Una guerra entre animales que duró cuatro años

En este conflicto bélico pudieron apreciarse comportamientos similares a los de la maldad humana: matar a otros congéneres para conquistar un territorio y auparse en el poder
Una guerra entre animales que duró cuatro años
Eugenio Fernández Suárez

Escrito y verificado por el veterinario Eugenio Fernández Suárez.

Última actualización: 03 abril, 2018

Aunque parezca ciencia ficción, una guerra entre animales es posible y se dan continuamente. Algunas especies que forman grupos y defienden territorios han tenido batallas a lo largo de los años; una de las que más registros existen es una guerra entre animales que duró cuatro años.

Chimpancés: capaces de lo peor y lo mejor

Los protagonistas de esta guerra entre animales son los chimpancés, tal vez uno de los primates más conocidos, dado su uso en la industria del cine, en la experimentación animal o por su presencia en circos y hogares.

La célebre primatóloga Jane Goodall lleva observando a esta especie durante más de cuatro décadas, en las que ha visto que los chimpancés son capaces de usar herramientas, llorar la muerte de seres queridos o entender conceptos como la justicia.

Pero también descubrió que los chimpancés podían igualar los peores crímenes que realizaba el ser humano: infanticidios y asesinatos para llegar al poder también podían ser ejecutados por estos simios. Dentro de sus comportamientos más desconocidos destaca la guerra entre animales.

Seguramente, los comportamientos de los chimpancés te recuerden a otra especie: el ser humano también es capaz de altas dosis de altruismo, pero también de una gran crueldad.

Preámbulo de una guerra entre animales

Fue en enero de 1974 cuando estalló este conflicto bélico entre primates que duraría cuatro años, y que la propia Jane Goodall bautizó como la guerra de Gombe en algunos de sus libros, en referencia al parque nacional de Tanzania en el que estudió a estos primates.

Pelea de animales salvajes a muerte

Tras más de una década de estudio, Jane comenzó a observar como la comunidad de chimpancés que llevaba estudiando 10 años comenzaba a dividirse; por aquel entonces reinaba Mike, un macho alfa de chimpancé. En el ocaso del reinado de Mike el chimpancé algo comenzó a cambiar, y de los 14 machos adultos, seis comenzaron a pasar tiempo alejados del grupo.

Este nuevo grupo comenzó a ocupar un territorio al sur del resto del clan, y entre sus miembros destacaban dos jóvenes machos conocidos como Hugh y Charlie. Los machos de ambos grupos comenzaron a evitarse y a patrullar sus nuevos territorios divididos, un anticipo de lo que sería una guerra entre animales.

El comienzo de la guerra entre animales

Pasaron dos años y la propia Jane pasó a documentar cómo un grupo se había escindido en dos comunidades, pero desconocía lo que estaba a punto de suceder. Los encuentros entre ambos grupos comenzaban a volverse tensos: vocalizaciones y los llamados displays, una forma de liberar tensión sin llegar a la pelea.

Es entonces cuando la batalla estalló y volvemos a una tarde de 1974, en la que una patrulla de primates del grupo del sur decidió ir de ruta y se encontró con Godi, un macho del grupo del norte. Con sigilo, los miembros del grupo del sur llegaron hasta Godi y le inmovilizaron entre varios; ya sin posibilidad de defenderse le pegaron una paliza que duraría 10 minutos.

 Tras dejarle prácticamente inmóvil debido a sus graves heridas, y a pesar de que no suponía ninguna amenaza, uno de los machos apodado Rodolf cogió una gran piedra y acabó con la vida de Godi de un golpe final.

El desenlace de la guerra entre animales

Este primer asesinato daría pie a una auténtica guerra civil que duraría cuatro años. Poco a poco, la comunidad de chimpancés del sur, apodada Kasakela, iría matando uno a uno a los machos de la comunidad norteña o Kahama; incluso secuestrarían a tres hembras de los Kahama.

Esta auténtica guerra entre animales acabaría con todos los miembros de la comunidad de Kahama, lo que haría que los machos de Kasakela tomasen el antiguo territorio de este clan de chimpancés.

S in lugar a dudas, estamos antes un ejemplo de que estos primates no solo se parecen al ser humano en su capacidad para hacer el bien. También se parecen a la hora de asesinar a otros miembros de su especie por llegar al poder.

Junto a otros comportamientos de esta especie descritos por Goodall, como el canibalismo, la caza o el uso de herramientas, lo cierto es que la guerra entre animales que aconteció en Gombe supone un hecho histórico en el estudio del comportamiento de los animales.


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