Las anacondas verdes y su participación en el canibalismo

Las anacondas verdes hembra tienen la fama de 'comerse' a sus parejas después de la reproducción; existen diferentes teorías que explican el porqué de este hábito
Las anacondas verdes y su participación en el canibalismo

Escrito por Yamila

Última actualización: 30 abril, 2019

Conocidas por ser unas de las serpientes más grandes del mundo, las anacondas verdes –nativas de América del Sur– tienen un secreto que merece la pena destacar: pueden practicar el canibalismo y comerse entre ellas. ¿Cuándo y cómo sucede? Te lo contaremos a continuación.

Características de las anacondas verdes

Su nombre científico es Eunectes murinus, aunque todo el mundo la conoce como ‘anaconda’. Es la serpiente más pesada del mundo y pelea ‘cabeza a cabeza’ por el título de ser la más grande con la pitón reticulada.

Si bien puede parecer peligrosa –y de hecho lo es– lo cierto es que no tiene como ‘hobbie’ atacar a las personas, salvo que sea por defensa propia. Los humanos no formamos parte –afortunadamente– de su cadena trófica, así que que no nos considera su alimento.

Las anacondas verdes viven en la selva amazónica, precisamente en las cuencas de los ríos de América del Sur y, como su nombre indica, son de color verde oscuro, con marcas negras o marrones a lo largo de todo su cuerpo.

De cabeza pequeña, nariz elevada y ojos a los laterales, no se puede diferenciar el cuello del resto del cuerpo. Los receptores olfativos de las anacondas verdes se localizan en la lengua, como sucede con todas las serpientes.

La alimentación de las anacondas verdes

Cuando buscan alimento, las anacondas verdes pasan mucho tiempo en el agua. Aunque eso no significa que no puedan salir a la superficie o a la orilla para capturar ‘presas fáciles’ como son los carpinchos, los tapires, los pecaríes, los ciervos y los roedores. Incluso puede alimentarse de peces, reptiles, anfibios y huevos.

Alimentación de las anacondas verdes

Una vez que detecta a una presa, lo primero que hace es sujetarla con sus fuertes mandíbulas. Luego se enrosca alrededor del cuerpo y ejerce presión hasta asfixiarla. Todo esto en menos de 10 segundos.

Si bien se cree que es la fuerza ejercida la que finalmente mata a la víctima, es la fuerza ejercida en el tórax la que se encarga de dicha tarea. Al no poder respirar, la presa muere en poco tiempo.

Merece la pena destacar que las anacondas verdes no trituran ni mastican su comida, sino que desencajan la mandíbula para tragar la presa entera. Se van arrastrando sobre ella para que pueda pasar por la garganta y luego llegar al estómago.

La digestión puede demorar varios días e incluso semanas. Durante todo este tiempo la serpiente se quedará inactiva reposando en una rama, como si estuviese hibernando.

¿Las anacondas verdes son caníbales?

Como sucede en muchas de las especies animales, en el caso de estos reptiles la hembra es la ‘alfa’ y, por ende, la de mayor tamaño y longevidad.

Si bien se creía que las hembras de anaconda eran las sumisas en la ‘relación’, en realidad son las dominantes, sobre todo en cuanto a tamaño se refiere: pueden medir hasta cinco veces más que los machos.

Reproducción de las anacondas verdes

Para comprender el canibalismo sexual en las anacondas verdes primero tenemos que aprender un poco sobre su apareamiento. En la época de reproducción –entre abril y mayo– las hembras atraen a los machos, quienes se congregan a su alrededor durante semanas.

Incluso pueden estar rodeadas de hasta 15 ‘pretendientes’ que pelean entre ellos para acceder a la cloaca femenina para luego inseminarla. Una vez que hay un ganador, el resto debe alejarse y es poco probable que encuentren pareja ese año, debido al esfuerzo que han debido hacer durante varios días.

Ahora bien, no se sabe muy bien qué lleva a la hembra a comerse al macho, pero sí se cree que, cuando termina su ‘tarea’ de reproducción, si se queda enroscado a su pareja más tiempo del adecuado, ella responderá de manera tajante: lo devorará.

Otra teoría afirma que la hembra que está comenzando a gestar a sus huevos necesita nutrientes urgentemente. Y, como estarán en ayunas durante los siete meses que dura el ‘embarazo’, considerarían al macho como un superalimento al alcance de la boca.

No siempre sucede, pero se han documentado varios casos de hembras devorando a los machos, tras la reproducción. Una tercera hipótesis indica que es debido a que ellos pueden comerse los huevos, o bien porque en la temporada seca escasean las presas y se convierten en ‘competencia’ para poder alimentarse.

Y, aunque no lo creas, las anacondas verdes no son las únicas que practican el canibalismo. Otros ejemplos son las arañas y la mantis religiosa.


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  • Peter.D. Strimple. (2001). Eunectes Murinus. Herpetological Review.

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