¿Existen las ranas con pelo?

El macho de la especie de rana con pelo es el encargado de cuidar a los huevos hasta su eclosión, por ello es que son los únicos que desarrollan los pelos (tricomas).
¿Existen las ranas con pelo?
Cesar Paul Gonzalez Gonzalez

Escrito y verificado por el biólogo Cesar Paul Gonzalez Gonzalez.

Última actualización: 08 febrero, 2022

Aunque parece descabellado, la rana con pelo existe y es real. De forma natural, las ranas son anfibios que se caracterizan por tener una piel húmeda y pegajosa. Pueden existir de varios tamaños y colores, e incluso, podemos diferenciar entre ranas y sapos. Dentro de todas sus características, nadie se imaginaria que pudieran existir las ranas con pelo.

¿Pelo? ¿para qué necesitaría una rana eso? Parece inusual, pero estas vellosidades cumplen una función adaptativa importante en la biología de estos anfibios. Si quieres saber más acerca de este animal peludo y singular, sigue leyendo.

¿Cómo es la rana con pelo?

La especie se conoce como Trichobatrachus robustus, un anfibio que forma parte del grupo de los anuros. Se trata de una rana de color marrón, con tonos grisáceos en su vientre. Los machos presentan pelos en las patas y los costados de su cuerpo, que pueden alcanzar hasta los 19,7 milímetros de longitud.

En cuanto a su tamaño y morfología, miden entre 8 y 13 centímetros, el cuerpo tiene forma ovalada y la cabeza es bastante grande. Las ranas con pelo presentan un dimorfismo sexual en su tamaño, de forma que los machos son más grandes que las hembras. Además, tienen en sus dedos unas garras ocultas, lo cual les permite defenderse frente a sus depredadores.

Las ranas con pelo son nativas de África, por lo que habitan zonas de Camerún, Nigeria, El Congo, Gabón y Guinea. Suelen estar cerca de ríos rocosos con corriente rápida y vegetación abundante. En ocasiones, pueden encontrarse en áreas boscosas, cuevas y bosques.

Un lago de África con la puesta del Sol.

Vida y reproducción

En general, las ranas suelen presentar un estadio larval conocido como renacuajo, en el cual son completamente acuáticas y herbívoras. Al contrario, los organismos adultos son insectívoros y consumen una gran variedad de artrópodos.

Este anfibio necesita mantener su humedad durante el calor diurno, así que es una especie nocturna. Es por esto que los anuros utilizan las temporadas de lluvias para llevar a cabo su apareamiento. Sin embargo, se cree que las ranas con pelo pueden tener más de una época de apareamiento al año.

Una vez que esta especie es adulta, selecciona entre 2 tipos de hábitat: terrestre y acuático. Ocupa un nicho acuático cuando se encuentra en apareamiento y está cuidando a sus crías, así que prefiere asentarse en ríos y arroyos. Fuera de esta temporada, permanece en tierra, entre la hojarasca del bosque y el lodo.

¿Ranas y pelos?

En realidad, esta especie no presenta pelos como tal, sino extensiones delgadas de piel, llamadas tricomas. En pocas palabras, aunque parece ser pelo, no es otra cosa más que piel estirada. Esto es importante, debido a que los anfibios pueden respirar por medio de su piel.

Cuanta más superficie presente la piel en forma de pliegues, más capaz será el anuro de extraer oxígeno del medio acuático.

En un entorno acuático, cada pelo le ayuda a esta rana a respirar mejor. Sin embargo, estos tricomas no cubren todo su cuerpo, solo una porción de su dorso y parte de sus piernas inferiores.

¿De que le sirve al animal esta adaptación? Tiene, al menos, 2 motivos para desarrollar las vellosidades en sus flancos: en primer lugar, para el apareamiento. Durante esta época, los anfibios gastan demasiada energía y necesitan obtener oxigeno eficientemente.

De hecho, las ranas con pelo tienen pulmones, pero son bastante pequeños, por lo que necesitan otra forma de respirar. Gracias a los tricomas, su metabolismo se vuelve más eficiente durante la época de apareamiento. Al finalizar esta etapa, se deshacen de sus tricomas, ya que se mueven por medio terrestre y de otro modo los harían perder humedad con facilidad.

