La vista, el oído o el olfato son algunos de los sentidos que conforman la imagen que tenemos del mundo, pero los ofidios tienen una forma especial de captar la información que los rodea, gracias a los increíbles sentidos de las serpientes.
Sentidos de las serpientes: oído
Las serpientes pueden dislocar su mandíbula y tragar grandes animales como búfalos gracias a que sus huesos no están unidos de la misma forma que los mamíferos; uno de los sacrificios que han tenido que hacer es el tener un sentido del oído menos desarrollado.
Los ofidios carecen de oído externo y tímpano, lo que hizo creer a muchos que eran animales sordos. Pero lo cierto es que poseen un hueso conocido como columela auris, que es similar a los estribos de los mamíferos: la columela auris está envuelta en tejidos y conectada al líquido del oído interno, por lo que transmite las vibraciones.
Las serpientes son bastante torpes ante sonidos que se transmiten por el aire, y es que los sentidos de las serpientes están especializados en detectar vibraciones en el suelo.
Los pasos de las presas y otros movimientos son captados por todo el cuerpo gracias a un agudo sentido del tacto, especialmente si apoyan la mandíbula inferior, que está en contacto directo con la columela auris. En los ofidios, los sentidos del tacto y del oído difuminan sus diferencias para detectar las vibraciones de forma milimétrica.
Sentidos de las serpientes: vista
El ojo de las serpientes es muy parecido al de otros vertebrados, aunque las serpientes tienen una escapa ocular que muda junto a la piel y que es transparente, en lugar de un párpado.
Algunas serpientes, como las subterráneas, poseen ojos primitivos que no detectan colores. A pesar de ello, la mayoría de serpientes, en especial las diurnas, poseen pupilas redondas con conos y bastones, las células encargadas de diferenciar detalles, luz y color.
Hay que recordar que las serpientes pasan su vida pegadas al suelo, con muchas barreras visuales delante. Es por ello que un gran sentido de la vista, como el que tienen las aves rapaces, carece de utilidad en estos reptiles.
El arma secreta de las serpientes: el calor
Sin embargo, es la detección de luz infrarroja lo que hace a algunas serpientes auténticas especialistas en la detección de presas. Serpientes como las de cascabel, las pitones o las boas pueden detectar variaciones térmicas de hasta 0,001ºC gracias a sus cavidades termorreceptoras.
Mientras que serpientes venenosas como los crótalos poseen fosas a ambos lados del hocico, de forma similar a sus fosas nasales, algunas serpientes constrictoras como las pitones y las boas poseen fosas labiales, en mayor número que los crótalos pero menos sensibles.
Esto hace que las serpientes con capacidad termorreceptora puedan detectar presas y cazarlas en completa oscuridad. Es este el motivo por el que para estas serpientes no sirve con quedarse quieta para dejar de emitir vibraciones, ya que aunque su vista no sea tan aguda, su detección del calor las hace infalibles.
Sentidos de las serpientes: el olfato
Uno de los sentidos de las serpientes más llamativos es el olfato; poseen un órgano conocido como órgano vomeronasal, también llamado de Jacobson. Está presente en muchos animales, incluso en la especie humana, aunque muchos creen que no es funcional.
Lo que hace este órgano es captar feromonas y otros compuestos químicos, muchos de los cuales no pueden ser captados por el sentido del olfato clásico. Estos compuestos deben contactar directamente con el tejido del órgano de Jacobson para ser detectados, y son transportados a este gracias a su lengua.
Es por ello que vemos como las serpientes sacan su lengua bífida para probar el aire; algunos creen que la forma bífida de la lengua les permite a las serpientes afinar la dirección de los estímulos químicos que detecta el órgano vomeronasal.
Aunque las serpientes también poseen el sentido del olfato normal, el sistema olfativo está mucho menos desarrollado que otros animales, mientras que el órgano vomeronasal les permite rastrear presas o incluso reconocer familiares.
Por tanto, aunque los sentidos de las serpientes tradicionales no destacan por su agudeza, la detección del calor, de sustancias químicas y de vibraciones, las convierte en las perfectas cazadoras.
Es importante destacar que la mayoría de serpientes no son peligrosas para el ser humano: suelen huir de nuestra presencia nada más detectan nuestras enormes vibraciones, y solo nos atacarán si no les queda otra opción. Es por ello que los ataques de serpientes suelen ocurrir en accidentes, como por ejemplo si las pisamos.