Las ardillas son mamíferos muy activos, simpáticos y ágiles. Estos pequeños animales suelen ser de color café, alcanzan unos 45 centímetros y destacan por poseer una enorme y hermosa cola, que utilizan para mantener la estabilidad y el equilibrio.
La ardilla tiene un aspecto tierno y entrañable, y tiene la costumbre de vivir en bosques espesos, lugares donde pueden correr y utilizar toda su destreza física. En cuanto a su zona geográfica, estos animales pueden encontrarse en los cinco continentes.
Características de la ardilla como mascota
Las ardillas son animales bastante revoltosos e hiperactivos, por lo que es imprescindible conocer algunas de sus características antes de adoptar una:
- Una vez acostumbradas al ser humano, ya no van a saber desenvolverse bien con otras ardillas ni vivir en su hábitat. Si nos decidimos por adoptar una, hay que saber que no se puede abandonar.
- Tienen el hábito de morder a las personas si es que las molestan mucho o se sienten en peligro. Por esta razón, no es aconsejable que estén en hogares con niños pequeños o personas de la tercera edad.
- Son especialmente ruidosas. Emiten chillidos y sonidos durante todo el día para expresar sus estados de ánimo. Para convivir con ellas se debe ser muy tolerante al ruido, pues podrían poner nerviosas a algunas personas.
- Tienen un comportamiento incontrolable; no hay que olvidar que se trata de animales salvajes.
- No pueden estar solas, por lo que necesitan bastante tiempo y atención. Siempre hay que estar pendientes de ellas para jugar o pasar el rato.
- Necesitan mucha libertad; como son curiosas y activas por naturaleza, requieren de espacio para correr, encaramarse y explorar. Van a ser más felices si se les deja corretear por la casa.
- Las ardillas a veces marcan territorio; al andar suelta por casa, la pequeña mascota orinará en sillones, alfombras y muchos otros elementos caseros.
- Sus hábitos son diurnos. Se ejercitan y activan por el día, y duermen durante la noche.
Consejos para tener una ardilla como mascota
- Como hemos visto, para tener una ardilla como mascota tenemos que estar seguros de que recibirá los cuidados necesarios.
- Es preferible comprarlas directamente a un criador o profesional autorizado del sector, para asegurarnos de que esté nen buenas condiciones. Por ejemplo, no se recomienda comprarlas vía online.
- No hay que intentar domesticar a una ardilla salvaje, pues pueden transmitir una gran cantidad de enfermedades. Además, es difícil que se acostumbre a una vida doméstica y podría morir de estrés.
- Se recomienda su adopción después de los dos meses desde su nacimiento, pues a esa edad ya puede separarse de su madre.
- Es importante mantenerla cerca de gente, pues son muy sociables y necesitan de este estímulo en el ambiente.
- Eliminar o mantener alejados los productos tóxicos que pudieran haber en casa, pues estos animales podrían roerlos o comerlos por curiosidad.
¿Qué necesitan las ardillas para vivir en casa?
Una jaula adecuada
Estos roedores, además de un gran espacio de exploración y juegos, necesitan un lugar tranquilo en casa para descansar. Es ideal poner su jaula en un lugar donde no llegue la luz de forma directa.
También es importante que la jaula sea amplia, para que puedan realizar el ejercicio diario que necesitan, incluso donde puedan trepar. Se aconseja poner dentro de su jaula ramas naturales con las que pueda afilar sus uñas y utilizar sus dientes.
A estas pequeñas mascotas también les gustará tener un nido donde dormir; puede construirse a base de una caja de cartón y ponerle telas, paja y algodón adentro.
Lo importante es que su espacio sea tranquilo y cómodo, que les permita acurrucarse y sentirse protegidas al dormir. Hay que destacar que no se puede obligar a las ardillas a meterse en su jaula, sino que ellas mismas deciden cuándo desean entrar.
Una alimentación adaptada a sus necesidades
Las ardillas normalmente se alimentan de frutas, semillas, bellotas, nueces, flores y también algunos insectos. Por todo ello, en casa hay que ofrecerles una amplia gama de frutas y verduras.
Las ardillas comen de dos a cinco veces por día y, para un equilibrio en su dieta, lo recomendable es consultar a un veterinario. Finalmente, se aconseja poner una botella de agua en su jaula, al igual que se hace con otros roedores, como los conejos domésticos.