El sentido de la vista de muchos animales ha evolucionado a lo largo de millones de años hasta crear sofisticadas maneras de experimentar el mundo que los rodea. Desde luego, la capacidad visual de un águila y un pez tienen poco o nada que ver entre ellos.
Paulatinamente, a través del estudio de la fisiología animal, los humanos hemos develado sus portentosas cualidades, lo cual constata una especialización superior a aquella de la visión humana. Si quieres saber todo sobre el sentido de la vista en el mundo animal, continúa leyendo.
Algunos animales han extendido el sentido de la vista hacia el ultravioleta y el infrarrojo
Es interesante conocer que, mientras los humanos tenemos tres fotorreceptores, otros seres vivos presentan hasta una docena de ellos. Este es el caso del camarón mantis, que tiene 12 tipos de receptores de color y probablemente ve más tonalidades que cualquier otro animal en el planeta.
El camarón mantis es el monarca del reino de la visión: además de ver los colores en el rango visible, puede ver en luz ultravioleta, infrarroja e incluso polarizada. Esto debe ser muy ventajoso en el arrecife de coral donde habita.
Por si fuera poco, cada uno de sus dos ojos está en tallos separados y pueden moverse independientemente el uno del otro. Esto significa que estos invertebrados son capaces de estar atentos a la presencia de sus presas en dos direcciones diferentes a la vez.
Cambiando de orden y de especie, es sorprendente conocer que los renos tienen un rango visual que incluye la percepción del ultravioleta. Gracias a ello, estos mamíferos ven en alto contraste a su alimento predilecto, el liquen, pues la planta absorbe la luz UV mientras que la nieve circundante la refleja fuertemente.
La vista con percepción ultravioleta en insectos y arañas
Las abejas y las mariposas pueden procesar la luz ultravioleta. Esta capacidad es importante, pues muchos tipos de flores tienen patrones ultravioleta en sus pétalos. Así, estos tonos funcionan como una franja de pista para un avión, lo que permite que las abejas y las mariposas se concentren en el néctar que quieren comer.
Adicionalmente, la araña saltadora Phintella vittata puede detectar luz UVB. Recientemente, se ha detectado que los machos poseen parches reflectantes de luz UVB y que, a mayor brillo, más posibilidades tiene el macho de ser elegido por las hembras.
El super sentido de las víboras: la percepción de infrarrojo
Ciertas especies de serpientes pueden ver en la oscuridad al convertir el calor que despiden los cuerpos en una imagen codificada. Así, las áreas más frías se perciben oscuras y las más calientes en blanco.
Los agujeros debajo de los ojos son los órganos que realizan la visión infrarroja y se les llama órganos de pozo. Allí se albergan receptores que pueden detectar el calor emitido hasta a un metro de distancia.
Los científicos han determinado que el cerebro de la serpiente mapea el calor detectado para crear una imagen multidimensional compilada con la visión normal, que le permite localizar presas en todos los niveles de luz.
El sentido de la vista altamente especializado usa la luz polarizada por la atmósfera
Es pertinente acotar que la luz es una radiación electromagnética que emite el sol, una llama o fuentes artificiales. Comúnmente, las ondas de esta radiación se propagan oscilando al azar en todas direcciones. Sin embargo, cuando una porción de la radiación se restringe a oscilar en un solo plano, se dice que la luz está polarizada.
Así, la luz reflejada sobre materiales brillantes transparentes es parcial o totalmente polarizada, excepto cuando esta incide en dirección normal —perpendicular— a la superficie reflectante.
Por ejemplo, la polarización por dispersión puede observarse cuando la luz pasa por la atmósfera de la Tierra o por el agua en el océano. También, la dispersión de la luz produce el resplandor y el color cuando el cielo está despejado.
Por tal razón, el hombre usa algunos materiales que exhiben actividad óptica para fabricar filtros polarizantes, pues pueden cambiar la polarización de la luz. Mientras el ojo humano es débilmente sensible a la polarización, muchos animales como insectos, pulpos, calamares, sepias y mantis pueden percibirla.
Este es el caso de las abejas, que pueden transmitir instrucciones con su danza usando la luz polarizada como punto de referencia para mapear alimentos potenciales. Resulta tremendamente interesante conocer que, además de percibir la polarización, la sepia puede polarizar de manera cambiante la luz que se refleja sobre ella.
Visión nocturna
Muchos animales de hábitos nocturnos tienen mejor visión con poca luz. Esto se debe a que han desarrollado diversos modos de adaptación. Así, es posible que hayas notado que los ojos de los animales nocturnos brillan en la oscuridad, pero esto no es un truco de la luz. En realidad, es una de sus adaptaciones secretas para la visión nocturna.
Se trata de una estructura llamada tapetum lucidum, ubicada en la parte posterior del ojo que refleja la luz. El tapetum actúa como un amplificador de luz que permite a las células fotosensibles en la retina dos oportunidades de atrapar la mayor cantidad posible de partículas de luz.
Otras adaptaciones
Por otro lado, cuanto más grande es un ojo, más superficie y mayor cantidad de luz podrá captar, lo cual es fundamental en el ambiente nocturno donde la iluminación escasea, de ahí la utilidad de unos ojos grandes.
Por último, el cerebro de algunos animales nocturnos ha aprendido a procesar las imágenes de manera diferente. De hecho, pueden percibir una imagen más brillante por estos dos mecanismos:
- El animal combina o suma las señales de luz activadas por varios receptores de luz vecinos
- Además de esto, el ser vivo también las acumula: suma varias señales que llegan durante muchos milisegundos.
Como hemos podido ver en estas líneas, el sentido de la vista es esencial para la supervivencia de muchos seres vivos. En la naturaleza solo el más apto sobrevive y, por ello, nos encontramos mecanismos sensoriales tan sofisticados en el reino animal.
Bibliografía
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