El nombre impala se refiere a la especie Aepyceros melampus, un mamífero de la familia de los antilopinos. Se trata de un antílope de tamaño mediano, que hasta hace algún tiempo se asociaba a las gacelas; por esta razón, el nombre no es muy conocido. En la actualidad, nuevos conocimientos permiten clasificar al impala en la familia de los antílopes africanos.
Características físicas del impala
Un impala tiene una altura de entre 85 y 100 centímetros y puede pesar entre 40 y 80 kilos. Su cabeza y cuello son de un tono amarillo claro, mientras que la parte posterior del cuerpo es de color pardo rojizo y el vientre blanco. Tiene una línea negra en las patas traseras, que también suelen ser blancas. Es un animal muy gracioso y delicado, de ojos grandes y orejas delgadas.
Los machos tienen cuernos muy grandes y anillados, en forma de lira. Estos pueden llegar a medir hasta 90 centímetros; las hembras no poseen cuernos. Tienen patas muy largas y finas, que les permiten dar increíbles saltos; sus movimientos son muy elegantes.
El impala vive aproximadamente 15 años. Su hábitat natural es la sabana, principalmente de África oriental y Sudáfrica, y suelen establecerse en los bordes de los bosques cercanos a los ríos.
Modo de vida del impala
Se trata de un mamífero gregario, que vive en grupos de aproximadamente 30 a 40 individuos. La mayoría de los ejemplares que pueden encontrarse en estos grupos son hembras con sus crías. En cada grupo hay tres o cuatro machos jóvenes y un macho dominante, que es quien guía la manada.
Los demás machos adultos forman otro rebaño. Para reconocerse entre sí y establecer un vínculo se frotan las cabezas unos contra otros; dejan impregnado su olor. Los miembros de un mismo grupo social se asean mutuamente con la lengua, para eliminar así los ectoparásitos.
El impala tiene una vista y un oído excepcionales. No se le escapa nada y está alerta al mínimo ruido. Cuando el macho dominante identifica una situación de peligro, golpea el suelo con una pata; todo el rebaño levanta entonces la cabeza y huye rápidamente.
De todo el reino animal, el impala es el animal que menos duerme. Su ciclo de sueño es de apenas tres horas y tiene una especie de alarma que le dice cuándo debe levantarse.
Alimentación
Los impalas necesitan beber mucha agua. Lo habitual es que nunca se alejan mucho de los lugares donde puedan encontrarla. Su alimentación se compone básicamente de hojas, hierbas, frutas, flores y semillas. Seleccionan cuidadosamente su alimento, y es que retiran los tallos de las hojas.
En temporadas de hambruna, las manadas suelen seguir a otros animales más grandes como los elefantes, para recuperar los restos de frutas y hojas que dejan.
Un animal siempre en alerta
El impala debe vivir en permanente alerta, ya que es una presa muy apetecida por cualquier depredador de gran tamaño en la región. Leopardos, guepardos, leones, hienas y cocodrilos están en la lista de los principales depredadores del impala. Las crías también son apetecidas por babuinos, águilas y chacales.
Ante cualquier señal de alerta, un impala utiliza diversas señales visuales, acústicas y olfativas. Las más conocidas son las señales visuales: levantan la cola mientras dan una serie de saltos. El color blanco de la parte inferior de la cola se ve a lo lejos; por ello, pueden alertar del peligro a otros impalas que están en los alrededores.
También advierten a sus compañeros sobre la presencia de un depredador a través de resoplidos que retumban por la sabana. Otra forma de comunicar el peligro es mediante la liberación de feromonas que sueltan las glándulas de sus patas al saltar; el olor se expande alertando del peligro a los demás impalas y a otros animales.
Reproducción
La época de apareamiento ocurre entre abril y mayo; en ella, los machos protagonizan furiosos combates para ganarse a las hembras. A pesar de lo que puede parecer, estas luchas no suelen provocarles heridas.
El período de gestación es de aproximadamente 170 días. En la temporada de partos es común que las hembras formen grupos pequeños para cuidar a sus crías. Estos grupos se denominan manadas guardería; en ellos, algunas hembras cuidan a todas las crías mientras las demás pastan.