¿Por qué los gatos son tan ágiles y flexibles?

La gran variedad de receptores sensoriales contribuye a la eficacia de los movimientos de los gatos
¿Por qué los gatos son tan ágiles y flexibles?
Paloma de los Milagros

Escrito y verificado por la bióloga Paloma de los Milagros.

Última actualización: 08 febrero, 2022

La mayoría de los felinos destacan por su capacidad para trepar y explorar todo tipo de rincones. Por ello, en el caso doméstico, los gatos son tan ágiles y flexibles que prácticamente pueden acceder a cualquier lugar sin encontrar ninguna limitación física.

Los gatos son de naturaleza curiosa, de forma que tienden a inspeccionar cualquier recoveco de su entorno. Estas necesidades instintivas se satisfacen gracias a su morfología esbelta dotada de numerosas facultades sensoriales.

Los gatos son tan ágiles y flexibles por su anatomía

Su columna vertebral está compuesta de unas 50 vértebras; el número puede fluctuar en función de la longitud de la cola. Esta gran cantidad de huesos, si tenemos en cuenta el pequeño tamaño de los gatos, contribuyen a la movilidad del animal y a la coordinación de las distintas partes de su cuerpo.

A diferencia del ser humano, con un ángulo de rotación de 90 grados, los gatos son tan ágiles y flexibles que pueden alcanzar amplitudes de 180 grados. Esta capacidad se debe a la presencia de elásticos discos de amortiguación intercalados entre las vértebras.

Demostración de que los gatos son tan ágiles y flexibles

La estructura de las patas también es un factor determinante en su desplazamiento. Además de poder girar, están dotadas de potentes amortiguadores capaces de reducir el impacto contra la superficie. Asimismo, cuando perciben un peligro, una posible presa o a la hora de trepar, tienen la habilidad de extender sus prominentes garras.

También cabe destacar la movilidad silenciosa a la par que veloz de estos animales. Los gatos son digitígrados, por lo que para desplazarse se apoyan únicamente sobre los dedos.

En lo que respecta a sus extremidades anteriores, sobresale la presencia de una clavícula flotante, de forma que las patas delanteras están unidas a los hombros solo a nivel muscular. Esta particularidad estructural, junto con la disposición especial de sus omóplatos, permite la mayor flexibilidad de los gatos, lo que les facilita la movilidad sin apenas importar la estrechez del entorno.

Gran variedad de facultades sensoriales

Además de por su anatomía, los gatos son tan ágiles y flexibles porque coordinan sus movimientos con la percepción de gran cantidad de estímulos.

Uno de los ejemplos más evidentes son sus patas. Además de su característica estructura anatómica, las extremidades de estos mamíferos contribuyen a la regulación de la temperatura corporal y a la detección de las vibraciones del suelo. Esta segunda capacidad facilita, por tanto, el estado de alerta del animal.

Zarpa del gato

El pelaje del gato, aparte de contribuir a la regulación térmica, también es un importante receptor sensorial del dolor y del movimiento. Esta doble funcionalidad queda, al mismo tiempo, complementada con la de los bigotes, capaces de orientar al animal en el espacio.

Por otra parte, los gatos cuentan con una visión nocturna muy desarrollada, crucial a la hora de esquivar obstáculos y desplazarse hábilmente en la oscuridad. Las orejas, los labios superiores y la nariz también tienen sensores especiales importantes para el movimiento, la detección de presas o la huída ante posibles peligros.

Finalmente, en lo referente a la percepción de su cuerpo con respecto a la superficie, resulta fundamental el papel de su desarrollado oído interno. Así, entre otras funciones, esta estructura actúa en el denominado ‘reflejo de corrección’, que corrige la postura del animal ante caídas a gran distancia del suelo.

Que los gatos sean tan ágiles y flexibles muchas veces puede suponer una desventaja a la hora de la convivencia doméstica. Por ello, conviene que los dueños sean conscientes de la capacidad de movimiento de sus mascotas y, así, poder proteger aquellos entornos susceptibles del instinto indagador del animal.


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