Diferencias entre liebres y conejos

Pese a sus grandes similitudes, lo cierto es que estos mamíferos difieren no solo en cuestiones relativas a su morfología, sino también en cuanto al comportamiento y al carácter, y es que una de las dos es más domesticable que la otra
Diferencias entre liebres y conejos

Escrito por Yamila

Última actualización: 15 marzo, 2018

Quizás te parezca que son iguales, pero existen varias diferencias entre liebres y conejos. ¿Te gustaría saber cuáles son? En este artículo te contamos las características propias de cada especie y en qué aspectos distan.

Características de las liebres y conejos

Con más de 30 especies en todo el mundo, las liebres son unos mamíferos de la familia Leporidae que se caracterizan por: largas orejas, velocidad al correr y capacidad para reproducirse continuamente. Además, las crías pueden alimentarse por sí mismas desde que nacen.

En el caso de los conejos, también pertenecen a la misma familia, su cuerpo está cubierto de pelaje lanudo y espeso, cuentan con dientes incisivos que crecen sin cesar –deben gastarlos comiendo alimentos sólidos– y suelen vivir en parejas o solos dentro de las conocidas y complejas madrigueras.

Diferencias entre liebres y conejos

Hechas las presentaciones pertinentes, a continuación se exponen cuáles son las diferencias entre liebres y conejos más destacadas:

1. Tamaño

Para empezar, las liebres son más grandes que los conejos, y eso también incluye a las orejas y las patas, que son más largas. En las primeras, las extremidades les permiten correr grandes distancias en poco tiempo, y en los segundos sus patas traseras son usadas para dar ‘golpes’ en el suelo si están enfadados o se quieren defender.

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2. Mecanismo de defensa

Las liebres y conejos son devorados por casi los mismos depredadores (mayormente carnívoros y aves rapaces) pero su accionar frente al peligro es completamente diferente. Las liebres huyen a mucha velocidad aprovechando sus largas patas, con el fin de cansar a su adversario.

En cuanto a los conejos, tienen dos métodos de sortear el peligro: pueden cavar rápidamente un agujero en la tierra y esconderse, o bien quedarse estáticos para pasar desapercibidos.

3. Gestación y cría

El ‘embarazo’ de las liebres es más extenso que el de los conejos: 42 contra 30 días. Las crías de las primeras –llamadas lebratos– están desarrolladas completamente al nacer, ya que tienen pelo y los ojos abiertos. Todo lo contrario a lo que sucede con los ‘gazapos’, que apenas salen del vientre de su madre no pueden caminar ni regular la temperatura.

4. Hogar

Si bien ambas especies habitan en madrigueras, lo cierto es que los conejos tienen mayores dotes de ingenieros, constructores y arquitectos. Cavan galerías subterráneas dignas de admirar, donde tienen a sus crías, se resguardan de los peligros y duermen durante el día.

En cambio, las liebres parece que son más ‘perezosas’, ya que solo hacen montículos pequeños de tierra donde las hembras paren a sus crías o descansan.

5. Sociabilidad

Mientras que las liebres son animales bastante solitarios que solo se ‘juntan’ cuando es época de aparearse o durante los primeros días en que la hembra da a luz, los conejos suelen vivir en grupos o colonias con mayor o menor cantidad de individuos según la abundancia de alimento. En estas manadas hay un macho dominante, que debe pelear para alcanzar esta distinción.

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6. Capacidad de ser mascota

Los conejos se suelen elegir como mascota en muchas casas, debido a su comportamiento tranquilo, su pequeño tamaño, su ternura y docilidad. Si bien las liebres podrían domesticarse, lo cierto es que sus instintos salvajes son mucho más fuertes.

Además, es más difícil conseguir una liebre en una tienda de mascotas que un conejo. Por otra parte, para tener a la primera en casa debemos contar con un amplio terreno que le permita correr a sus anchas. En cambio, si elegimos un conejo hay especies enanas que se adaptan mejor a los terrarios o jaulas.

Por último, debemos tener en cuenta que no hay diferencias entre liebres y conejos en relación al pelaje o a la alimentación, ya que ambas especies pueden presentar ejemplares de colores diversos y alimentarse de frutas, verduras, hojas y plantas.


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