Las ballenas son los gigantes de los océanos y, lógicamente, necesitan ingerir una gran cantidad de alimentos para mantener un metabolismo estable. La alimentación de las ballenas suele variar según su especie, la disponibilidad de alimentos en su hábitat y la época del año.
A pesar de su temperamento bastante calmado y sociable, las ballenas son grandes depredadores. Su nutrición puede incluir casi todo tipo de vertebrados e invertebrados que comparten su ambiente, desde peces hasta organismos microscópicos.
A continuación, resumiremos los principales aspectos de la alimentación de las ballenas; consideraremos para ello a las especies más reconocidas.
Tipos de ballenas en los océanos
Actualmente se conocen unas 40 especies de ballenas, cuya nutrición se basa mayormente en el consumo de proteínas de origen animal. Estas especies se encuentran clasificadas en dos grandes grupos:
- Misticetos, las ballenas con barbas o barbadas. Estos cetáceos posen unas placas córneas que actúan como una especie de filtro y que se conocen popularmente como barbas. Los misticetos o barbas son la principal herramienta de caza de estas especies, entre las cuales encontramos la yubarta, la ballena azul y la gris.
- Odontocetos, las ballenas con dientes. Estas especies son menores que las anteriores, y es que pueden incluso ser confundidas eventualmente con delfines. Los dientes de estas ballenas deben ser todos del mismo tamaño y forma. En esta clasificación se encuentran las ballenas francas (glacial, austral, del Pacífico y de Groenlandia).
Alimentación de las ballenas barbadas
Las ballenas barbadas se alimentan mediante un sistema de filtrado que se hace posible gracias a sus barbas. Al abrir su boca, estos cetáceos tragan la mayor cantidad posible de agua, y luego empujan su lengua en dirección a las barbas.
Con este movimiento, consiguen hacer un filtrado por el que expulsan el agua y retienen sus presas, que pueden ser kril, plancton y pequeños peces. Las especies que viven cerca de la superficie también aprovechan para capturar pequeños moluscos, crustáceos y gusanos.
Alimentación de las ballenas con dientes (odontocetos)
Las ballenas con dientes u odontocetos utilizan sus dientes para atrapar a sus presas y después las tragan por completo. A pesar de su privilegiada dentición, no emplean sus dientes para masticar, sino para capturar peces, langostas, calamares, pulpos y medusas, que son sus alimentos ‘favoritos’.
Estos cetáceos son cazadores implacables y pueden llegar incluso a capturar tiburones, lobos marinos y osos polares cuando escasean las presas más fáciles.
Al capturar animales de gran tamaño, estas ballenas se ven obligadas a trocear sus presas, para poder tragarla poco a poco. Aun en estos casos, el proceso de masticación es prácticamente nulo.
Alimentación de los ballenatos
La alimentación de las ballenas recién nacidas se limita al consumo de la leche producida por su progenitora. Por lo general, las hembras dan la luz a una sola cría por parto, a no ser que nazcan gemelos, lo que ocurre con muy poca frecuencia en estos cetáceos.
El periodo de lactancia puede extenderse hasta un año, al fin del cual el organismo del ballenato ya será capaz de digerir otros tipos de alimentos. Las crías de ballenas suelen consumir una asombrosa cantidad de leche diariamente, ya que se encuentran en plena fase de desarrollo físico y cognitivo.
Un ballenato puede llegar a ingerir una gran cantidad diaria de leche materna, aunque el volumen exacto siempre dependerá de la especie y del organismo de cada cría.
La leche materna de las diferentes especies de ballenas es altamente calórica, y es que alrededor del 50 % de su composición son grasas. Ello es esencial para el desarrollo de los ballenatos.
¿Cuánto come una ballena por día?
La cantidad de comida ingerida por una ballena dependerá de su especie y de su propio organismo, así como del tipo de alimento disponible en su hábitat y de la época del año. En líneas generales, una ballena adulta necesita comer diariamente el equivalente al 4 % de su peso corporal.
Durante el verano, las ballenas suelen incrementar su consumo de alimentos, pues se preparan para los viajes migratorios y la escasez de comida en invierno.
Por lo general, estos cetáceos no suelen comer durante sus migraciones. Aunque si no han logrado consumir suficientes alimentos en verano, pueden aprovechar para atrapar presas mientras se desplazan.
En sus viajes migratorios, las ballenas gastan mucha energía y comen poco, por lo que pierden una gran cantidad de grasa. Al llegar a su destino, necesitan volver a incrementar su apetito para reponer fuerzas y conservar su metabolismo estable.