Tener un can como mascota es una de las experiencias más gratificantes que se pueden vivir. Por esta razón, es normal que los tutores consideren cruzar a su perro para mantener una «extensión» de su compañero, incluso cuando su vida se extinga. Aunque parece sencillo, este proceso se debe llevar a cabo con mucho cuidado para procurar la salud y el bienestar de los animales.
Contrario a lo que se suele pensar, para cruzar a un perro hace falta más que solo conseguirle pareja. Es necesario conocer bien la biología reproductiva canina, pues de esto depende el éxito del proceso. En este espacio encontrarás todo lo que tienes que saber para cruzar a tu perro por primera vez.
Etapas de la cruza de perros
La reproducción es un evento que genera desgaste físico en las mascotas. Esto no significa que sea malo cruzar a los perros, sino que precisan atenciones especiales para reducir el impacto negativo en sus cuerpos. Por supuesto, cada etapa del proceso es diferente y los requerimientos del can cambian de forma progresiva. Es por ello que se necesita conocer a profundidad las fases que lo conforman.
De manera general, para cruzar a un perro se deben atravesar como mínimo las siguientes etapas:
1. Formación y reconocimiento de la pareja: al igual que otros animales, el macho necesita cortejar a la hembra para crear una relación.
2. Monta o cópula: como su nombre lo indica, en este punto ocurre el acto sexual para la fertilización de la hembra.
3. Gestación o embarazo: si todo sale bien, la hembra comenzará a gestar a los cachorros y necesitará de los cuidados adecuados para dar a luz.
Aunque es cierto que los canes pueden pasar por estas etapas sin ayuda, los tutores tienen la opción de apoyarlos para asegurar que se lleven a cabo de la mejor manera. Las siguientes secciones te ayudarán a entender un poco mejor cómo se debe realizar el proceso y las opciones que se tienen.
1. Formación y reconocimiento de la pareja canina
De acuerdo con un artículo de la revista International Journal of Zoology, los perros tienen un sistema de apareamiento monógamo que necesita una fase de cortejo. Visto de otra manera, la pareja no se forma de manera espontánea, sino que precisan tener una interacción previa, para saber si tanto el macho como la hembra son compatibles.
En la mayoría de los casos —y debido a la situación hormonal de la hembra— el cortejo toma lugar justo antes de la cópula. Sin embargo, existe una pequeña probabilidad de que la hembra rechace al macho, e incluso lo agreda. Por ello, se recomienda hacer visitas de juego previas a la época de celo. De esta manera, se podrá observar la convivencia y la compatibilidad de la pareja.
El nivel de socialización de los perros es un factor importante en este punto.
Mientras más acostumbrado esté el ejemplar a los extraños, mejor será su respuesta a las visitas de juego. Además, esto reduce la posibilidad de rechazo y mejora la convivencia entre la pareja.
Si desde las visitas previas se observa algún tipo de rechazo o agresividad fuerte, lo mejor es optar por elegir a otro candidato. Recuerda que la integridad de tu mascota podría estar en riesgo, así que trata de eliminar cualquier riesgo.
¿Cómo elegir a la pareja para tu perro?
Es normal elegir a las posibles parejas de los perros, basándose solo en su apariencia física. El único problema con esto es que se pasan por alto otros aspectos de salud que pueden impactar de manera positiva o negativa en la hembra y en los cachorros. En la medida de lo posible, se recomienda tomar en cuenta los siguientes puntos:
- Edad del perro: por regla general, la mejor edad para cruzar a un perro es entre los 2 y los 6 años. Es posible que se puedan reproducir antes, pero para asegurar su maduración sexual es preferible que alcancen como mínimo los 2 años.
- Enfermedades preexistentes: es bueno verificar qué enfermedades crónicas o problemas hereditarios presenta el candidato. Esto puede dar indicios de la salud que tendrán los cachorros cuando nazcan.
- Exámenes genéticos: es opcional, pero permite tener un panorama más amplio y preciso sobre el riesgo de heredar enfermedades genéticas a la descendencia.
- Pruebas para detectar enfermedades de transmisión sexual: aunque parezca extraño, los perros también pueden padecer varias de estas patologías. De preferencia, se debe pedir un examen completo con el veterinario de confianza para descartar su presencia.
- Tamaño de la pareja similar: es importante que jamás se presente una diferencia exagerada en la talla de la pareja, pues esto propicia las distocias o problemas durante el parto.
- Exámenes de fertilidad: es opcional. Este tipo de pruebas se realizan para identificar problemas reproductivos del ejemplar.
- Sin relación de parentesco: no es aceptable cruzar al perro con sus familiares (hijos, padre o madre). La endogamia o relaciones entre parientes fomenta la presencia de enfermedades genéticas y deformidades. Aunque a veces existe un número tan limitado de ejemplares que resulta casi imposible. Así lo sugiere la revista Animal Welfare.
Como se mencionaba con anterioridad, los perros son los que deciden al final si son compatibles o no con la posible pareja. No obstante, los tutores tienen la posibilidad de elegir a uno o varios candidatos y presentárselos.
