regiones tropicales del planeta. Al ser reptiles que dependen del sol para regular su temperatura (ectotermos), son incapaces de vivir en zonas frías o gélidas como los polos.
Reproducción
Otro hecho que permite a la lagartija expandirse con facilidad por el mundo es la versatilidad de su reproducción. Esto significa que pueden presentar alguna de las siguientes estrategias:
- Oviparidad: ponen cierta cantidad de huevos que se incuban para el desarrollo de sus crías. La mayoría de las especies presentan esta estrategia de reproducción.
- Viviparidad: significa que dan lugar a crías vivas desde su vientre (como los mamíferos). Pocos ejemplares exhiben esta condición, aunque uno de los más conocidos es la lagartija de turbera (Zootoca vivipara).
- Ovoviviparidad: es el punto intermedio entre las dos anteriores. Las hembras producen huevos que retienen en su vientre y los liberan justo al momento que eclosionan.
Estos reptiles pueden reproducirse entre una y tres veces al año. En cada evento, se cuentan hasta una docena de crías. Cuanto más grande sea la madre, mayor será la cifra de los neonatos. Además, las hembras tienden a ser gregarias durante el período de incubación, se ofrecen compañía mutua y suelen pasar juntas la espera del nacimiento de la cría.
La lagartija, un huésped deseable
Esta clase de reptil es bien recibida allí donde vaya. El motivo es su capacidad de estabilizar ecosistemas al ser un depredador clave de la cadena alimenticia. Debido a sus capacidades, es capaz de devorar insectos o artrópodos numerosos y regular sus poblaciones para disminuir su impacto en el ecosistema.
La lagartija es quien se ocupa de acabar, por ejemplo, con las plagas que acechan las cosechas del mundo: caracoles, langostas, y varios tipos de insectos presentes en los cultivos. En áreas urbanas, evita la proliferación de mosquitos, moscas, arañas, escarabajos o gusanos diversos.
Lagartija al sol
Los baños de sol proporcionan un gran placer a este animal de sangre fría (ectotermo). Después de un largo sueño en su madriguera, busca de manera incesante el contacto de la luz solar en sus escamas. Además, estos baños solares dan la oportunidad a la lagartija de escudriñar cada milímetro del espacio que la rodea.
Los rayos solares sirven como un regulador de la temperatura interna de la lagartija. Gracias a ellos, es capaz de llevar a cabo sus procesos metabólicos esenciales, tales como la digestión, la reparación celular y la reproducción. En ausencia del sol, disminuyen su gasto energético a lo mínimo para evitar la muerte. Esta es la razón por la que se mueven menos y parecen «torpes» durante la mañana.
El tiempo que pasa tomando el sol no lo desperdicia por completo, puesto que este pequeño reptil se mantiene al acecho de posibles presas que se acerquen a él. Por supuesto, también es capaz de cazar de manera activa, pero prefiere hacerlo después de que «cargue» energía solar.
El lenguaje de la lagartija
La lagartija es dueña de un lenguaje propio. Para comunicarse con otro miembro de su especie, recurre a una serie de movimientos y posturas específicas. Algunos ejemplos de ello son los chasquidos, las flexiones o ataques rápidos en forma de advertencia. Estas acciones se realizan para defender el territorio o como señal de apareamiento.
En ciertas especies, las escamas pueden cambiar de color, lo cual expresa el estado de ánimo o salud del animal. Otro modo de manifestarse es soltar la cola cuando se asusta ante una amenaza o predador. El trozo de cola se mueve y distrae a su enemigo el tiempo suficiente como para que escape. Esto no representa un problema, ya que son capaces de regenerar dicha parte de su cuerpo en tan solo unas semanas.
Lagartijas más conocidas
Aunque existe una gran cantidad de estos pequeños reptiles, ciertas especies son más conocidas que otras. Los siguientes son solo algunas de las lagartijas con mayor renombre:
- Lagartija cenicienta (Psammodromus hispanicus)
- Lagartija voladora (Draco volans)
- Lagartija ágil (Lacerta agilis)
- Lagartija ibérica (Podarcis hispanicus)
- Lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus)
- Salamanquesa (Tarentola mauritanica)
Como hemos visto, la lagartija es uno de los animales de mejor adaptación al medio. En caso de encontrar una, no hay que dañarlas, son inofensivas y debemos respetar su vida. Si te genera alguna molestia o se encuentra dentro de casa, ahuyéntala con ruido y verás que se aleja lo más rápido posible sin causar problemas.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Simmonds, F. J. (1958). The effect of lizards on the biological control of scale insects in Bermuda. Bulletin of Entomological Research, 49(3), 601-612. https://www.cambridge.org/core/journals/bulletin-of-entomological-research/article/abs/effect-of-lizards-on-the-biological-control-of-scale-insects-in-bermuda/39DB44EDB942EFFA095856EAA03DD80B
- Wiens, J. J., Hutter, C. R., Mulcahy, D. G., Noonan, B. P., Townsend, T. M., Sites Jr, J. W., & Reeder, T. W. (2012). Resolving the phylogeny of lizards and snakes (Squamata) with extensive sampling of genes and species. Biology letters, 8(6), 1043-1046. https://royalsocietypublishing.org/doi/full/10.1098/rsbl.2012.0703
- Meiri, S. (2008). Evolution and ecology of lizard body sizes. Global Ecology and Biogeography, 17(6), 724-734.
- Cobos, R. M., & Ribas, R. (1987). Reptiles: tortugas, Serpientes, lagartos. Clínica veterinaria de pequeños animales, 7(3), 0133-150.
- Hutchinson, M. (2019). Reptiles y anfibios. Océano Travesía.
- Ardura, A. C. (2021). NEW VISUAL RECORDS OF PLANTS CONSUMED BY 10 LIZARD SPECIES ON ISLANDS OF THE GULF OF CALIFORNIA, AND IMPLICATIONS FOR THE INSULAR ECOLOGY AND TROPHIC WEBS. Revista Latinoamericana de Herpetología, 4(2), 23-52.
- Feria-Ortiz, M., Pérez-Malváez, C., Bribiesca-Escutia, G., & Ramirez-Morales, E. A. (2021). Dimorfismo sexual en tamaño y forma en una población de escíncidos de cola azul del género Plestiodon (Scincidae). Acta Biológica Colombiana, 26(3), 393-403. http://www.scielo.org.co/pdf/abc/v26n3/0120-548X-abc-26-03-393.pdf