La liebre del ártico: características y hábitat

¿Quieres conocer a una de las liebres de mayor tamaño? La liebre del ártico te sorprenderá por sus características y comportamiento.

Liebre del ártico en la nieve.

La liebre del ártico (Lepus Arcticus) es una especie de roedor perteneciente a la familia Leporidae. En la actualidad, está reconocida como una de las liebres de mayor tamaño que habita en nuestro planeta.

El cuerpo de esta liebre está adaptado a vivir en las bajísimas temperaturas del frío polar. Por ello, se trata de un animal muy resistente y de notable belleza.

Características físicas de la liebre del ártico

La liebre del ártico, también llamada conejo o liebre polar, es un roedor de gran porte que suele medir entre 20 y 22 cm de largo, y que pesa de 10 a 12 kg.

Se trata de uno de los pocos animales que pueden sobrevivir al frío extremo de la región polar. Y ello se debe a que su cuerpo ha desarrollado una serie de capacidades y características especiales para resistir a estas condiciones adversas.

La piel de este animal es muy gruesa, para evitar que pierda calor. Su pelaje abundante también ayuda a conservar el calor y lo protege del clima.

Liebre del ártico blanca.

Así mismo, las orejas de las liebres del ártico están pensadas para conservar calor. Por ello, aunque sean más altas que las orejas de las demás liebres, son más pequeñas para disminuir la superficie que entra en contacto con el frío.

Las patas fuertes con poderosas uñas les permiten cavar agujeros para protegerse y buscar comida bajo la tierra. Además, sus pies son notablemente más grandes que sus piernas, para ofrecerles la posibilidad de correr en la nieve sin hundirse o quedarse “atascadas”.

Estas características se suman a una musculatura bien desarrollada y una gran flexibilidad que posibilitan a estas grandes liebres escapar de sus depredadores con mucha agilidad.

También podemos observar que las liebres polares tienen una notable capacidad de camuflaje. Su pelo es prácticamente blanco durante el invierno, pero ganan tonalidades marrones o grisáceas en verano.

Estas peculiaridades de su pelaje permiten a las liebres del ártico camuflarse con facilidad a pesar incluso de los cambios que experimenta su ambiente en las diferentes estaciones del año.

Hábitat natural y alimentación

La liebre del ártico, como su nombre indica, es originaria de las regiones cercanas al Ártico. Actualmente, su población está distribuida en parte del territorio de Canadá, Groenlandia y Alaska.

Como hay pocos animales que pueden adaptarse a los climas polares, la liebre del ártico tiene pocos depredadores. No obstante, estos también tienen una baja disponibilidad de presas para cazar y alimentarse. Por ello, su capacidad de camuflarse y esconderse bajo tierra es esencial para su supervivencia.

Respecto a su propia alimentación, las liebres polares son animales omnívoros. Como en su hábitat natural encuentran una limitada disponibilidad de alimentos, su dieta puede incorporar casi todos los vegetales disponibles en su entorno, como bayas, hojas, hierbas y plantas leñosas, además de pequeños insectos.

Comportamiento y reproducción de la liebre polar

Liebre ártica

Por lo general, las liebres polares viven solas y se juntan únicamente para aparearse en la temporada de reproducción. También pueden ser vistas en grupos en ciertas ocasiones, probablemente por la necesidad de conservar calor en el frío extremo.

La época de apareamiento de la liebre polar se da entre abril y mayo, o sea, cuando la primavera se hace notar. En este periodo, las liebres del ártico pasan más tiempo fuera de sus madrigueras y se muestran más sociables.

En su vida diaria, estas peculiares liebres hacen paseos más largos, aventurándose a expandir su territorio a zonas que evitan durante el invierno, por ejemplo.

Al formar una pareja, estos roedores no vuelven a su madriguera original, sino que crían un “refugio” especial para aparearse en seguridad. Si existen varias hembras en su territorio, los machos pueden formar diferentes parejas durante la temporada de reproducción.

Tras una breve gestación, las hembras suelen dar la luz a principios del verano. Por cada época de apareamiento, las liebres polares suelen parir entre cinco y seis crías.

Las progenitoras serán responsables de proteger y enseñar a sus crías solo durante sus primeras semanas de vida. Después, las jóvenes liebres ya estarán preparadas para sobrevivir por sus propios medios.

Como maduran muy rápidamente, su esperanza de vida es más corta que la de las demás liebres. Una liebre del ártico suele vivir entre tres y cinco años, aunque algunos individuos puedan ser más longevos.

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