Los parásitos son organismos que desarrollan una relación de dependencia vital con un individuo hospedador, y son bastante comunes, por lo que es conveniente conocer aquellos que afectan a nuestras mascotas. En este artículo hablaremos de los cinco parásitos más comunes de las iguanas.
Parásitos más comunes de las iguanas: ¿cuáles son los más importantes?
En orden de complejidad del parásito, describiremos cada grupo de menor a mayor importancia, desde los protozoos –que son organismos unicelulares– a los ectoparásitos, los más evolucionados.
Protozoos flagelados
Aún a día de hoy existe un intenso debate sobre el mal que ejercen estos parásitos en los reptiles. Algunos veterinarios consideran que la gran mayoría de los protozoos forman parte de la flora intestinal beneficiosa de los animales y que son, por tanto, asintomáticos e inofensivos.
Normalmente, la decisión de tratar una infección por protozoos se basa en el número y variedad de especies detectadas en las pruebas de laboratorio. Si su presencia en heces es ocasional, se consideran parte de la flora bacteriana propia de la iguana; pero cuando su concentración crece y se identifican muchas especies diferentes, se procede a tratar la parasitosis.
Coccidios
Las coccidiosis son mucho menos habituales en iguanas de lo que lo son en otros lagartos, en los que pueden darse, incluso, infecciones severas. En caso de que se produzcan, la sintomatología será digestiva.
Tenias
Las infecciones por gusanos planos o tenias necesitan obligatoriamente de un hospedador intermediario y, por eso, rara vez se detectan en las iguanas. Son mucho más comunes en otros reptiles, como serpientes acuáticas y galápagos.
Nematodos
Los gusanos intestinales más comúnmente hallados en las heces de las iguanas son los ascáridos, los estrongiloides, los anquilostomas y las lombrices.
El ciclo biológico de cada uno de ellos es diferente y, por ello, la reinfección, una vez curado, siempre es posible. Se necesita llevar un control periódico del estado de salud de la iguana en busca de síntomas compatibles con parásitos intestinales.
Ectoparásitos
En las iguanas son relativamente comunes las infecciones por garrapatas y las sarnas (ácaros), tal y como sucede con otros reptiles, como pueden ser las serpientes.
Parásitos más comunes de las iguanas: tratamiento
Protozoosis
Frente a los protozoos se recomienda el uso de Metronidazol en dosis que van desde los 25 mg/kg a los 125-250 mg/kg. Las dosis más altas solo deben administrarse en los casos más graves, ya que las iguanas han demostrado desarrollar tolerancia a este medicamento debido a que la mayor parte de su flora digestiva son bacterias del género Clostridium.
Coccidiosis
Su tratamiento incluirá Sulfonamidas, que han demostrado ser bastante eficaces como antiparasitarios. También será necesario mantener una buena hidratación del individuo hasta su recuperación.
Teniosis
El tratamiento frente a las tenias será mediante Praziquantel, en dosis de 5-8 mg/kg vía oral o subcutánea.
Nematodosis
Todos los gusanos intestinales mencionados responden a los tratamientos con Fenbendazol, en dosis de 25-50 mg/kg, durante dos o tres semanas.
Algunos autores recomiendan dosis superiores, de 100 mg/kg, al ser las que mejores resultados ofrecen en pacientes mamíferos. Pero estas dosis, en reptiles, han demostrado ser tóxicas.
Ectoparasitosis
El tratamiento recomendado es utilizando Ivermectina, aunque genera bastante controversia porque es tóxico en otros reptiles, como pueden ser las tortugas. Pese a todo, se utiliza para tratar los ectoparásitos mediante soluciones diluidas que se vaporizan en el terrario donde se encuentra el animal afectado.
Otros métodos, como el uso de acaricidas o insecticidas, han demostrado ser tóxicos, sobre todo en terrarios mal ventilados y en animales ya de por sí estresados. Por eso, el tratamiento médico se debe acompañar siempre con la higiene del terrario.
El uso de aceite de oliva en ungüento para matar a los ácaros también es eficaz e inofensivo para la iguana.
Aun así, aquellas iguanas infestadas de ectoparásitos suelen estar muy debilitadas, tanto que, a menudo, mueren durante el tratamiento.
Bibliografía
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- Fowler M, Cubas Z. Biology, Medicine, and Surgery of South American Wild Animals. Hoboken: John Wiley & Sons; 2008. Pages: 36-37