¿Qué animales son conocidos como los fantasmas ciegos?

Los anfibios constituyen un grupo de animales vertebrados muy variopinto. No es difícil imaginar que, entre todas estas especies, se encuentre algún fantasmas ciego, ¿verdad?
¿Qué animales son conocidos como los fantasmas ciegos?
Érica Terrón González

Escrito y verificado por la veterinaria Érica Terrón González.

Última actualización: 13 febrero, 2021

Existe una familia de anfibios caudados denominados proteidos, representada por varios animales de aspecto serpentiforme. Lo más curioso de estos anfibios es que carecen de párpados, son cortos de vista y su piel no muestra color alguno. Así que bien se puede hablar de ellos como fantasmas ciegos.

Debido a su aspecto algo tenebroso, nunca han sido animales que susciten la simpatía de los humanos. Al menos tienen la suerte de vivir en zonas poco accesibles para aquellos que quieran darles caza o utilizarlos para propósitos desagradables.

Los anfibios proteidos, animales conocidos como fantasmas ciegos

La familia Proteidae está compuesta por 6 especies que se distribuyen, en su mayoría, por Norteamérica y Europa. Se tratan de animales de hábitos nocturnos y acuáticos, cosa que condiciona su aspecto físico. Por este motivo, mantienen su respiración branquial y presentan una piel incolora.

Los proteidos comparten características con salamandras y tritones, como anfibios caudados que son.​ Pero lo cierto es que su posición evolutiva con respecto a estos parientes más conocidos es aún incierta.

Características de las especies de anfibios llamados fantasmas ciegos

A continuación, describiremos de forma breve 2 de las 6 especies que constituyen este grupo de animales conocidos como proteidos. Estas especies se encuentran divididas en 2 géneros: Necturus y Proteus. Si bien comparten una serie de características, a la hora de la verdad viven en mundos diferentes.

El género Necturus

Las especies del género Necturus se distribuyen por el este del subcontinente norteamericano, pero son más abundantes en Estados Unidos. Tienen un cuerpo robusto, largo y cilíndrico, con una cola plana que les sirve para desplazarse por el agua.

Como bien aventurábamos al principio, este animal mantiene sus branquias en la fase adulta para respirar. Estas branquias son de color rojo muy llamativo porque están muy vascularizadas. Es decir, reciben un ingente aporte sanguíneo para poder captar todo el oxígeno posible.

En aguas con poco oxígeno disuelto, sus branquias se ramifican de forman impresionante para tratar de optimizar la respiración al máximo. En aguas frías y ricas en oxígeno, se mantienen pequeñas y pasan casi inadvertidas. Por lo tanto, las branquias del necturo se adaptan al contenido de oxígeno del hábitat.

Necturus maculosus

A veces denominado como «perro de agua», Necturus maculosus no presenta precisamente aspecto de fantasma. A diferencia de lo que es habitual en los proteidos, su piel sí presenta coloración. Puede ir del marrón al negro, pasando por el gris, con motas de diferentes tonalidades para mimetizarse con el fondo del cauce que habita.

Vive solo en Estados Unidos, en ríos y lagos de fondo plano y rocoso. Como sucede con el resto de proteidos, respira a través de unas branquias rojas muy llamativas, pero en ocasiones también utiliza la respiración cutánea. Por si fuera poco, este animal posee unos pulmones rudimentarios dentro de su cavidad torácica.

perro-agua-nepturus

El género Proteus, los verdaderos fantasmas ciegos

Al otro lado del mundo, en la Península de los Balcanes, se encuentra la otra mitad de la familia de los proteidos. Proteus anguinus —en la zona conocido como «olm»— habita en cuevas, entre estalactitas y estalagmitas. Su hábitat siempre está en aguas con temperaturas inferiores a los 10 grados centígrados.

De forma coloquial, los residentes de esa región europea se refieren a él como «la salamandra ciega».

A diferencia de su pariente norteamericano, P.anguinus tiene un cuerpo mucho más sobrio, alargado, de entre 20 y 30 centímetros. Tal y como se espera de su familia, tiene los ojos atrofiados y la piel despigmentada. Como mucho, puede presentar un tono rosado, al ser la piel transparente a la sangre que viaja por sus vasos sanguíneos.

Al vivir siempre en cavernas en las profundidades, este animal no necesita desarrollar mecanismos de defensa que lo protejan ocultándolo al ojo de depredadores, por eso su piel carece de color. Además, estos anfibios se valen solo del olfato para conseguir alimento, por lo que sobreviven como fantasmas ciegos.

¿Cómo sobrevive este animal en un ambiente tan desfavorable?

P.anguinus es capaz de subsistir numerosos meses sin ingerir nada de alimento. Cuando hay disponibilidad, su dieta está constituida por gusanos y crustáceos que detecta mediante el olfato. Con lo poco que consigue depredar, genera unas reservas que le sirven para sobrevivir hasta que vuelve a cazar.

Uno de los fantasmas ciegos.

Otros fantasmas ciegos en el mundo de los anfibios

Volviendo al continente americano, nos encontramos con otras salamandras ciegas. En este caso, estos curiosos animales pertenecen a otra familia, la de los pletodóntidos. Se tratan de anfibios que respiran siempre a través de la piel; es decir, a diferencia de los proteidos, carecen de branquias.

En esta familia, se encuentra la salamandra ciega de Texas (Eurycea rathbuni). Al igual que el olm, esta especie puede pasar meses sin comer y no posee ni pigmentos en su piel, ni ojos. Ante lo que podría parecer un handicap, este anfibio desarrolla unos receptores en la piel que le permiten atrapar a sus presas.

Una salamandra ciega.

Las adaptaciones evolutivas de la familia Proteidae

Estos animales —conocidos como fantasmas ciegos— tienen aspecto de haber sufrido un desarrollo incompleto. Esto se debe, sobre todo, a la escasez de alimento que existe en sus hábitats. El poco sustento que consiguen llevarse a la boca apenas les sirve de reserva para subsistir durante tan tiempo sin comer.

A este fenómeno de falta de desarrollo se le conoce como pedomorfosis. Se trata de una adaptación a las circunstancias en que el individuo adulto de una especie mantiene ciertas características de los juveniles de dicha especie. En este caso, la conservación de las branquias filamentosas y las aletas caudales características del estado larval.


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