Aunque no lo creas, los peces pulmonados existen y como su nombre indica… ¡Tienen pulmones! Si bien no son como los de las personas, difieren entre los demás de su familia marina y merece la pena aprender sobre ellos. Te brindamos más información en este artículo.
¿Qué saber sobre los peces pulmonados?
Entre los peces sarcopterigios –con aletas carnosas– podemos encontrar una subclase conocida popularmente como pulmonados, aunque su nombre científico sea dipnoos. Como principal característica podemos indicar que poseen pulmones funcionales, que derivan de la faringe.
Además, cuentan con orificios nasales abiertos al exterior que, si bien podemos pensar que les permiten respirar aire, lo cierto es que les sirven como sensores olfativos. ¿Cómo hacen para captar el oxígeno los peces pulmonados? A través de la boca. Luego lo tragan como los anfibios. De esta manera llegan a los pulmones.
Otro dato curioso es que las larvas de estas especies cuentan con branquias externas temporales y, gracias al proceso de metamorfosis, le desaparecen para dar lugar a los pulmones que usarán en la adultez.
Su coloración es variable (del azul intenso al marrón), tienen el cuerpo alargado como el de las anguilas, y recubierto de escamas con una cola simétrica y puntiaguda. En algunos casos pueden medir 1,5 metros de largo.
Los peces pulmonados habitan en aguas dulces entre los 150 y los 300 metros de profundidad, y se alimentan de otros peces.
En cuanto a su reproducción, es ovovivípara; las hembras fecundan sus huevos en el vientre antes de expulsarlos. El apareamiento se lleva a cabo en primavera o verano: el macho cava un nido en el fango y se encarga de cuidar a las crías previamente depositadas en el ‘nido’ por su pareja estacional. El padre también tiene la tarea de proteger a las larvas.
Géneros de los peces pulmonados
Se cree que este grupo de peces –conocidos como fósiles vivientes– eran los que dominaban la tierra en la antigüedad, y que luego algunos han evolucionado para contar con branquias y poder respirar bajo el agua. Han llegado a esta conclusión analizando sus aletas lobuladas, las cuales son el ‘eslabón perdido’ en la transformación de las especies marinas.
Los peces pulmonados están divididos en tres géneros: Protopterus (de África), Lepidosiren (de Sudamérica) y Neoceratodus (de Australia). El primero reúne cuatro especies y los otros dos solo una cada uno.
Los Protopterus son muy similares entre sí, a excepción del tamaño y el color del cuerpo. Nadan como las anguilas –con movimientos oscilantes– y sus ojos son azulados y pequeños. Las escamas son de pequeño tamaño y cubren todo el torso, el vientre y las aletas.
Tienen un pulmón único formado por paredes muy delgadas y numerosos vasos sanguíneos para que la sangre pueda fluir más rápido. Además, su corazón se ha adaptado para no necesitar tanto oxígeno.
Los Lepidorisen son los únicos sobrevivientes de Sudamérica y se los conoce como ‘peces de barro’ debido a que pasan bastante tiempo en el fango. Cuando son jóvenes presentan cuerpos dorados con vientre oscuro y, al crecer, se vuelven color café o gris. Pueden medir 125 centímetros, tienen escamas pequeñas y sus pulmones les crecen a partir de la séptima semana de vida; anterior a ello presentan branquias.
Finalmente, los Neoceratodus son endémicos de las aguas dulces australianas, tienen un solo pulmón y grandes escamas que los cubren por completo. Los ejemplares fósiles más antiguos que se han encontrado de esta especie tienen 135 millones de años.
Son los que tienen las branquias más desarrolladas de toda la familia y utilizan los pulmones en el caso de que la calidad del agua sea mala o hayan pasado mucho tiempo sumergidos.