¿Cómo ahuyentar jabalíes?

Ya sea porque se comen tus cultivos, tu basura o porque te hacen agujeros en el jardín, puede que te interese saber cómo ahuyentar jabalíes. Además, encontrarse con uno de estos mamíferos cara a cara (y más si es una hembra con crías) puede dar lugar a un desagradable accidente si no se maneja bien la situación.

Por eso, en este artículo tienes las técnicas más efectivas para evitar que estos animales entren en tu finca. También te brindamos información sobre la especie, pues conocer un poco más a fondo a los jabalíes te ayudará a hacer tus métodos más efectivos. No pierdas ojo.

Características del jabalí

El jabalí (Sus scrofa) es un mamífero que pertenece a la familia Suidae y al género Sus. Se le encuentra en una amplia variedad de hábitats: sabanas cubiertas de hierba, núcleos boscosos, áreas agrícolas, matorrales y pantanos. Aunque son animales resistentes al clima, suelen evitar sitios con temperaturas elevadas o muy frías.

Los jabalíes son omnívoros. Se alimentan predominantemente de materia vegetal, en particular de frutas, frutos secos, raíces y plantas verdes. También se sabe que consumen huevos de ave, carroña, pequeños roedores e invertebrados. Son oportunistas, variando su dieta en función de la disponibilidad de sustento.

Por otro lado, se trata de una especie gregaria y matriarcal. Los grupos están conformados por hembras relacionadas entre sí (madres, hijas, tías) y pueden llegar a tener más de 100 individuos, aunque lo habitual es que no pasen de 20 ejemplares. Los machos, por el contrario, son solitarios y rara vez se quedan en un grupo cuando alcanzan la madurez.

Las jabalinas pueden reproducirse en cualquier época del año. El período de gestación dura de 108 a 120 días y cada camada consta de 5 a 6 jabatos. Los cuidados parentales corren a cargo de las hembras, ya que los machos son poligínicos (se reproducen con más de una hembra por evento reproductivo) y suelen irse del grupo después de aparearse.

Cómo ahuyentar jabalíes

En áreas en las que los jabalíes han sido introducidos por el hombre perjudican a las especies nativas, pues inhiben la capacidad de crecimiento de los árboles en los lugares donde hozan. Además, su carácter protector y territorial evita que otros animales compartan hábitat con ellos.

Los jabalíes pueden portar y transmitir de forma zoonótica una gran variedad de parásitos, entre ellos la Trichinella, Toxoplasma gondii y garrapatas.

La influencia del humano en el medio natural puede ocasionar que los jabalíes se adentren en poblaciones, cultivos o fincas. Dada su gran capacidad reproductora y sus hábitos alimenticios, pueden dañar fácilmente las áreas agrícolas en las que se adentran. Les gusta mucho hozar para encontrar gusanos y raíces, así que suelen estropear la tierra sembrada.

Por todas las molestias que generan, a continuación tienes las técnicas más efectivas para ahuyentar jabalíes. Es conveniente no usarlas todas al mismo tiempo sino rotarlas, pues son animales muy inteligentes y acabarán aprendiendo que algunos de los estímulos que se utilizan para asustarlos no son un peligro real para ellos.

Sonidos y ultrasonidos

Los jabalíes dependen en gran medida de su oído y olfato. Su rango auditivo es de 42 a 40 500 Hercios, por lo que una opción para mantenerlos lejos es el uso de equipos de ultrasonidos. Los venden en el mercado junto con altavoces para repartir por los límites del terreno, muchos de ellos programables para que suenen de forma periódica.

Una opción más económica es grabar sonidos y reproducirlos en sus zonas de paso. Los más efectivos, tristemente, son los relacionados con el humano, como ladridos de perro, disparos de escopeta o personas hablando. También se pueden reproducir vocalizaciones de peligro de los propios jabalíes.

Ahuyentar jabalíes con repelentes olfativos

El olfato es el otro gran sentido de los suidos. Existen muchas alternativas para alejarlos mediante olores: esparcir cabello humano por la zona (lo puedes pedir en una peluquería) o comprar orina sintética de lobo, por ejemplo.

Otra opción es adquirir pienso específico para ahuyentar jabalíes. No es tóxico para ellos y, cuando lo coman y vean que sabe mal, la próxima vez que lo huelan se alejarán. También lo puedes fabricar en casa con cereales y algún aceite de sabor desagradable, pero cuidado con envenenamientos de forma accidental. Hacerles daño nunca es una opción.

Remedios caseros

Existen algunos métodos más tradicionales que pueden ser útiles a pequeña escala, como en el caso de jardines o zonas urbanas. Te lo presentamos en las siguientes listas:

• Si tus cubo de basura está en el exterior, que sea hermético y siempre esté cerrado. Así no atraerás a los jabalís con los olores de comida.
• Cuelga bolsas y plásticos que se agiten con el viento: es un sonido desagradable para ellos.
• Mantén a tus animales de compañía dentro de casa por la noche, que es cuando suelen acercarse los jabalíes a emplazamientos humanos.
• Pon grabaciones y otros sonidos en los lugares de acceso de los jabalíes.

Vallas y cercados

Las barreras físicas son la opción más efectiva a largo plazo y puedes usarlas para que los jabalíes tampoco accedan a carreteras, previniendo accidentes. Un buen cercado, resistente al clima y de la forma adecuada, puede prevenir el paso de estos mamíferos e incluso otros animales que pudieran causar problemas, como conejos o depredadores.

Si aun así ves a los jabalíes rondar por la zona, puedes añadir alguno de los métodos disuasorios mencionado anteriormente.

Nunca acudas a la violencia

Aunque estos mamíferos pueden ser realmente destructivos en fincas y cultivos, desde aquí siempre se hace un llamamiento al respeto y las técnicas disuasorias que no suponen perjuicio para el animal. Los jabalíes temen a los humanos y solo bajan a sus terrenos cuando encuentran algo mejor que en su área natural y la convivencia pacífica es posible.

Cazar un animal sin licencia no solo es algo poco ético sino ilegal. Aunque sea por el miedo a una denuncia y la reprimenda monetaria que esta conlleva, nunca optes por la violencia a la hora de ahuyentar a un ser vivo. En muchos ecosistemas, los verdaderos intrusos somos los seres humanos.