Guacamayos: características, alimentación y hábitat

Los guacamayos son aves que exhiben plumajes bellos y una inteligencia impresionante, incluso, son capaces de imitar sonidos de naturaleza humana.

Guacamayo barbazul

Aunque pertenecen a la familia de los loros, los guacamayos, también conocidos como guacamayas, parabas, ararás o papagayos, tienen características propias y distintivas. Estos son uno de los grupos de aves neotropicales más reconocidos, pues su plumaje brillante acapara la vista de cualquiera. Es por ello que varios son buscados como mascotas.

Los guacamayos destacan por su sociabilidad, su excelente capacidad para demostrar cariño y su inteligencia. De todas formas, antes de adoptar uno de estos animales se requiere obtener mucho conocimiento sobre sus necesidades. Aquí te lo contamos todo sobre ellos.

Taxonomía de los guacamayos

Los guacamayos son aves del orden Psitaciformes (como los agapornis, los periquitos y los loros verdaderos) que se encuentran englobadas en la subfamilia Arinae. Los ejemplares más conocidos son los pertenecientes al género Ara (Ara macao, por ejemplo), pero no es el único al que se le denomina de este modo. Según el portal de la Encyclopedia Britannica, existen 6 géneros que tienen aves conocidas como guacamayos:

  • Ara: con especies como el guacamayo militar (Ara militaris), el guacamayo azul y amarillo (Ara ararauna), el guacamayo aliverde (Ara chloropterus) y el guacamayo bandera (Ara macao).
  • Anodorhynchus: contiene especies como el guacamayo azul (Anodorhynchus hyacinthinus) y el guacamayo glauco (Anodorhynchus glaucus).
  • Cyanopsitta: el único miembro del género es el guacamayo de Spix (Cyanopsitta spixii).
  • Primolius: con especies como el guacamayo cabeciazul (Primolius couloni) y la guacamaya de cuello dorado (Primolius auricollis).
  • Orthopsittacael único miembro vivo es el guacamayo de vientre rojo (Orthopsittaca manilatus).
  • Diopsittaca: con una especie conocida como guacamayo noble (Diopsittaca nobilis).

Es importante señalar que, por el momento, el término «guacamayos» no tiene ningún valor taxonómico. Según un artículo de la revista Emu-Austral Ornithology, a pesar de que todas las especies con dicho nombre pertenecen al orden Psitaciformes, no todas ellas tienen parentesco cercano. Por ejemplo, las especies del género Ara son más cercanos al género Aratinga (cotorritas, pericos y loritos).

Aunque su relación taxonómica es dudosa, todos comparten varios rasgos físicos similares que permiten agruparlos bajo el mismo nombre. Según un estudio publicado en la revista The Condor, existen alrededor de 16 especies vivas conocidas como guacamayos. No obstante, este número puede cambiar en poco tiempo debido a que varias de ellas se encuentran en riesgo de extinción.

Características de los guacamayos

Los guacamayos se diferencian de otros loros en que son grandes de tamaño y cuentan con una cola excepcionalmente larga. Eso sí, las dimensiones dependen de cada especie concreta: las más pequeñas miden entre 40 y 60 centímetros de largo (como Diopsittaca nobilis), mientras que las más grandes pueden crecer hasta los 90 o 95 centímetros (como Anodorhynchus hyacinthinus).

Por esto, sus pesos también son muy variados. Mientras que las especies más grandes llegan a pesar más de un kilo y medio, los ejemplares más pequeños no llegan a pesar más de 300 gramos.

Los guacamayos tienen un pico grande en forma de gancho que les sirve para romper la cubierta de las semillas. Este se compone de dos partes, una mandíbula superior curvada y grande, y una mandíbula inferior pequeña y con mejor movilidad. Según un artículo de la revista International Journal of Morphology, la movilidad en la mandíbula inferior es la que permite la trituración de sus alimentos.

