Existen muchos animales que se pueden tener como mascota, pero los perros, los hámsteres, los gatos y los pájaros no son los únicos. Para aquellos que vivan en un entorno campestre, un grupo de ovejas, unas cabras o unas vacas puede ser una excelente opción. Aparte de la compañía de los animales, al mantener estos herbívoros también se obtienen materias primas (lana y leche, por ejemplo).
Aunque mantener una oveja como mascota esté repleto de beneficios, también hay que tener en cuenta que sus requerimientos no son los mismos que los de la mayoría de animales domésticos. Aquí te lo contamos todo sobre la alimentación y el temperamento de la oveja, pasando también por algunas de sus necesidades en lo que a socialización se refiere.
Características generales de la oveja
La oveja doméstica (Ovis orientalis aries) es un mamífero cuadrúpedo y ungulado. Esto último quiere decir que pertenece al clado Ungulata, en el que también se encuentran las cebras, los rinocerontes, las jirafas, los alces y otros muchos animales herbívoros. Todos estos animales se apoyan y caminan con el extremo de los dedos, los cuales están revestidos por una pezuña.
La oveja es una animal domesticado desde hace más de 7000 años por el hombre y se cree que su ancestro primario es el muflón oriental (Ovis orientalis a secas). Un ejemplar de esta especie bien domesticado y alimentado puede proveer lana, leche, carne y grasa a una comunidad. Por esta razón, la oveja ha sido altamente valorada por la humanidad debido a su utilidad.
El hábitat de las ovejas es bastante variado y depende mucho de la raza, pues se han registrado hasta 10 000 variedades distintas dentro de esta subespecie. Entre las áreas que pueden habitar las ovejas están las llanuras de pastos, las zonas semidesérticas, las áreas frías cercanas a las zonas polares y las zonas no tan polares pero, con mucha altitud.
En general, la característica más extendida en el hábitat de las ovejas es su temperatura templada a fría. Esto permite que la lana se desarrolle con más calidad y espesor. Sin embargo, una oveja será feliz en casi cualquier clima mientras esté cerca de su rebaño. Recordamos que son animales de sangre caliente (endotermos), así que su distribución no depende en exceso de la temperatura ambiental.
Los países con más cantidad de ovejas son Australia, China, India, Irán y Nigeria, aunque viven en casi todo el mundo. Un ejemplar promedio vive entre 10 y 12 años. Sin embargo, en condiciones óptimas de salud, con una dieta adecuada, suficiente ejercicio y un ambiente sin estrés, una oveja puede vivir más de 20 años.
Temperamento general
Las ovejas son animales tímidos y con un temperamento apacible. Prefieren los lugares silenciosos y tranquilo para pastar y rumiar, pues pueden asociar los ruidos a la presencia de depredadores. En general, los ovinos son animales sociales. Esto implica que prefieren mantenerse con el grupo y pocas veces se alejarán solos.
Los ovinos son animales muy inteligentes. Diversos estudios han confirmado que una oveja puede reconocer hasta 50 miembros de su especie de manera individual, 5 perros y por lo menos 10 humanos. Por supuesto, al igual que los animales de compañía, las ovejas aprenden sus nombres si se les da uno y vienen cuando se les llama.
Debido a su naturaleza social, las ovejas destacan por tener un comportamiento de rebaño. Esto quiere decir que si una de ellas se mueve drásticamente, el resto le seguirán (aunque no sea una idea del todo buena). Los ejemplares jóvenes siempre siguen a los más mayores, así que existe cierto orden jerárquico en sus sociedades.
Las ovejas requieren compañía de otros ejemplares de su misma especie. Tal y como indican fuentes profesionales, se requiere un mínimo de 5 de ellas para que puedan desarrollar su conducta de rebaño. Curiosamente, una oveja reducirá su índice de estrés durante cualquier actividad (comer y desplazarse, entre otras) si mantiene el contacto visual con otra.
Las ovejas son animales presa en su ambiente natural. Por ello, requieren compañia constante para no estresarse y no sentirse desprotegidas.
Características morfológicas y reproducción
En general, las ovejas reportan 1,3 metros de longitud y 0,5-1 metros de altura dependiendo de su raza. Los especímenes de las razas de ovejas más pequeñas pueden pesar 35 kilogramos, mientras que las ovejas más grandes pesarán más de 100 kilogramos.
El pelo de las ovejas se conoce comúnmente como lana y su valor en el mercado depende de la calidad del vello y la raza. El pelaje de las ovejas, en general, es de color claro, aunque algunas variantes tienen pelos oscuros muy deseados en el mercado de textiles. La raza suffolk es un ejemplo perfecto de esta diversidad, pues siempre posee una cabeza y unas patas de tono negro.
Aunque sus sentidos auditivo y olfativo son bastante agudos, y perciben elementos a una larga distancia, la visión de las ovejas es bastante limitada (su percepción de profundidad no es muy buena). Además, debido al emplazamiento de sus ojos, el ángulo de vista es un poco pobre. Este puede variar de 191 a 306°, dependiendo de la cantidad de lana en su cabeza.
Aunque la vista no sea el punto fuerte de estos animales, tienen un excelente sentido del oído y del olfato. Como son capaces de mover su pabellón auditivo (las orejas), pueden localizar con exactitud la procedencia de todo sonido.
Las ovejas tienen varios períodos de celo en un año. Una vez que una oveja ha sido fecundada, la gestación dura alrededor de 150 días (aproximadamente 5 meses). Habitualmente, al igual que sucede con los humanos, los ovinos tienen una única cría por gestación.
Alimentación de una oveja
Los ovinos son animales rumiantes. Esto significa que el estómago de una oveja está dividido en cuatro partes. Cuando una oveja ingiere comida, esta va al primer estómago. Poco después, la oveja regurgita la comida, la vuelve a masticar, y esta va al segundo estómago. Este proceso se repite cuatro veces. Así obtienen todos los nutrientes posibles de una materia prima poco nutritiva (como es la hierba).
Por esta razón, las ovejas suelen alimentarse temprano en la mañana y al final de la tarde únicamente. El resto del tiempo, las ovejas lo pasan rumiando la comida ingerida.
Los ovinos son animales herbívoros. En un estado natural, donde el ovino pueda pastar libremente, se alimentará de gramíneas, arbustos y leguminosas. En general, estos animales son considerados principalmente gramíneos y consumen pasto en grandes cantidades.
La alimentación de una oveja variará ligeramente de acuerdo con la raza. Las razas pequeñas suelen comer más fibra que las grandes, aunque las razas grandes suelen alimentarse con plantas más diversas. De cualquier manera, un ovino puede consumir una enorme cantidad de comida en poco tiempo. Esto lo hace para poder digerir lo que consume con lentitud y parsimonia.
Una oveja consumirá del 2 al 3 % de su peso corporal de pasto cada día. Así pues, un ejemplar de 100 kilos comerá de 2 a 3 kilos de hierba en 24 horas. También requiere pienso específico en proporción al 0,5-1,5 % de su peso.
Sus hábitos alimenticios determinan el carácter y el temperamento de una oveja. En general, las ovejas son animales pacíficos y calmados que evitan sobresaltos y aventuras. Son animales muy sociables y amigables cuando han sido tratados de manera adecuada por sus cuidadores.
Bibliografía
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