Pez piedra, el habitante casi invisible del arrecife

Considerado el pez más venenoso y mortal del mundo, el pez piedra es un artista del camuflaje; sus picaduras las sufren, por lo general, nadadores desprevenidos que se adentran en el hábitat del animal
Pez piedra, el habitante casi invisible del arrecife

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 17 diciembre, 2018

Aunque lo parezca, no es una piedra. Es una criatura viva que adopta la forma de una roca y puede herir más allá de las expectativas de cualquier persona. Se trata del pez piedra, una especie mortalmente venenosa que se camufla como una roca grisácea o marrón.

Las personas, cuando nadan en mar abierto, a menudo lo confunden con un guijarro y lo pisan, lo que lleva a situaciones que ponen en peligro la vida. Pisar un animal de esta especie es un asunto peligroso, ya que la presión ejercida sobre este hace que despliegue sus espinas y liberen un veneno muy poderoso.

La toxina causa un dolor y parálisis tan insoportables que, si la persona no es atendida a tiempo, pueden provocar la muerte del individuo. Este espécimen no es agresivo y no ataca a menos que sea provocado, y es que su mecanismo de defensa se activa si es pisado accidentalmente.

Apariencia física

Fiel a su nombre, el pez piedra se parece a una roca costrosa o a un pedazo de escombro en el fondo del mar. Pero si lo observas detenidamente, puedes hallar en él algunas características interesantes.

La mayoría de los peces piedra son de color marrón o gris con manchas amarillas, anaranjadas o rojas en su cuerpo. El pez piedra estuarino es generalmente de color marrón o marrón rojizo. Los crecimientos anaranjados, como esponjas que se encuentran en algunos de estos animales, pueden hacer que luzca como un pedazo de escombro en el arrecife de coral.

Pez piedra: picadura

Por lo general, su tamaño alcanza los 35 centímetros de longitud, aunque existen registros de individuos con tamaño de 50 centímetros. Este animal puede llegar a pesar unos 2,5 kilos.

Sus ojos son enormes, como insectos, y la colocación de los mismos puede ayudar a distinguir entre la especie del arrecife y la de estuario. Los ojos de este último son más elevados y están separados por una cresta, y los del pez piedra del arrecife están separados por una profunda depresión.

Una de las características más importantes de esta especie marina es su aleta dorsal modificada en forma de aguja, en cuya base se encuentran las glándulas venenosas sensibles a la presión. Posee 13 espinas afiladas en la aleta dorsal y, cada vez que se siente amenazado, las levanta para defenderse.

Junto con las 13 espinas de la aleta dorsal, posee dos espinas pélvicas y tres anales, pero permanecen enterradas dentro de la piel. Este pez no tiene escamas; su piel incrustada es lo que le da aspecto de roca áspera.

Hábitat y reproducción

El pez piedra se encuentra en las regiones costeras de los océanos Índico y Pacífico, y en las aguas del norte de Australia. Su hábitat principal son los arrecifes de coral. Sin embargo, también se pueden encontrar cerca y debajo de salientes rocosos, barro o arena, en las entradas de mareas.

Aunque los peces piedra en gran parte son marinos, algunos de ellos también pueden vivir en ríos. Tanto el pez piedra del arrecife como el del estuario exhiben el mismo patrón de reproducción. La hembra lleva dentro de sí los huevos no fertilizados, que se liberan en el fondo del mar o en una plataforma de roca.

Pez piedra: dónde vive

Cuando el pez macho llega a esa zona, rocía su esperma sobre los huevos. Al ser fertilizados, los huevos eclosionan en tres días. Los recién nacidos suelen ser presas fáciles de otros peces, por lo que sobreviven solo unos pocos de estos y llegan a la etapa adulta.

Otros datos interesantes

Los peces piedra se alimentan principalmente de peces pequeños y camarones. Esta especie es un cazador paciente capaz de esperar durante horas hasta que una presa se encuentre dentro de su alcance y la sorprenda.

Algunas veces se entierra en la arena de tal manera que solo la parte superior de la cabeza y las espinas permanecen expuestas. Si la presa se ubica detrás de su cabeza, este levanta sus espinas dorsales para asustarle y llevarla hasta la zona de ataque.

Las glándulas de veneno ubicadas en la base de estas espinas contienen neurotoxinas. La picadura puede producir dolor e hinchazón severos. Eventualmente, pueden causar la muerte del tejido y parálisis, dependiendo de la profundidad de la penetración y el número de espinas penetradas.

Después de descargar el veneno, las glándulas necesitan algunas semanas para volver a llenarse. La cantidad de veneno descargado es proporcional al grado de presión que se les aplica.


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