Su plumaje muestra un colorido intenso y variado, aunque las plumas de la cara son menos llamativas y tienen parches blancos alrededor de los ojos. El color brillante de sus plumas es característico de estas especies: suelen ser de color verde, rojo o amarillo y azul, alternando varios patrones en distintas partes del cuerpo.

Guacamayo severo
El pico de los guacamayos no solo les sirve para alimentarse, sino que también lo usan para sostenerse de las ramas mientras se desplazan sobre el árbol.

Apenas hay dimorfismo sexual, tanto las hembras como los machos tienen plumajes muy parecidos y no se puede asegurar que un sexo sea más grande que el otro. Los ejemplares más jóvenes pueden tener plumas de un color más suave o ser de menor tamaño, pero los adultos alcanzan un tamaño y un plumaje muy similar tras su muda.

Los guacamayos no suelen mostrar un dimorfismo sexual marcado, es decir, machos y hembras son bastante parecidos. 

Alimentación de los guacamayos

Los guacamayos son animales omnívoros que necesitan comer de todos los grupos de alimentos para tener una dieta adecuada y de calidad. Sin embargo, la mayoría opta por basar su alimentación en distintos tipos de frutas y semillas, aunque la complementan con insectos o gusanos ocasionales.

Según un estudio publicado en la revista Birds, los guacamayos se caracterizan por tener una gran adaptabilidad en cuanto a su dieta. De hecho, muestran cambios en la preferencia de sus alimentos según la temporada del año, además de que aprenden a localizar su comida para facilitar su recolección en el futuro.

Es más, según menciona un artículo de Bird Conservation International, algunos guacamayos sobreviven a la escasez de alimentos consumiendo vegetación o malezas. Asimismo, son capaces de invadir campos de cultivo para «robar» las cosechas si su distribución se los permite.

En vida libre, los guacamayos consumen entre 4 y 48 especies de plantas diferentes. La cantidad y la variedad depende de los aportes nutricionales que les provean sus alimentos, así que es normal que su dieta fluctúe demasiado. Es más, se ha documentado que estas aves ingieren cierta cantidad de arcilla para suplementar minerales, inactivar compuestos nocivos de su dieta y relajar su estómago.

Estos increíbles animales poseen una lengua flexible, delgada y resistente que manipulan con gran habilidad. Esta les sirve para sacar la «carne» de las semillas sin tener que usar otra extremidad.

¿Qué comen cuando son mascotas?

En cautividad o como mascotas, los guacamayos no pueden conseguir sus alimentos por sí mismos, ni balancear su dieta. Es por ello que debemos proporcionarles un pienso de calidad en forma de pellets y adaptado a su especie, que le otorgue todos los nutrientes necesarios. Además, se recomienda darle trozos de fruta o verdura fresca para complementar el pienso.

Los pellets son la mejor opción dietética para los guacamayos. Así, comerán una mezcla homogénea de elementos y no podrán separarlos en el plato por preferencia individual. 

Los frutos secos o semillas, como pipas de girasol y calabaza, son un gran entretenimiento para estos animales tan inteligentes. De hecho, se le pueden construir juguetes de recompensa de premios para estimular su inteligencia. Eso sí, no hay que abusar de las semillas »en bruto». Estas tienen un contenido calórico elevado y el animal podría crear cierta dependencia a ellas.

Hábitat de los guacamayos

El hábitat natural de los guacamayos está en América. De manera precisa en Sudamérica, aunque unas pocas especies se encuentran en Centroamérica y se pueden extender hasta México. El rango de distribución depende mucho de la especie consultada y la población en concreto, pero es normal que se solapen entre sí.

El lugar en el que se concentran la mayor parte de los guacamayos coincide con la cuenca del Amazonas: la frontera entre Colombia y Panamá, y varios territorios de Brasil. También aparecen en Perú, Bolivia e incluso Ecuador. Es más, sus hábitos alimenticios los convierten en uno de los mejores dispersores de semillas del área, lo que beneficia bastante a estos biomas neotropicales.

