Los hurones se han incorporado recientemente a nuestras casas como mascotas y destacan por ser pequeños mamíferos muy sociables y divertidos. Aunque sus cuidados parecen sencillos, para los tutores principiantes podrían representar un reto. Por ello, comprender el comportamiento del hurón es una buena forma para adaptarse a sus necesidades y comprender las distintas señales de alerta.
El hurón es un animal único que no se parece en nada ni a los perros ni a los gatos. De hecho, su conducta es uno de sus principales atractivos, pero podría causar confusiones en algunos casos. Si estás pensando en incorporar uno a tu familia, te lo contamos todo sobre el comportamiento del hurón para que empieces a conocerlos.
El comportamiento del hurón
Aunque actualmente muchos hurones son animales de compañía, en muchos lugares todavía trabajan en la caza: su especialidad son los conejos, ya que su cuerpo les permite encontrar las madrigueras con facilidad.
Por eso, no debemos olvidar que, aunque sean sociables y cariñosos, hace muy pocas generaciones eran animales de caza. Los hurones tienen muchos instintos relacionados con su vida de trabajo o vida salvaje, a pesar de que ahora vivan dentro de las casas. Esto significa que su conducta en cautiverio no siempre será la más adecuada.
Muchas de las características del comportamiento del hurón están muy relacionadas con esta vida pasada: si dejamos que cumpla con las necesidades que le dicta el instinto, aunque sea un animal casero, será mucho más feliz y tendrá menos problemas de comportamiento.
Las necesidades etológicas de los hurones
Los hurones son animales muy activos y enérgicos, a pesar de ser tan pequeños. Por eso, el primer paso para tener un hurón feliz es dejarle hacer ejercicio físico, tanto dentro de su jaula como suelto en casa. La jaula ideal para un hurón es alta, con varios pisos y mucho espacio por el que poder moverse.
Sin embargo, los hurones descargan mucha de su energía mediante el juego. Si tienen compañeros de su misma especie en la misma casa, jugarán entre ellos; si no, nos pedirá a los humanos que participemos en los juegos que les apetezcan.
De todas maneras, necesita juguetes para mantenerse entretenido. Pelotas, cuerdas colgando en su jaula, puzzles de los que conseguir premios y túneles largos que recorrer son algunos de los juguetes que suelen disfrutar más.
Por contraste a su gran actividad, los hurones necesitan dormir muchas horas. Algunos duermen tan profundo que parece que se han muerto: procúrale sitios recogidos y tranquilos en su jaula para que pueda descansar sin molestias y así despertar con toda la energía recargada.
Otra de las características del carácter de los hurones es su tremenda curiosidad: los hurones tienen que conocerlo todo y explorarlo todo. Intentará meter la cabeza en todas las bolsas que traigas a casa, y explorará hasta el último rincón de la casa. Asegúrate de que tu casa es segura y no puede hacerse daño durante sus aventuras.
Las travesuras de los hurones
A pesar de que varias personas lo relaciona con el mal comportamiento del hurón, hacer travesuras es parte de su naturaleza. Los hurones necesitan comer muchas veces al día repartido en pequeñas raciones: por eso, cuando su plato está lleno, lo primero que hacen es esconder parte de la comida en otros puntos de la casa para asegurarse de que tienen comida a lo largo del día.
Pero no solo roban comida: tienen preferencia por los objetos metálicos y brillantes, así como por la goma. Si te faltan cosas en casa, como bolígrafos, gomas de borrar o las llaves, es probable que tu hurón las haya guardado en alguno de sus escondites. No lo hace con maldad: es otro de sus instintos.
Los juegos entre hurones a veces se pueden volver un poco bruscos: juegan habitualmente a morderse. Si bien entre ellos no se hacen daño, cuando lo hacen con nuestras manos o pies sí pueden molestarnos. Esto no quiere decir que el hurón sea agresivo o quiera hacernos daño: solo es parte de un juego.
Comportamientos curiosos de los hurones
La conducta de los hurones es el atractivo visual más fuerte que poseen, pues exhiben ciertos comportamientos que pueden asombrar y causar ternura en sus tutores. Algunos de los más famosos se listan a continuación:
- Ferret dead sleep (sueño profundo): es un sueño tan profundo que parece como si estuviera muerto.
- Voltear sus recipientes de agua o comida: la conducta curiosa y juguetona propia de este animal los hace volcar los contenedores para distraerse.
- Muerde pies: cuando se encuentra aburrido y quiere jugar, los hurones tienden a llamar la atención por medio de las mordidas a los pies.
- Siseos o jadeos: al mismo estilo que un perro, los hurones hacen un pequeño ruido o vocalización cuando se encuentran jugando o excitados.
- Deslizar un objeto: las patas de estas mascotas son bastante cortas, por lo que no pueden manejar bien algunos objetos. En consecuencia, tienden a rodar o deslizar hacia atrás varias cosas sobre el suelo. También usan esta conducta para entretenerse.
- Movimiento de la cola: se asemeja mucho a la conducta de los perros, pero no es tan frecuente observarlo.
- Marcaje: durante esta conducta restriegan su cuerpo en objetos o en el suelo que aún no contenga su esencia. Para ello, se enciman sobre las cosas o se arrastran con tal de dejar su olor.
- Lamidos: al igual que sucede con los gatos, ciertos hurones tienden a lamer las orejas de sus compañeros para sentirse reconfortados.
- Cacareo: este tipo de vocalizaciones las utilizan en diferentes contextos sociales. Se diferencian del siseo porque tienden a ser más estridentes y agudos, por lo que a veces se parecen demasiado al cacareo de un gallo.
- Danzas: el hurón puede hacer ligeras danzas con las que demuestra su sentir. Estas van desde varios pequeños saltos seguidos que demuestran gran felicidad, hasta movimientos súbitos y a toda velocidad.
- Buceos: algunos ejemplares tienden a sumergir su cabeza en su bebedero como si se encontraran en un río. Esto parece ser un recuerdo de su conducta cazadora.
La educación de los hurones
Como cualquier animal, podemos educar a un hurón para que se comporte mejor. Esto debemos hacerlo teniendo siempre en cuenta sus limitaciones y sus instintos: es muy probable que jamás consigamos que deje de robarnos las llaves y las monedas.
Los hurones son animales que se asustan con facilidad y, cuando esto ocurre, les resulta imposible aprender. Por eso, una educación basada en los castigos o las correcciones será inútil con ellos: por el contrario, enseñarle a comportarse o a hacer trucos mediante el refuerzo positivo tendrá resultados muy rápido.
Recompensa a tu hurón cuando haga algo bien: cuando juegue sin hacer daño, cuando curiosee sin romper o cuando decida no robarte las llaves de casa. Esta recompensa puede ser una chuchería apta para hurones o incluso una alabanza.
Ignora el mal comportamiento del hurón: interrumpe el juego si te está haciendo daño y retira los juguetes que está destrozando o usando mal. Los hurones son animales inteligentes y oportunistas, y pronto descubrirá que le conviene comportarse bien para recibir una recompensa.
Los hurones son divertidos y activos. Si quieres añadir un hurón a tu familia, ten en cuenta que tendrás que jugar mucho con él para que sea feliz, y que durante el anochecer y el atardecer llegará su pico de actividad y será un poco ruidoso. Por el resto, podrás disfrutar de un divertido y cariñoso mamífero casero.
Bibliografía
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