También lee: ¿Cuál es el mejor momento de fertilidad en tu perra?
2. Monta o cópula de los perros
La monta o cópula es quizá la fase mejor conocida del proceso reproductivo canino. A pesar de esto, puede ser malinterpretado y es común cometer errores si es el primer apareamiento de un perro. Para empezar, se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Ciclo sexual de la hembra: las perras solo están receptivas para la cópula ciertos días al año. Esto se ajusta a su ciclo hormonal y debe ser considerado al momento de intentar reproducirlas.
- Elección del sitio para la cópula: es preferible ocupar un área neutral para realizar la cópula. Esta debe estar limpia y ser segura para la pareja.
- Proceso de apareamiento: salvo algunas excepciones, los tutores no tienen mucha injerencia en esta etapa, pero se debe estar atento a varias particularidades.
- Posibles problemas de la monta: pueden existir varias complicaciones comunes, pero la mayoría son producto de la inexperiencia de los perros.
Es importante recordar que, aunque la mayoría de estos aspectos se pueden resolver por cuenta propia, siempre es recomendable tener la supervisión de un profesional. Esto permitirá solucionar cualquier eventualidad que surja y dará seguridad a los tutores primerizos.
Ciclo sexual de la hembra
Al contrario que los humanos, las hembras caninas no tienen un ciclo reproductivo mensual (menstruación), sino que tiene una duración variable de entre 4 y 10 meses. Este periodo, también denominado ciclo estral, puede ocurrir en cualquier época del año.
El ciclo estral de los perros tiene 4 fases que, según la guía de crianza del American Kennel Club, son las siguientes:
- Proestro: dura entre 3 y 17 días. Se caracteriza por la hinchazón de la vulva y la secreción de líquidos marrón rojizos (sangre). En este punto, se producen feromonas que atraen a los machos, pero la hembra no dejará que se lleve a cabo la monta.
- Estro: duración aproximada de entre 3 y 20 días. Se identifica porque la vulva secreta un líquido rosáceo diferente al de proestro. El estro (conocido también como época de celo) es el único momento del ciclo en el que la hembra es fértil y acepta la cópula con el macho.
- Diestro: dura entre 50 y 80 días en promedio. En esta fase el cuerpo de la hembra regresa a la «normalidad», decrece la hinchazón de la vulva y desaparecen las secreciones sanguinolentas. Si existe fertilización del óvulo, el organismo de la hembra comenzará a prepararse para la gestación.
- Anestro: periodo largo de «descanso» entre un ciclo reproductivo y otro, por lo que dura entre 3 y 6 meses.
Es entendible que para un tutor primerizo no es tan fácil distinguir o llevar un registro del ciclo estral de su mascota. Por ello, existen varias herramientas como la citología vaginal que permiten estimar una fecha aproximada del celo. Consulta con tu veterinario sobre las pruebas que le puedes realizar a tu mascota.
Sitio dedicado para la cópula
Los perros son animales territoriales que pueden mostrarse agresivos si sienten que un adversario «entra» en sus dominios. Como se puede intuir, esto puede perjudicar la cópula de la pareja e incluso, ocasionar comportamientos violentos. En la medida de lo posible, siempre es recomendable tener un sitio neutral —desconocido para la pareja— en el que se pueda producir la cópula.
Proceso de apareamiento
Una vez que se han contemplado los puntos anteriores y la pareja de perros se ha formado, es fundamental asegurarse de que la hembra se encuentre en la fase de estro. Posterior a esto, lo único que se necesita es reunir a los canes y dejar que el proceso ocurra de manera natural.
Al igual que sucede con otros animales, el cortejo comenzará con varios tipos de «cariños», olfateos y arrumacos. Conforme avance el apareamiento, la hembra levantará la cola y el macho aprovechará para montarla. Según un estudio publicado en International Journal of Zoology, este proceso puede durar en total entre 45 y 130 minutos, así que es mejor ser pacientes y esperar a que finalice.
Posibles problemas con la monta
Por supuesto, durante la cópula o monta es posible que aparezcan diversas problemáticas. Aunque la mayoría se pueden solucionar con facilidad, es posible que algunas necesiten el apoyo de un veterinario. Entre las complicaciones más habituales se pueden encontrar las siguientes:
- Los perros se quedan pegados: esto es normal y se debe a la inflamación del bulbo del glande en el macho. Bajo ningún motivo se les debe separar, pues se pueden ocasionar desgarres en el pene o en la vagina. Según un estudio publicado en Acta Theriologica, dura en promedio 15 minutos, pero se puede alargar más. Conforme la inflamación ceda, los perros se «despegarán».
- El macho no logra penetrar a la hembra: por lo regular, dicha situación se debe a la inexperiencia del can en el caso de los perros primerizos. Esto también suele deberse al estrés y la ansiedad, por lo que puede ser buena idea darle privacidad durante el acto. Si a pesar de esto es incapaz de copular, es necesario consultar la situación con un profesional.