La especie más conocida, el guacamayo rojo (Ara macao), se extiende por Centroamérica hasta el Amazonas. Un caso especial es el del guacamayo verde (Ara militaris) que tiene una distribución irregular. Tal como menciona un artículo de Tropical Conservation Science, se encuentra en México, en partes de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y  Argentina, pues las actividades humanas fragmentaron y aislaron su población.

Guacamayo rojo
Los guacamayos se concentran en América y alcanzan su mayor diversidad cerca de la región tropical.

Comportamiento de los guacamayos

Los guacamayos son aves demasiado sociables que suelen formar grupos numerosos, los cuales comparten el mismo árbol de descanso. De hecho, es normal ver que los compañeros perchan en parejas, se acicalan de manera mutua, juegan o interactúan entre sí durante el día.

La interacción entre los guacamayos es compleja e incluso incluye una vasta variedad de vocalizaciones diferentes. Es más, un estudio de la revista Bioacoustics menciona que existen pequeñas variaciones acústicas en las vocalizaciones según la ubicación geográfica. Esto es comparable a lo que ocurre con las variaciones de un mismo idioma en el lenguaje humano.

Por si fuera poco, estas aves también son hábiles en la comunicación visual. Un estudio publicado en la revista PLOS ONE, sugiere que los guacamayos erizan algunas de sus plumas como respuesta a estímulos sociales. Este comportamiento cambia de manera sutil según el contexto, por lo que es claro que es un mensaje visual del ejemplar. Es más, incluso pueden ruborizarse, aunque aún se sabe poco de este último aspecto.

Reproducción de los guacamayos

La época de reproducción varia en cada especie, pero casi siempre coincide con la temporada de mayor disponibilidad de alimentos. Gracias a esto, se aseguran de que tanto la madre como las crías obtengan los recursos necesarios para la oviposición y el desarrollo.

Al igual que otras aves, el apareamiento de los guacamayos inicia con una serie de movimientos de cortejo, los cuales consisten en exhibiciones de vuelo, vocalizaciones o regalos nupciales (comida). La mayoría de las especies son monógamas, así que eligen una sola pareja para toda la vida.

En cuanto formalizan la relación, los guacamayos salen en busca de un sitio alto en donde puedan construir su nido. El macho y la hembra participan por igual en la tarea y buscan ramas, hojas o cualquier material vegetal para adecuar su hogar. Aunque existen variaciones, algunos ejemplares son capaces de construir nidos de hasta un metro de diámetro.

Una vez que todo está listo, la hembra pone entre 2 y 5 huevos, los cuales eclosionarán en alrededor de 30 días. La incubación se lleva a cabo por ambos padres, quienes se turnan para cuidarlos y alimentarse.

Guacamayos en peligro de extinción

A pesar de que son aves hermosas y bastante llamativas, la mayoría de las especies de guacamayos se encuentra amenazadas o en peligro de extinción. Esto es resultado del comercio ilegal y de la destrucción de su hábitat. Algunos de los ejemplares que corren riesgo son:

  • Guacamayo de Spix (Cyanopsitta spixii): extinto en la naturaleza.
  • Guacamayo glauco (Anodorhynchus glaucus): en peligro crítico.
  • Guacamayo militar (Ara militaris): vulnerable.
  • Guacamayo de Lear (Anodorhynchus leari): en peligro de extinción.
  • Guacamayo barba azul (Ara glaucogularis): en peligro crítico.
  • Guacamayo de frente roja (Ara rubrogenys): en peligro crítico.

Guacamayo como animal de compañía

Como mascotas, los guacamayos resultan ser pájaros muy sociables e inteligentes y aprenden palabras que incluso pueden repetir. Se ha demostrado que pueden llegar a tener un vocabulario relativamente amplio. Incluso si no se les entrena o se les enseña palabras, las aves aprenden a asociar las vocalizaciones humanas y pueden intentar responder (a su manera).

