Hifema canino: ¿cuáles son sus causas y cómo tratarlo?

¿Tu perro tiene sangre dentro del ojo? Cuando se produce el hifema en caninos, se considera una urgencia médica por las enfermedades relacionadas con este trastorno. ¡Descubre sus aspectos más relevantes!

Veterinario revisa ojo de perro con hifema.

El hifema canino se define como la presencia y acumulación de sangre en el interior del globo ocular. Entre sus causas se encuentran las patologías propias del ojo o enfermedades que afectan al organismo en general.

Debido a sus implicaciones sobre la salud animal, el hifema debe ser atendido con urgencia. De no hacerlo, la visión de nuestra mascota podría estar en riesgo. Te contamos en el siguiente artículo todo sobre las causas, las complicaciones, el diagnóstico y el tratamiento, de uno de los trastornos oftalmológicos más frecuentes en los animales de compañía.

¿Qué es el hifema canino? 

El término «hifema» hace referencia a la acumulación de sangre en la cámara anterior del ojo. Esta parte del globo ocular es el espacio comprendido entre la cara interna de la córnea y la superficie del iris. A su vez, este compartimiento está lleno de un líquido conocido como humor acuoso, cuya función principal es nutrir las estructuras anteriores del ojo. 

Por lo general, esta patología se presenta después de un daño y sangrado de la vasculatura retiniana o uveal, con la consecuente mezcla de la sangre con el humor vítreo: una sustancia gelatinosa que le da volumen al ojo y sostiene la retina. De acuerdo a la gravedad y el volumen que ocupa en la cámara, el hifema se clasifica de la siguiente manera:

  • Grado I: ocupa menos de un tercio de la cámara anterior.
  • Grado II: la sangre se distribuye por entre un tercio y la mitad de la cámara.
  • Grado III: ocupa hasta tres cuartos del espacio.
  • Grado IV: toda la cámara anterior está llena de sangre.

A causa de los efectos de la gravedad, la sangre se observa a nivel ventral del ojo. Sin embargo, ante movimientos bruscos del paciente, puede distribuirse de nuevo por toda la cámara.

De igual modo, en estos procesos no suelen presentarse coágulos, sino hasta 4 o 7 días después. Esto se debe a que la liberación de fibrinolisinas, por parte del iris, dificultan la coagulación. El sangrado también puede comprometer las vías de drenaje del ojo, lo que predispone a un aumento de la presión intraocular.

Perro con sangre dentro del ojo por hifema.
Canino con hifema. Se observa la presencia de sangre en la cámara anterior del ojo. Crédito: Myra Pet Clinic & Surgery.

Causas del hifema canino

La presencia de sangre dentro del ojo de tu canino se produce a consecuencia de afecciones intraoculares o enfermedades sistémicas. El traumatismo cerrado grave, la uveítis y los trastornos de la coagulación son algunos de los procesos patológicos más comunes que causan el hifema.

Etiología ocular  

Los motivos por los que se produce un hifema de origen ocular son diversos. En la mayoría de estos casos, la afección se presenta en un solo ojo. Entre los principales trastornos encontramos los siguientes:

  • Traumatismos: se cataloga como la causa más frecuente de hifema canino. Puede ser secundario a un trauma craneoencefálico o a heridas oculares penetrantes, que lesionen el globo ocular o los tejidos uveales.
  • Tumores locales: entre los más relacionados con el hifema está el melanoma intraocular
  • Uveítis: una inflamación de la úvea o capa intermedia del ojo provoca una extravasación de sangre hacia la cámara anterior.
  • Enfermedades de la retina: cualquier incidente que afecte la retina puede causar el hifema. Esto se debe a la gran vascularización de este tejido. Por esta razón, ante un daño, aparecen fugas directas de sangre que viajan hasta la cámara anterior.
  • Anomalías congénitas: incluye trastornos como la anomalía del ojo del Collie, la arteria hialoidea persistente y la displasia vítreoretiniana.

Etiología sistémica  

A diferencia de las anteriores, el hifema causado por las enfermedades sistémicas es principalmente bilateral. En este tipo de patologías, se encuentran las siguientes:

  • Coagulopatías y trastornos hemorrágicos: entre los principales desórdenes responsables de hifema están la trombocitopenia, la anemia hemolítica y los problemas de coagulación presentados, por ejemplo, a raíz de la intoxicación con rodenticidas.
  • Cáncer: se ha reportado el desarrollo de hifema canino en neoplasias sistémicas como linfoma, mieloma y leucemia.
  • Infecciones: pueden provocar vasculitis y extravasación de la sangre hacia la cámara anterior del ojo. Las de mayor relevancia son la ehrlichiosis, la brucelosis y la leptospirosis.
  • Hipertensión arterial sistémica: como respuesta ante el aumento de la presión en los vasos sanguíneos de la retina y la coroides, se produce una vasoconstricción y un incremento en la permeabilidad vascular. Este fenómeno causa problemas oculares como hemorragias retinianas, desprendimiento de retina e hifema.
Perro con hifema tiene sangre dentro del ojo.
Hifema canino causado por Ehrlichia canis. Crédito: Ron Ofri/dvm360.