- La hembra rechaza la monta: esto puede tener diferentes causas, como que no se encuentre en la fase de estro, que no sea compatible con el macho o que quiera defender su territorio. En cualquier caso, se recomienda llevarla a revisión con el veterinario, puesto que también puede ser consecuencia de alguna patología.
Independientemente del problema, es crucial recalcar que si la hembra o el macho no puede o quiere realizar la cópula, jamás se les debe obligar. Es preferible consultar con un especialista para revisar a fondo las causas más probables de este rechazo.
3. Gestación o embarazo
Para confirmar que la hembra está embarazada es obligatorio el apoyo de un profesional. Sin embargo, se recomienda esperar entre 15 y 20 días para realizar algún test o prueba de embarazo. Según un artículo publicado en la revista Argos: Informativo Veterinario, entre las opciones que podría proponer el veterinario se encuentran las siguientes:
- Palpación: se refiere a la exploración del abdomen, para confirmar la presencia de los sacos amnióticos. Es fiable si se realiza entre el día 22 y 30 después del inicio del estro.
- Ecografía: método que genera imágenes del vientre de la mascota, lo que permite observar los sacos amnióticos, es fiable a partir de los 25 días después del inicio del estro.
- Radiografía: no suele utilizarse para confirmar el embarazo, sino para observar el estado de los fetos. Esto se debe a que solo se pueden percibir imágenes de los cachorros a partir del día 44 de la gestación.
- Test serológicos: se basan en medir la concentración de diferentes hormonas —según la prueba que se realice— encontradas en la sangre. El tiempo adecuado para realizarlas varía demasiado, así que es mejor consultar el más adecuado con el veterinario.
Una vez confirmado el embarazo, es necesario también realizar una predicción del posible día de parto de la nueva madre. Esto con el objetivo de estar preparados y vigilar de cerca la gestación. Eso sí, es importante recalcar que no existe un método preciso para calcularlo.
De acuerdo con un estudio publicado en la Revista de Investigaciones Veterinarias del Perú, el fin de la gestación canina puede estimarse con un lapso variable de entre 57 y 70 días. No obstante, si se detecta el momento preciso de la ovulación, es posible incrementar la precisión y reducir este rango a entre 62 y 64 días.
¿Qué cuidados necesita una perra embarazada?
En general, las perras embarazadas no necesitan cuidados adicionales más allá de sus visitas recurrentes al veterinario y la vigilancia de su dieta. Lo ideal es que se le realicen ecografías de seguimiento para verificar el desarrollo de los cachorros. Si bien es cierto que no siempre son necesarios, estas revisiones pueden detectar a tiempo varios tipos de problemas con los fetos.
Al mismo tiempo, la hembra comenzará a requerir más nutrientes debido al desgate que le ocasiona la gestación. Por esta razón, es crucial que se revise su alimentación y se le aporte lo necesario. Según el libro Management of Pregnant and Neonatal Dogs, Cats, and Exotic Pets, es recomendable aportar dietas de alta digestibilidad y con gran cantidad de ácidos grasos omega-3.
Ten en cuenta que la hembra ganará peso de manera gradual durante su gestación. Esto no es producto de su alimentación, sino del desarrollo de los fetos en su interior. Así que bajo ningún concepto restrinjas su dieta ni reduzcas la porción de su alimento.
Cuando la hembra se encuentre próxima a parir, buscará un sitio tranquilo, seguro, cálido y fresco para tener a sus crías.
En este lugar construirá un pequeño «nido» y tenderá a quedarse acostada en espera de sus pequeños. Evita quitarle o destruir esta construcción, a menos que percibas algún peligro latente.
El parto de la perra
La perra se encargará sola de todo el proceso del parto, por lo que no suele requerir el apoyo de los tutores. Sin embargo, se recomienda vigilar de lejos el proceso y notificar al veterinario para estar listos ante cualquier eventualidad.
El parto de las perras puede durar entre 3 y 12 horas. Los cachorros nacerán uno por uno cada 20 o 30 minutos, aunque es posible que existan intervalos de descanso —sin contracciones— de hasta dos horas. Aun así, The People’s Dispensary for Sick Animals recomienda acudir con un veterinario en caso de que se presenten contracciones por más de 30 minutos y no salgan los cachorros.
Cuando finalice el parto, la hembra dejará de tener contracciones, comenzará a acicalar a sus crías y las dirigirá hacia sus glándulas mamarias. En este punto, los tutores pueden acercar un poco de comida y agua a su mascota para que recupere fuerzas. Es así como termina el proceso de la cruza y comienza la crianza de los pequeños.
Un proceso que resulta más complejo de lo que parece
Como te puedes dar cuenta, el cruzar a un perro puede parecer sencillo, pero en realidad es complejo y más si es la primera vez que se lleva a cabo. Si no te sientes con la confianza de pasar por todo este proceso tu solo, busca la ayuda de un profesional que te guíe y te acompañe en el proceso. Eso sí, recuerda que a partir de este momento también eres responsable de los cachorros.
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