La segunda razón tiene que ver con sus hijos. Esta especie suele poner sus huevos en el agua y necesita tener una forma de respirar mientras los cuida. Gracias a estas extensiones de piel, el anfibio logra sumergirse por tiempos prolongados.

En este grupo taxonómico, es bastante raro ver conductas parentales con las crías, ya que solo el 10 % de las especies de anuros presentan algún tipo de cuidado parental. Además, es incluso más raro que los anfibios que ponen sus huevos en el agua tengan esta conducta, convirtiendo a Trichobatrachus robustus en una especie única.

Garras de rana

Si creías que los pelos eran la única característica distintiva de este anuro, te has equivocado. Además de su curiosa morfología, la rana peluda tiene la particularidad de presentar falanges en forma de garras, es decir, el hueso que conforma los dedos termina en una especie de gancho.

Parece poco importante, pero no es así. Contrario a otros animales en los que sus garras son como sus uñas, para este anuro sus huesos cumplen esta función. Esto implica que, al utilizarlas, el hueso tiene que romper la piel para exponer la garra.

Casi como una película de ciencia ficción, este anfibio se hace daño para poder defenderse. Algo bastante similar a lo que sucede con el gallipato, solo que en lugar de usar sus costillas, usa sus falanges. Gracias a esto es que en ingles se ha ganado el sobrenombre de Wolverine frog.

Conservación

Según la IUCN, en su lista roja, Trichobatrachus robustus es una especie que no se encuentra amenazada. Sin embargo, esto puede deberse a la falta de información que hay sobre el organismo, motivo por el cual no se ha detectado algún peligro.

Sin embargo, existen 2 situaciones que pueden poner en riesgo a este anuro nativo de África. La primera es la existencia de los hongos quitridios, que están afectando a otras poblaciones de anfibios. Aunque aún no se ha reportado que las ranas con pelos puedan ser afectadas por este hongo, no se puede descartar esta posibilidad.

La segunda razón, por sorprendente que suene, es el consumo de la carne de rana por parte de los humanos. En varias regiones de África, estos anuros son considerados una delicia y de las principales fuentes de proteína.

Una rana cantando.

Es común encontrar especies que son poco estudiadas, ya que la ciencia suele avanzar lento y no siempre tiene suficiente personal. Por eso, una de las mejores forma de ayudar es conociendo a la fauna y difundiendo el mensaje. Quizás esta rana oculte más secretos de los que conocemos hasta ahora.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Blackburn, D. C., Hanken, J., & Jenkins, F. A. (2008). Concealed weapons: erectile claws in African frogs. Biology Letters, 4(4), 355–357. doi:10.1098/rsbl.2008.0219
  • Robischon, M. (2017). Surface-Area-to-Volume Ratios, Fluid Dynamics & Gas Diffusion: Four Frogs & Their Oxygen Flux. The American Biology Teacher79(1), 64-67.
  • Pauwels, O. S., Carlino, P., Chirio, L., Daversa, D. R., Lips, J., & Oslisly Richard, T. O. (2019). Amphibians and reptiles found in caves in Gabon, western Equatorial Africa. Cave and Karst Science46(1), 3-12.
  • Jones, C. (1971). Notes on Hairy Frogs (Trichobatrachus robustus Boulenger) Collected in Rio Muni, West Africa. Herpetologica, 51-54.
  • Akinyemi, A. F., & Ogaga, E. D. (2015). Frog consumption pattern in Ibadan, Nigeria. J. for Stds. in Manage. and Planning1(3), 522-231.
  • Domínguez, R., Pateiro, M., Munekata, P. E., Gagaoua, M., Barba, F. J., & Lorenzo, J. M. (2019). Exotic Meats: An Alternative Food Source. In More than Beef, Pork and Chicken–The Production, Processing, and Quality Traits of Other Sources of Meat for Human Diet (pp. 385-408). Springer, Cham.
  • BAREJ, A. S., & HÖLTING, M. (2014). Relicts of a forested past: Southernmost distribution of the hairy frog genus Trichobatrachus Boulenger, 1900 (Anura: Arthroleptidae) in the Serra do Pingano region of Angola with comments on its taxonomic status. Zootaxa3779(2), 297-300.
  • Soto, E. R., Sallaberry, M., Núñez, J. J., & Méndez, M. A. (2008). Desarrollo larvario y estrategias reproductivas en anfibios. Herpetología de Chile, 333-357.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.