Son animales longevos, y es que algunos ejemplares llegan a vivir más de 50 años. Como son sociales suelen vivir mejor en parejas, aunque tienen un fuerte carácter y se han de cuidar las presentaciones para que se lleven bien y no haya peleas. A pesar de esto, si se le presta suficiente atención y juegos, pueden vivir solos con sus humanos.

Requerimientos legales

Como se mencionaba, varias especies de guacamayo enfrentan cierto riesgo de extinción, por lo que no en todos los países es posible tenerla como mascota. Al menos no sin antes obtener un permiso legal y comprobar el origen del ejemplar (criadero). Por esta razón, es muy importante que antes de adquirir a uno, consultes bien las reglamentaciones de tu localidad para no incurrir en multas o penas de cárcel.

Instalación para un guacamayo

El tamaño de la jaula dependerá de la especie que se quiera albergar en cautiverio. De todas formas, se recomienda que la instalación tenga mínimo 1 metro de largo, 1,20 metros de ancho y 1,5 metros de altura. Deberá contar con barrotes fuertes y gruesos, ya que el pico de estas aves es bastante fuerte y puede existir riesgo de fuga a largo plazo.

Además del material de la jaula, se recomienda tener en cuenta el sustrato y otros aditamentos. El suelo estará compuesto de material orgánico apto para pájaros (como virutas de maíz) y deberá limpiarse cada 24-48 horas. También es necesario que los guacamayos cuenten con ramas o perchas para posarse a distintas alturas. No olvides que adoran las cuerdas y las lianas.

Enriquecimiento ambiental

Los guacamayos son seres bastante inteligentes. Aunque esto les otorga su impresionante carácter, también supone una serie de exigencias para el tutor. Por ejemplo, es necesario que la jaula contenga juguetes variados y estos sean rotados de forma semanal con el fin de evitar aburrimiento. Además, el ejemplar deberá salir de 2 a 3 horas al día de la jaula para interactuar con los tutores.

Sin el enriquecimiento ambiental adecuado, los guacamayos pueden acudir a destruirse sus propias plumas y autolesionarse.

Higiene y enfermedad

Estos pájaros son animales muy limpios, ya que se ocupan de su propia higiene. Solo tendremos que proporcionarles un cacharro con agua tibia para que ellos mismos se den duchas y se acicalen cuando lo consideren necesario. Nunca deberíamos frotar o limpiar por nuestra cuenta a un pájaro de este tipo, ya que podríamos dañarle las plumas.

Si la higiene no es la adecuada o si el tutor ha tenido mala suerte eligiendo ejemplar, puede que el guacamayo enferme antes o después. Tal y como indican fuentes profesionales, estos son algunos de los signos clínicos que evidencian malestar en guacamayos:

  • Pérdida de calidad del plumaje tras la muda (bandas de estrés y despigmentaciones).
  • Plumas ahuecadas.
  • Falta de apetito o cambios drásticos en las rutinas alimenticias.
  • Debilidad.
  • Caída de plumas fuera de la época de muda (que suele ser en verano o en otoño).
  • Depresión, apatía y hostilidad hacia el tutor.
  • Reluctancia a moverse y descansos más largos de lo normal. 
  • Sangrado o secreción de materiales purulentos a través de los orificios corporales.

Los guacamayos suelen vivir entre 30 y 50 años, alcanzando cifras de 60 o más. De todas formas, si no se les otorga los cuidados adecuados, enfermarán con facilidad. Ante cualquier duda sobre sus requerimientos, acude al veterinario.

Una mascota no apta para cualquiera

Los guacamayos son unos de los pájaros más bellos que existen gracias a los vibrantes colores de su plumaje. Son animales muy inteligentes y, aunque pueden vivir en libertad, también se convierten en grandes mascotas. Eso sí, su tenencia supone una gran responsabilidad y una inversión económica nada desdeñable. Además, a veces es mejor dejar que algunas especies vivan libres en la naturaleza.

Bibliografía

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