¿Cuáles son las posibles complicaciones?

Esta alteración ocular se considera una urgencia, tanto por las enfermedades que pueden causarlo, como por las complicaciones que conlleva. Entre las más destacadas se distinguen las siguientes:

  • Formación de sinequias intraoculares: si el sangrado avanza hacia la formación de coágulos, se generan adherencias de estos al endotelio corneal o al iris.
  • Glaucoma: al crearse estas adherencias, el iris cierra el drenaje del humor acuoso, lo que provoca un aumento de la presión intraocular y después glaucoma.
  • Ceguera: el incremento de la presión intraocular, causado por el humor acuoso y el sangrado, genera un daño sobre el nervio óptico. Conduce a la ceguera, si no se trata a tiempo.
  • Cataratas: como consecuencia de hifemas crónicos o mal manejados.
  • Ptisis bulbi: si cualquiera de las complicaciones o enfermedades oculares que causan el hifema persisten en el tiempo, el globo ocular se atrofia o se degenera. Esto provoca que deje de funcionar.

Diagnóstico 

Se basa en identificar el origen o causante del hifema. En ocasiones, la exploración oftalmológica resulta difícil, porque la sangre no permite que se observen bien las estructuras internas del ojo.

Sin embargo, es necesario evaluar ciertos aspectos como el reflejo pupilar y la presión intraocular. Si es posible, también se debe observar la cámara anterior del ojo mediante lámparas de hendidura.

Si tu perro padece este trastorno, es posible que el veterinario examine el estado de la presión arterial y recomiende ciertas analíticas. Así, podrá valorar el funcionamiento del organismo en general. Sumado a esto, la ecografía ocular puede facilitar la exploración del ojo y aproximar el diagnóstico definitivo.

A su vez, el hifema en perros se debe diferenciar de otras patologías similares como la hemorragia en la cámara vítrea —que se halla entre el cristalino y la parte posterior del ojo—, el exudado inflamatorio hemorrágico y la hemorragia corneal o del iris.

Tratamiento

Por considerarse una urgencia, el tratamiento del hifema debe realizarse de forma oportuna. En primer lugar, está indicado el uso de antiinflamatorios esteroidales tópicos y sistémicos, como la dexametasona y prednisolona.

Los corticoides de este tipo previenen la recurrencia del sangrado —al inhibir la fibrinólisis y ayudan a restablecer la barrera hematoocular. A pesar de ello, antes de su administración tópica, se debe descartar la presencia de úlceras corneales. Es importante hacerlo, porque está demostrado que retrasan la cicatrización de esta membrana.

No se recomienda el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINES) en hifemas de origen hemorrágico, debido a que interfieren con la función plaquetaria y el riesgo de sangrado es mayor. En estos casos, se pueden reemplazar por analgésicos opioides como el tramadol.

Para evitar complicaciones —como las sinequias— se aconseja el uso tópico de medicamentos ciclopéjicos, entre ellos, la atropina o la fenilefrina. No obstante, la administración de estos fármacos puede aumentar la presión intraocular. Cuando se observe este fenómeno, se deben suspender de manera inmediata.

Finalmente, en los casos en que haya coagulación, se recomienda el uso del activador tisular del plasminógeno (tPA). Este agente fibrinolítico, usado dentro de las 72 horas posteriores a la formación del coágulo, ha demostrado favorecer la rápida resolución del mismo.

Pronóstico 

De acuerdo al libro La oftalmología en colores, un tratamiento correcto permite que este trastorno ocular pueda resolverse entre 7 a 21 días. Aun así, el tiempo de recuperación dependerá de su gravedad.  

Cuando se trata los hifemas de grado I, la recuperación ocurre en cuestión de días; mientras que los de grado II y III pueden tardar semanas. En los casos en que esta urgencia ocular se clasifica como grado IV, suele estar asociada a problemas más graves, como la atrofia ocular.

De acuerdo con un artículo de la revista Veterinary Ophthalmology, los peores pronósticos de hifema se relacionan a traumas oculares severos, neoplasias y uveítis crónica. Además, cuando hay cataratas o glaucoma el pronóstico es reservado.

Perro con uveítis, una de las enfermedades que puede causar hifema.
Perro con uveítis. Crédito: Unidad de Oftalmología Veterinaria (UNOVE).

Hifema canino, una urgencia veterinaria

Como te pudiste dar cuenta, el hifema es una urgencia oftalmológica que necesita de una rápida atención, para evitar un daño permanente en el ojo del canino. Su manifestación es un indicativo de que la vida de nuestra mascota corre riesgo, por su relación con enfermedades tan graves como la hipertensión o intoxicación con venenos. 

En vista de esto, ante cualquier indicio de sangrado ocular, debes asistir de manera inmediata al médico veterinario para la atención de tu perro. Recuerda realizar los chequeos y valoraciones periódicas, para que el profesional pueda identificar algún aspecto que se te haya pasado por alto.

Bibliografía

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